Con odio criminal, Rubén Rocha persigue y criminaliza a los Cuén Díaz

Álvaro Aragón Ayala

Rubén Rocha Moya redobló la cacería despiadada, criminal, contra la familia Cuén Díaz, buscando encarcelarla, pagando millonarias cantidades de dinero a los medios de comunicación -y eso que el gobernador argumentó “pobreza” presupuestal- para que la criminalice y la linche públicamente.

La familia Cuén Díaz sufre la embestida de una persecución política y judicial obsesiva, atentatoria a sus derechos humanos. Se le fabrican delitos y se le expone ante la opinión pública como si se tratara de personas sobre las que pesan sentencias firmes por delitos abominables, cuando ningún juez penal ha dictado condenas en su contra.

Por paga, por el usufructo de los contratos de publicidad/propaganda que les otorga el gobierno rochista que no escatima en proveerlos de dinero, algunos medios de comunicación publican relatos inventados por el propio gobernador acusando de corrupción a los Cuén y bajo la consigna del mandatario estatal desencadenan juicios de valor, los juzgan y los sentencian.

Exacto: el colmo de la persecución es que los Cuén Díaz fueron ya sentenciados, señalados como culpables y “condenados” por Rocha y sus periodistas y medios de comunicación que con sus publicaciones violan los Derechos Humanos y la presunción de inocencia de los Cuén para quedar bien con quienes les paga.

La dinámica del linchamiento informativo de Rubén Rocha contra la familia Cuén Díaz es usado por los regímenes dictatoriales para generar odio y repudio social en contra de líderes políticos o universitarios, personas comunes, instituciones y colectivos sociales, con el propósito de justificar la criminalización y la fabricación de demandas y para abrir la posibilidad de matarlos o encarcelarlos.

Así, el gobierno puede asesinar y meter a prisión al que le venga en gana, al que le estorba o critica, con el pretexto de que son odiados por el pueblo. O sea, crea el escenario para la represión criminal apoyado por periodistas y medios de comunicación dispuestos a vender su alma al diablo por dinero y concesiones del poder.

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