Gobierno de AMLO se quedó corto con su objetivo de rescatar a Pemex y CFE: Especialistas
Héctor Usla
A unos meses del fin del sexenio del presidente Andrés Manuel López Obrador, especialistas en materia energética consideran que no se logró rescatar ni a Petróleos Mexicanos (Pemex) ni a Comisión Federal de Electricidad (CFE), además de que hubo un importante retroceso para la participación de empresas privadas.
“El Gobierno se quedó muy lejos de los que ellos mismos se habían puesto como objetivos, por ejemplo, tenían como meta que Pemex produjera dos millones de barriles diarios y por el momento andamos por debajo de 1.5 millones de barriles diarios, además, las finanzas de la petrolera siguen sumamente deterioradas y continúan con una deuda de más de 100 mil millones de dólares, son objetivos que no se cumplieron”, dijo Oscar Ocampo, coordinador de energía del Instituto Mexicano para la Competitividad (IMCO).
Arturo Carranza, especialista del sector energético, coincidió en que las evaluaciones sexenales, deberán poner en el centro del análisis el rescate de las empresas públicas de energía, ya que es el principio ideológico de la política energética del presidente López Obrador.
Puntualizó que en lo que respecta a Pemex, el gobierno trabajó para aumentar la capacidad de operación de la petrolera.
“La empresa cerró la puerta a las asociaciones con privados en el negocio de exploración y producción. Decidió, por el contrario, retomar los contratos de servicios para explotar los recursos petroleros en los campos terrestres del Sur del país. El resultado de este viraje fue una producción de petróleo crudo que dejó de caer rápidamente para hacerlo lenta pero constantemente hacia el final del sexenio”, dijo Carranza.
Respecto a CFE, Oscar Ocampo enfatizó que tampoco se lograron los objetivos de que la empresa eléctrica fuera una fábrica de electricidad que absorbiera el crecimiento de la demanda eléctrica a partir de una expansión ambiciosa de las centrales eléctricas, ya que prácticamente, no entró en operaciones ninguna central eléctrica de la CFE durante el sexenio.
Carranza subrayó que la actual administración se enfocó en ampliar la participación de la empresa en la generación de energía eléctrica.
“El tan cuestionado objetivo de 54 por ciento de generación para CFE y 46 por ciento de generación para los privados se fue alcanzando con el apoyo de una política regulatoria restrictiva, que frenó los nuevos permisos de generación eléctrica”, indicó.
Respecto a los temas regulatorios, Marcial Díaz, presidente de la Asociación de Regulados del Sector Energético (ARSE), indicó que, aunque no se logró aprobar la reforma energética, el Gobierno se encargó de poner varios obstáculos en el camino.
“Sin duda la mayoría de los grandes proyectos se paralizaron porque hubo una ola de amparos para poder defender las inversiones que ya estaban operando en el país, pero el crecimiento fue muy poco significativo a comparación de lo que se dio en la administración anterior”, dijo.
Resaltó que se impulsó un régimen totalitario en donde la petrolera mexicana sigue siendo el principal oferente en el mercado de combustibles, ya que se truncaron los permisos de importación y se limitaron los permisos para nuevas estaciones de servicio si no se tenía un contrato de suministro de la marca Pemex.
“Aunque existe un universo de 14 mil gasolineras y más de 300 marcas, la realidad es que la franquicia Pemex sigue teniendo un factor hegemónico, ya que el 86 por ciento del combustible se sigue importando mediante Pemex, además, el 30 por ciento de los contratos petroleros se devolvieron”, indicó.
Hacia adelante, Marcial Díaz recomienda a la próxima administración que trabajen en conjunto con el sector privado, “deben entender que no puedes solos y necesitan de la mano de los privados, tanto por su mano de obra, capital, experiencia y tecnología que le pueden imprimir a un país como México”, apuntó.
Arturo Carranza señaló que cualquiera de las propuestas políticas que resulte ganadora en las elecciones del 2 de junio deberá tomar decisiones importantes para lograr que las y los mexicanos tengan acceso a energía limpia y a costos competitivos.
“En materia eléctrica esto implica avanzar aceleradamente en la asignación de contratos para ampliar y fortalecer la red nacional de transmisión. En materia de hidrocarburos estos significan modificar el modelo de negocios de Pemex para desprenderse de negocios que le generan perdidas”, sugirió.