Los músicos de la vieja foto en blanco y negro
Miguel Alonso Rivera Bojórquez
Hay fotografías que te mueven a la curiosidad y a tratar de rememorar, pero es difícil cuando se trata de un pasado desconocido que se nos fue.
Mis recuerdos de Ignacio Grajeda Sánchez no pueden ser más entrañables, cuando cantábamos o filosofábamos sobre la vida. Un hombre siempre alegre, todo amor y dedicado a su familia.
Recientemente llegó a mis manos una fotografía de él cuando era joven. La imagen me fue enviada después de escribir una anécdota tras el primer natalicio luego de su partida.
Al ver la imagen color sepia me pareció un emblemático fragmento de su vida y me despertó la añoranza de las veces que trabajamos juntos en los arreglos musicales de mis composiciones.
Sin duda, existen músicos maravillosos que con su obra hacen del mundo algo mejor.
El compositor Ignacio Grajeda Bounette, autor auténtico de la canción “Sabor de engaño”, aparece sentado al centro en esa vieja fotografía en blanco y negro con tonalidades sepias que nos hizo llegar José Melchor Óscar Ávila.
Melchor fue mi compañero de generación en la licenciatura en periodismo y es primera voz y director del Cuarteto San Miguel. Es además autor del libro “Sinaloa, tierra de compositores y artistas; un viaje por su geografía e historia”.
Las personas que aparecen en esta fotografía eran los integrantes de la pequeña banda orquesta “Jambao” que tocaba en el callejón número 5 con Socorro, en el centro de Eldorado, sindicatura de Culiacán, Sinaloa.
El primero de izquierda a derecha es Ignacio Grajeda Sánchez, hijo de Ignacio Grajeda Bounette. En esa época tocaba la trompeta y los teclados. Ignacio padre e hijo eran músicos extraordinarios y ambos grandes saxofonistas.
“La persona que está al costado de mi papi era su compadre, pero solo sé que le dicen ‘Talo’. Creo que se llama Natalio”, dijo Lídice Grajeda. Natalio, el baterista del grupo, es el segundo de izquierda a derecha.
Al centro, el tercero de izquierda a derecha, Ignacio Grajeda Bounette era el director de la orquesta “Jambao” y tocaba el saxofón. El cuarto de izquierda a derecha es Benito López, quien tocaba el requinto y la guitarra. El quinto de izquierda a derecha es Daniel López, quien tocaba el bajo eléctrico. Benito y Daniel son hermanos.
Daniel López, compadre de Ignacio Grajeda Sánchez, es padrino de Lídice Grajeda Brito quien se refiere a él con cariño. “Daniel López, aparece en la fotografía a la orilla contraria a la de mi papi, con quien compartió muchas aventuras y la pasión por la música. Él tiene muchísimas historias que contar”, comentó.
En efecto, Ignacio me presentó a Daniel en la Escuela de Música de Eldorado y cantamos juntos una de mis composiciones acompañados con las notas de su bajo eléctrico. Guardo esa grabación con cariño.
La historia de la música está llena de canciones que fueron firmadas por personas que no son sus verdaderos autores.
Hace poco compartí la historia de esta famosa canción inspiración de Grajeda Bounette que trasciende en su arte, oculto tras su propia melodía registrada por otra persona.
Grajeda Sánchez es autor de la música del “Himno a Cobaes” (1989), cuya letra fue escrita por la maestra Irma Garmendia Bazúa. El reconocimiento a su arte lamentablemente fue póstumo.
Una familia de grandes creadores cuya mágica presencia sigue entre nosotros.
La música no tiene fin y ahora estoy ayudando a registrar sus canciones a Marcos Grajeda, hijo de Ignacio Grajeda Sánchez. Para preparar los materiales soy lento porque necesito muchísimo tiempo y tranquilidad para poder concentrarme. Me gusta estar convencido completamente de que las cosas van en orden y soy muy meticuloso en ese aspecto más cuando se trata de la obra de otro músico magnífico como Marcos Grajeda.
Mucho agradecería a mis lectores sus comentarios y me compartieran más información sobre las personas que aparecen en esta fotografía, incluyendo el nombre completo de Natalio.