Declaraciones de López Obrador causan tensión diplomática con Ecuador
Pablo Abundiz
El gobierno del presidente Andrés Manuel López Obrador está terminando su sexenio con un socio menos en la palestra internacional. Las tensiones crecientes entre México y Ecuador terminaron en el rompimiento de relaciones diplomáticas después de que la administración de Daniel Noboa ordenara allanar la Embajada mexicana la noche del viernes 5 de abril.
La incursión policial en la Embajada mexicana en Quito fue justificada por el gobierno ecuatoriano con la aprehensión del exvicepresidente Jorge Glas, sobre quien pesaban dos sentencias ejecutorias por casos de corrupción y quien se encontraba en la representación mexicana como solicitante de asilo, la cual fue concedida por el presidente López Obrador.
Ante el acto sin precedentes del gobierno ecuatoriano, el morenista indicó a la Secretaría de Relaciones Exteriores (SRE) el rompimiento de las relaciones diplomáticas con el país sudamericano, debido a la violación del principo de inviolabilidad de los locales y personal diplómatico establecido en la Convención de Viena sobre Relaciones Diplomáticas.
La canciller Alicia Bárcena informó en un comunicado que la dependencia a su cargo coordinaría el retorno de todo el personal diplomático acreditado y sus familias a territorio mexicano. La mañana del domingo 7 de abril, un total de 18 personas abandonaron las instalaciones de la Embajada mexicana y partieron en vuelo comercial con destino a Ciudad de México.
La SRE informó que la comunidad mexicana y empresarial radicada en Ecuador, calculada por la Cancillería en mil 600 personas, recibirá asistencia a través del Sistema de Registro de Mexicanos en el Exterior, una plataforma en línea donde se pueden obtener recomendaciones prácticas y ser contactados en caso de emergencia, y mediante las embajadas de México en Chile, Colombia y Perú.
La respuesta internacional a la irrupción en la Embajada mexicana
Ante la irrupción en la representación mexicana en Ecuador, mandatarios de Latinoamérica se manifestaron via X, en favor de México. Las condenas a la actuación del gobierno Ecuatoriano y el apoyo a la postura del presidente López Obrador llegaron desde Chile y Brasil; Estados con los que el actual gobierno mexicano comparte similitudes ideológicas.
“Toda nuestra solidaridad con México ante la inaceptable violación de su soberanía mediante la irrupción de la policía ecuatoriana en la Embajada de México en Quito. Un abrazo fraterno, López Obrador” escribió el mandatario chileno, Gabriel Boric.
Por su parte, el embajador de Estados Unidos en México, Ken Salazar,dio a conocer un comunicado del Departamento de Estado de su país donde condena la violación de la Convención de Viena y alienta a ambos países a resolver sus diferencias en apego a derecho internacional.
Mientras tanto,organismos internacionales como la Organización de los Estados Americanos (OEA) se sumó al rechazo de las acciones tomadas por el gobierno ecuatoriano y recordó la obligación de sus Estados miembros de no invocar el uso de leyes locales para ignorar sus obligaciones con el derecho internacional al tiempo que manifestó su solidaridad con los afectados mexicanos.
¿Por qué México y Ecuador comenzaron fricciones?
Si bien las tensiones entre México y Ecuador se mantenían desde que el pasado diciembre, cuando el exvicepresidente Glas acudió a la Embajada mexicana y solicitó su protección, las fricciones bilaterales llegaron a un nuevo alto la semana pasada cuando el presidente López Obrador comentó acerca del paralelismo entre la actuación de los medios de comunicación en México y la de los ecuatorianos durante la campaña presidencial de 2023.
El mandatario mexicano hizo un recuento de la campaña donde, según su apreciación, los medios de comunicación aprovecharon el asesinato del candidato Fernando Villavicencio para crear un ambiente enrarecido que perjudicó electoralmente a Luisa Gonzáles, aspirante de izquierda, y benefició al eventual presidente Daniel Noboa.
Ante las palabras del presidente López Obrador, que la Cancillería ecuatoriana denominó como “muy desafortunadas”, el gobierno del presidente Daniel Noboa tomó la decisión de nombrar “persona non grata” a la embajadora mexicana en Quito, Raquel Serur Smeke, quien tuvo que abandonar su misión de acuerdo al noveno artículo de la Convención de Viena sobre Relaciones Diplomáticas, donde se fundamenta la decisión.
“El Ecuador se encuentra aún viviendo el luto por ese hecho que causó conmoción a la sociedad ecuatoriana (el asesinato de Villavicencio) y atentó contra la democracia, paz y seguridad. El país continúa enfrentando al crimen organizado transnacional, que amenaza al Estado, sus instituciones democráticas y su población”, informó en un comunicado el Ministerio de Relaciones Exteriores y Movilidad Humana.
Las desavenencias con el país suadmericano continuaron cuando por la noche del jueves 4 de abril el gobierno ecuatoriano desplegó un fuerte operativo policiaco a las afueras de la representación de México en Quito.
Ante la reacción ecuatoriana, el presidente López Obrador informó que México no rompería relaciones diplomáticas con Ecuador y que en conformidad con la decisión de la Cancillería ecuatoriana, la embajadora Raquel Serur Smeke abandonaría el país de su misión diplomática. El morenista aprovechó para redoblar en sus declaraciones y clasificó como “facho” el operativo a las afueras de la Embajada.
Respecto a los primeros comentarios del presidente López Obrador, Daniel Muñoz, internacionalista y jefe de la carrera de Relaciones Internacionales de la Facultad de Estudios Superiores (FES) Aragón de la UNAM, opina que sería benéfico para el mandatario moderar su discurso y consultar con la Cancillería para evitar que comentarios personales sean interpretados como posturas oficiales.
“Siempre se ha buscado que la política exterior mexicana sea una política de Estado; es decir, que no dependa del partido político que gobierne el país y exista unanimidad en nuestra postura ante el mundo. Lo que estamos viendo es un giro en nuestra política exterior donde el titular del Ejecutivo está haciendo declaraciones y después entra la Cancillería para tratar de mediar y hasta solucionar lo que el presidente hace.
“Recomendaría que el presidente se acerque a la Cancillería, la secretaria (Alicia) Bárcena es una mujer que lleva años en la diplomacia multilateral y tiene una gran cantidad de experiencia en temas internacionales, por lo que el presidente debería buscar un acercamiento con ella para que se asesore de una forma precisa que evite esta clase de desencuentros con los países latinoamericanos”, concluye el académico.