Debate presidencial: puede mover preferencias, pero no define al presidente
Lidia Arista
El Museo Tecnológico de la Comisión Federal de Electricidad fue el escenario del primer debate presidencial en México. En 1994, Ernesto Zedillo, del PRI; Diego Fernández de Cevallos, del PAN; y Cuauhtémoc Cárdenas, del PRD, hablaron de propuestas, mostraron su destreza y cayeron en la confrontación ante los ojos de alrededor de 34 millones de mexicanos que sintonizaron la transmisión.
A 30 años de ese ejercicio, México tendrá la noche de este domingo 7 de abril el décimo primer debate de su historia, el cual a diferencia de los realizados en 1994, 2000, 2006, 2012 y 2018, tiene como punteras de la competencia por la Presidencia de la República a dos mujeres: Claudia Sheinbaum de “Sigamos Haciendo Historia”, y Xóchitl Gálvez de “Fuerza y Corazón por México”.
Expertos consultados por Expansión Política explican que los debates son importantes para cualquier proceso electoral porque en esos espacios cuando los candidatos pueden mostrar por qué su proyecto es mejor y poner en evidencia las debilidades de sus adversarios, sin embargo, lo que sucede en esos minutos, no suele ser determinante para el resultado de la jornada electoral.
Jean Francois Prudhomme, profesor investigador del Centro de Estudios Internacionales (CEI) de El Colegio de México, explica que hay un sector de la población específico en el que puede influir un debate.
“Los debates no logran cambiar la opinión del electorado que ya está convencido por un candidato. Sin embargo, se dice que hasta el 30% de las y los electores no han todavía tomado su decisión, entonces, en ese sentido, los debates pueden contribuir a que esas personas se decidan a favor de una u otra, uno y otro candidato”, explica.
Los debates están regulados por la Ley General de Instituciones y Proceedimientos Electorales (Legipe) , la cual establece que el Consejo General del Instituto Nacional Electoral es el encargado de organizar los debates obligatorios entre todos los candidatos a la Presidencia de la República.
En los 30 años de historia de debates, en México se han realizado 10: uno en 1994; dos en el los procesos de 2000, 2006 y 2012, respectivamente, mientras que para 2018 fueron tres. En las elecciones de 2024 también serán tres.
Lo que sucede en los debates puede mover ligeramente las preferencias, pero hasta ahora no han determinado por sí solos al ganador de un proceso electoral. Solo en las elecciones de 2000 y 2012, el ganador de los debates coincidió con el ganador de la elección.
Alejandro Díaz Domínguez, profesor-investigador de la Escuela de Gobierno y Transformación Pública del Tecnológico de Monterrey, explica que un debate puede mover las preferencias electorales pero para ello, el ganador de ese ejercicio debe haber tenido una buena actuación y haber hecho alguna revelación que se recuerde.
“Un gran escándalo, un golpe muy fuerte, o alguna falta de respuesta, sería lo que podría mover un poco, las preferencias, pero hay algo cierto, se va a mover de tres a cinco puntos, no más”, expone.
El debate de 1994 se considera fue ganado por Diego Fernández de Cevallos, sin embargo, el triunfo de la elección se lo llevó el priista Ernesto Zedillo. En el año 2000, hubo dos debates, en los que el ganador fue Vicente Fox, quien también ganó la Presidencia de la República.
Mientras que en 2006, la ausencia de Andrés Manuel López Obrador en el primer debate pasó factura a su preferencia y aunque asistió al segundo, la elección ya estaba muy cerrada y fue ganada por una ligera ventaja por Felipe Calderón.
En 2012, los debates no fueron determinantes para una contienda en la que Enrique Peña Nieto mantuvo la ventaja de principio a fin. Para el 2018, el ganador fue el panista Ricardo Anaya por su oratoria y desempeño, sin embargo, López Obrador ganó la contienda.
El escenario para 2024, la diferencia entre el primero y segundo lugar es amplia, por lo que el debate podría mover puntos, pero no los suficientes.
“No hay que perder de vista que mientras que Sheinbaum ha encontrado un techo que no ha logrado rebasar, vemos que Xóchitl Gálvez sí ha crecido. No está igual que hace un mes o hace 60 días. Ha crecido y esto pudiera cerrarse aún más, entonces, son dos meses de una intensa campaña en donde los equipos saben que se le están jugando todo por el todo y saben que los debates pueden modificar en algo las cosas”, destaca Saúl Ramírez Arellano, analista político y catedrático de la UNAM.
Golpear y no ser golpeado
El debate también es considerado como un ejercicio para “golpear” al oponente y en el que el objetivo para los candidatos es no recibir golpes contundentes que puedan afectar la campaña.
La regla suele ser atacar al primer lugar en las preferencias electorales, razón por la cual el puntero evita en la medida de lo posible asistir a ese tipo de ejercicios. Para 2024, dos de los tres debate son obligatorios, sin bergo, Sheinbaum, la puntera, ha asegurado que acudirá a los tres.
“Los debates importan y te demuestran cuál es la capacidad, la templanza, la organización de cada persona. Vamos a medir a las candidatas ya en cuerpo a cuerpo, es muy distinto hacerlo en los medios o en las arenas públicas”, explica Ramírez Arellano.
En el que será el primer debate, Sheinbaum deberá resistir los ataques y defender su ventaja y Gálvez necesitará hacer un papel impecable, que le permita quitarle puntos a la puntera.
“La candidata Sheinbaum tiene que defender el balance de la gestión del actual gobierno durante los últimos cinco o seis años, y por otro lado, tiene que defender sus propuestas, pero siempre asumiendo una actitud de mujer de Estado. En el caso de la candidata Xóchitl
Gálvez tendrá que estar a la ofensiva, tendrá que encontrar temas que logren llamar la atención del público y de cierta manera desestabilizar a su contrincante”, explica Jean Francois Prudhomme.
En el caso de Álvarez Máynez, el debate será su oportunidad para que le conozcan más mexicanos y su campaña tome fuerza.
Sea cual sea la estrategia de los candidatos, deben aprovechar sus intervenciones para proponer.
El ABC del debate
A las 20:00 horas en las instalaciones del INE se realizará el primero de tres debates presidenciales, en el cual los temas a tocar son:
1.- Educación y salud
2.- Transparencia y combate a la corrupción
3.- No discriminación y grupos vulnerables y
4.- Violencia contra las mujeres
Organizado por el INE y denominado como“La sociedad que queremos” estará moderado por los periodistas Manuel López San Martín y Denise Maerker.
Sheinbaum será quien abra el debate, seguida de Jorge Álvarez Máynez y Xóchitl Gálvez.
Durante el debate se harán 30 preguntas que enviaron ciudadanos, luego de que fueron depuradas por no cumplir con requisitos o por duplicidad más de 24,000.