“El Químico” Benítez Torres “se raja”, desafía y no acepta sugerencias

Richard Lizárraga Peiro  

Desobedecidas por el alcalde las sugerencias para que la crisis de gobernabilidad que vive Mazatlán se resuelva de manera racional, el gobernador Rubén Rocha Moya se deslindó inteligentemente del problema con el apoyo público institucional, no personalizado, a Guillermo -“El Químico”- Benítez Torres, y tendió, para quienes entienden de política y saben leer entre líneas, un puente de “entendimiento” hacia el Congreso Local entre el alcalde y los regidores que se oponen a la imposición de manera unilateral o personalizada del secretario, el tesorero y el oficial mayor del ayuntamiento.  

El conflicto generado por la intolerancia del alcalde y su proclividad a “rajarse” o no respetar acuerdos escala a otros niveles: se ejerce presión política con el propósito de vulnerar las obligaciones y facultades de los regidores de Mazatlán refractarios al presidente municipal que ofrece lecturas de querer gobernar solo, sin vigilancia ni contrapesos políticos, y se observa una tendencia a intentar “limpiar”, también, de toda culpa, al “El Químico” Benítez para desviar la atención hacia Héctor Melesio Cuén Ojeda, quien recientemente dejó la dirigencia del Partido Sinaloense para hacerse cargo de la Secretaría de Salud. 

El zipizape político es alimentado por los aliados del presidente municipal, los hermanos Juan José y Erik Arellano Hernández, quienes concentraron los reflectores de la Unidad de Inteligencia Financiera y del Sistema de Administración Tributaria por la operación de empresas “fantasma” para presuntamente “lavar dinero” de entes públicos y privados. En medio del escenario sobresalen también como “socios” de “El Químico” Benítez, el ex alcalde Alejandro Higuera Osuna-El Diablo- y el diputado Feliciano Castro Meléndez, presidente de la Junta de Coordinación Política del Congreso Local. 

El fondo y trasfondo del conflicto es la pretensión del alcalde de gobernar sin ninguna sugerencia ni propuestas del cabildo, sin críticas ni frenos ni con los equilibrios propios de un sistema municipal democrático, para poder cuajar libremente millonarios negocios con la “operación triangulada” de recursos públicos -municipales, estatales y federales-, para lo cual recibe asesoría de “primer nivel” de los hermanos Arellano. La práctica de manejar sin vigilancia el uso del presupuesto municipal le ha generado al alcalde denuncias de corrupción y acusaciones del manejo “irregular” de fondos federales. 

La Auditoría Superior de la Federación detectó irregularidades en el manejo de los recursos federales por 823 millones de pesos del ejercicio gubernamental del 2020 a Guillermo – “El Químico- Benítez Torres, tanto por la contratación de una empresa para “recuperación de recursos” como por el rubro de “servicios personales”.   

Los regidores opositores representan un estorbo para los futuros “negocios empresariales” del alcalde, quien ya tiene “apalabrada” la construcción de la Plaza de la Banda y un nuevo corredor turístico que se proyecta instalar en los terrenos que quedarán libres en la zona de la vieja tratadora de aguas negras El Crestón, la cual será desmantelada. En dicho proyecto, del cual planean agenciarse varios millones de pesos, se tienen planeado, en una primera remesa, invertir 78.5 millones de pesos del erario público para beneficiar a particulares. 

En el trinquete de “El Crestón” asoman los rostros de los directivos de un patronato de magnates del puerto y el del ex secretario estatal de Obras Públicas, Osbaldo López Angulo, a quien “El Químico” Benítez pretende colocar en la gerencia de la Junta Municipal de Agua Potable y Alcantarillado de Mazatlán.  

El alcalde no quiere acuerdos 

Dado el temperamento intolerante y sesgado de “El Químico” Benítez, el gobernador Rubén Rocha Moya sabe que no le aceptará ninguna sugerencia, por lo que estratégicamente le dio el apoyo institucional, no personalizado, pues el alcalde amenaza con “pegar coletazos” con tal de mantenerse en su intransigente postura y pretender ganar terreno. El mandatario estatal se “blindó” contra cualquier señalamiento o ataque que le pudiera asestar el presidente mazatleco conocido por su “lengua suelta”.   

El mandatario estatal manda el mensaje que él no se mete en el lío y de que es respetuoso de la autonomía municipal; el alcalde, por su parte, recurre al apoyo de personajes que, en el pasado proceso de postulación de candidatos, en una conferencia en el Hotel San Marcos, intentaron “reventar” el proyecto de Rubén Rocha Moya que caminó en alianza con el Partido Sinaloense.     

El gobernador se “blinda” ante cualquier embestida conociendo la agresividad de “El Químico” Benítez y a sabiendas de que no le aceptará ninguna recomendación, pero, aunque no lo dijo, dejó abierta la puerta del Congreso Local para que los diputados entren como terceros en discordia a resolver el conflicto; el alcalde ya colocó en una posición incómoda al secretario general de Gobierno, Enrique Inzunza Cázarez, enviado por el mandatario a Mazatlán como mediador. “Listo, el problema ya está solucionado”, fue el reporte dado por Inzunza al gobernador, pero el presidente municipal “se rajó” y rompió el acuerdo. 

“El Químico” Benítez ya se pasó por el arco del triunfo el llamado a la conciliación que hace el gobernador Rubén Rocha Moya y desafiante convocó a la violencia callejera y al terrorismo político: los regidores opositores trabajan bajo acoso y amenazas. El plan es vulnerar las obligaciones y facultares del cabildo para dejar sin contrapesos el ayuntamiento de Mazatlán y que el alcalde tenga las manos libres para cuajar sus negocios.  

El exhorto de Rocha Moya a los regidores y al alcalde es que mediante la conciliación lleguen a acuerdos con racionalidad. 

El desafuero del alcalde 

Por existir elementos jurídicos y un municipio en crisis, el colectivo “Un Morena Unido por Mazatlán” propuso al Congreso del Estado eliminar el fuero político al alcalde Guillermo -El Químico- Benítez y a regidores y la desaparición de poderes para que se celebren nuevas elecciones.  

“Existe una crisis de gobernabilidad en el municipio. Ya existen elementos jurídicos para que el Poder legislativo intervenga. El Congreso debe proceder a la desaparición de poderes y convocar a nuevas elecciones”, precisó Miguel Ángel Ramírez Jardínez.  

El colectivo “Un Morena Unidos por Mazatlán”, que agrupa a morenistas auténticos, dijo, en voz de Ramírez Jardínez, que dada la crisis de ingobernabilidad hay temor de que se registren problemas de pago a los trabajadores. “¿Qué va a pasar mañana si no les pagan a los empleados del ayuntamiento?, va a haber una crisis ¿Y quién la va a atacar? Pues el alcalde va a decir que no lo dejan pagarle y se va a agudizar la crisis”, preguntó. 

El ex director de Gobierno y de Asuntos Jurídicos del ayuntamiento de Mazatlán, Luis Antonio Aguilar Colado, reveló que, en su primer ejercicio de gobierno, del 2019 al 2021, el alcalde Benítez Torres “estaba acostumbrado a solo dar órdenes, a mandar. En la anterior administración tenía un cabildo a modo, conformado en su mayoría de regidores que se vendieron y le aprobaban todo, y como hoy no es así, pues no sabe negociar ni conoce como se debe de tratar la cuestión política”.      

En funciones de sindica Procuradora del ayuntamiento de Mazatlán, en diciembre del 2020, Elsa Isela Bojórquez hizo un llamado al presidente Andrés Manuel López Obrador y al Congreso Local para que se abriera una investigación en torno al “Químico” Benítez, sobre el que obran, dijo, 112 denuncias y desvíos de 12 millones de pesos y la presencia de 33 parientes en las principales direcciones del Ayuntamiento.  

“El alcalde traicionó la confianza del presidente Obrador con desvíos de recursos, nepotismo, posible enriquecimiento ilícito y violencia contra periodistas de distintos medios de comunicación”, dijo. 

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