Sabor de engaño

Miguel Alonso Rivera Bojórquez

El músico y compositor Ignacio Grajeda Bounette es el verdadero autor de la canción “Sabor de engaño”.

Heredó su talento y su saxofón a su hijo Ignacio Grajeda Sánchez, amigo a quien extraño mucho y que vive en su obra deslumbrante que merece ser rescatada.

Ambos, personajes entrañables de Eldorado, se encuentran en otra dimensión.

Hoy recuerdo con tristeza a Ignacio Grajeda Sánchez con motivo de su natalicio tras su prematura partida. Mi melancolía es por lo que había podido vivir, por esos sueños sin cumplir y todo lo que dejó en el tintero.

Teníamos varios proyectos en el infinito universo de la psicología y de la música. Sin embargo, su sabiduría y la alegría de su bohemia me dejaron recuerdos que alivian el dolor que inflige su ausencia.

“Sabor de engaño”, la canción que interpretaron tantas voces, fue escrita por su papá Ignacio Grajeda Bounette luego de sufrir un desengaño amoroso.

Es una canción que gustó mucho desde la primera vez que fue escuchada. La letra y la melodía llegaron a una editora de música en la Ciudad de México. Está historia la saben los músicos de antaño, quienes conocen las crónicas de las orquestas y conjuntos de los linderos de las lichis.

De inmediato decidieron grabarla y le pidieron a Ignacio Grajeda Bounette que fuera registrarla. Ya en aquella época era requisito indispensable que la canción fuera registrada por el autor para pasar al estudio de grabación.

  • ¿Ir nomás a eso? Como esa canción puedo hacer muchas más- respondió Ignacio Grajeda Bounette negándose a hacer el trámite que implicaba hacer un viaje largo de su propio peculio para algo que consideraba no tenía tanta importancia.

Ante su negativa y la necesidad de grabar la canción, la obra fue registrada a nombre del compositor cubano Mario Álvarez Jiménez, quien curiosamente también era saxofonista.

Como contador, Mario Álvarez había sido gerente de la Promotora Hispano Americana de Música, sociedad editorial que se estableció en Ciudad México, y cuando la canción llegó a sus manos ya había fundado la Editorial Mexicana de Música Internacional.

En las obras registradas por Mario Álvarez Jiménez aparecen muchas canciones que son versos y textos de famosos letristas y poetas.

La cantante Eva Garza será recordada para siempre por el eco inolvidable de la inmortal pieza musical “Sabor de engaño” en 1945. La primera versión fue con el piano de Pepe Jaramillo para Columbia Records.

Ella fue una reconocida actriz mexicano-estadounidense de la época de oro del cine mexicano.

Ignacio Grajeda Bounette sintió más lastimado su derecho moral, como creador de esta canción, que el patrimonial. La práctica del plagio es algo frecuente que vulnera el derecho de autor y en esta historia dejó una cicatriz que nunca sanó.

  • Registre sus canciones licenciado – me decía Ignacio Grajeda Sánchez. Siempre nos hablábamos de usted, lo cual probablemente sea una rareza en el mundo informal de la música. Luego me recordaba con detalles que escapan de mi memoria la forma en que “Sabor de engaño”, siendo de su papá, había quedado registrada a nombre de otra persona.

La letra de la melodía de esta historia es la siguiente:

“Sabor de engaño tienen tus ojos cuando me miran, sabor de engaño siento en tus labios cuando me besan. No eres sincera cuando me dices que aún me quieres y en tus palabras se nota el filo de la traición. Es imposible seguir fingiendo de esa manera. Yo te agradezco con toda el alma tu noble empeño y te prometo sentirme fuerte cuando me digas que no me amas, que es para otro tu corazón”.

Ignacio Grajeda Sánchez falleció la mañana del sábado 20 de marzo de 2021. Este 15 de noviembre hubiera cumplido 54 años.

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