Por corrupto rechazan reelección de Gildardo Leyva de El Fuerte

Richard Lizárraga Peiró

Por corrupción, porque acaparó la obra pública para sus familiares y porque convirtió el ayuntamiento en un nido de tranzas, habitantes de El Fuerte rechazaron las aspiraciones reeleccionistas del actual alcalde, Gildardo Leyva Ortega impulsadas por la cúpula de Morena. El presidente municipal ha sido acusado de borracho.

Ignacio Favela, Ricardo Rentería y Damián Echeverría, denunciaron que Morena no debe postular para la reelección al alcalde porque invadió el ayuntamiento de “aviadores”, aplica mal el presupuesto municipal, ha desviado la obra pública para beneficiar a sus familiares.

“Convirtió al ayuntamiento en un nido de la tranzas y corrupción, siendo él, Gildardo Leyva, el peor alcalde en la historia de El Fuerte. No queremos que nos pisoteen, tenemos que defender a Morena, de la actitud de los jerarcas y del dedazo”, manifestó Rentería.

Echevarría exigió que a Gildardo Leyva no se le debe de dar ninguna oportunidad de reelección porque incumplió todas las promesas de campaña. “Tiene en el abandono el alumbrado, los caminos, la recolección de basura, el drenaje sanitario, la obra pública, y el agua potable. Incumplió lo que podía y debía cumplir y ahora se le pretende dar una oportunidad de reelección”, puntualizó.

Sostuvo que en el Fuerte las comunidades Cerrillos 1 y 2, Basoteve, Jiquilpan, Zapata, Pino Suárez y muchas más, están abandonadas. “Él no ha hecho nada”, dijo.

EL ESCANDALOSO ABUSO FINANCIERO
La Auditoría Superior del Estado en la inspección contable-administrativa-financiera del del ejercicio 2022 de las arcas de El Fuerte, dictaminaron 97 observaciones, cuatro recomendaciones de promoción del ejercicio de facultad de comprobación fiscal, 85 promociones de responsabilidad administrativa al personal y 42 pliegos; y se acreditó la recuperación probable o imposible de 18.7 millones de pesos.

Dados el saqueo y el desastre financiero, los diputados del Congreso de Sinaloa reprobaron las cuentas públicas de Gildardo Leyva, quien, en un intento por “lavarse las manos” cesó a su tesorero, Brian Gilberto Román Gastélum, y designó a Esteban Adrián Laurean Soto.

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