Año 2023 bate récord de medio millón de migrantes en tránsito por el Darién

Alán Rodríguez/ EFE

El cierre del año deja un inquietante signo sobre la gravedad de una crisis migratoria sin precedentes. Este 2023 se registró un récord superior al medio millón de migrantes que han atravesado la peligrosa selva del Darién, duplicando las cifras del 2022.

Las autoridades panameñas reportan que, hasta el 20 de diciembre, 513,782 migrantes han cruzado esta región geográfica que abarca una extensa selva y una zona montañosa que sirve como puente natural entre América Central y América del Sur. La mayoría han sido venezolanos (326,589), seguidos por ecuatorianos (56,328) y haitianos (45,628).

Este incremento drástico en la migración a través del Darién ha dejado marcado el año, desafiando las capacidades humanitarias y las políticas migratorias de la región. La magnitud de la situación refleja una realidad compleja y multifacética que requiere una respuesta integral.

Migración entre peligros mortales

La violencia y las condiciones socioeconómicas adversas en los países de origen son los principales impulsores de esta migración masiva. A pesar de las restricciones migratorias más estrictas este año, los migrantes, motivados por la falta de empleo y la escalada de violencia, se aventuran a cruzar a pie la mitad del continente y enfrentar los peligros mortales del Darién.

Un ejemplo de ello es Segundo Muela, un ecuatoriano de 35 años que, junto con su familia, decidió emprender el viaje hacia Norteamérica debido a la inseguridad y la falta de empleo en Ecuador.

“La familia nos motivó a salir por la falta de empleo (y) la inseguridad de Ecuador (…) por todo te piden vacuna (extorsión) … son mafias que por cualquier cosa o un negocio queremos poner nos quieren cobrar. Por la seguridad, dicen, pero es mentira”, dijo Muela a EFE en Bajo Chiquito, el primer pueblo al que arriban los migrantes tras atravesar la selva, un tramo de su viaje que fue “complicado pero no imposible”.

La travesía a través del Darién representa un desafío colosal. Los migrantes, desesperados por encontrar mejores condiciones de vida, se enfrentan no solo a los peligros naturales de la selva sino también a la presencia de grupos armados.

A pesar de las dificultades, muchos, como Segundo Muela, están dispuestos a arriesgarse por el bienestar de sus familias. “La falta de empleo y la inseguridad en Ecuador nos motivó a salir”, explica Muela. El relato de este migrante refleja la complejidad de las decisiones que enfrentan aquellos que buscan una vida mejor.

Más de 100,000 menores

El 2023 fue testigo de un aumento significativo en el número de menores que atraviesan el Darién. Más de 100,000 niños, niñas y adolescentes, con la mitad de ellos menores de 5 años, han enfrentado los peligros de esta travesía. Johana Tejada López, experta de Unicef, destaca la preocupación por la llegada de menores separados de sus padres durante la travesía y el creciente número de adolescentes que viajan solos. La mayoría de las familias migrantes provienen de Venezuela, Haití, Ecuador y Colombia.

La vulnerabilidad de los menores en esta situación exige una atención especializada. La falta de estructuras adecuadas para lidiar con esta afluencia de menores no acompañados presenta un reto adicional a los organismos humanitarios y a las autoridades panameñas.

Desafíos de asistencia

La llegada masiva de migrantes obligó a las instancias humanitarias a reforzar sus proyectos en Darién tras un 2022 que también registró la cifra récord en su momento de 248,000 personas en tránsito.

“Hemos trabajado de manera interagencial en lo que llamamos una ‘construcción de escenario’ para reorganizarnos y mejorar nuestras intervenciones en función de este crecimiento”, detalla a EFE delegada de migración basada en Darién de la Federación Internacional de la Cruz Roja (IFRC, por sus siglas en inglés), Verónica Martínez.

Las personas llegan primero a Bajo Chiquito tras cruzar la selva, donde las autoridades registran sus datos y duermen una noche. Al día siguiente bajan en canoas -pagadas por ellos mismos- por el río Tuquesa hasta uno de los dos albergues existentes en Darién.

Allí, conocido por los migrantes como ‘la ONU’, hay varios organismos que ofrecen ayuda humanitaria y médica al igual que las autoridades panameñas, que dan asistencia alimentaria en una operación única en el continente en la que el Gobierno ha invertido en los últimos años unos 70 mdd, según datos oficiales.

Desde el Darién, los transeúntes deben abordar un bus – costeado por ellos- hasta la vecina Costa Rica.

Las restricciones anunciadas por varios países de tránsito, como la deportaciones de migrantes irregulares con antecedentes penales en Panamá, o por EU, que ha puesto más trabas al acceso al asilo, no detienen el flujo migratorio.

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