Benjamín Cázarez, un viejo espía cobijado por Rocha y Morena
Álvaro Aragón Ayala
Rubén Rocha Moya y la dirigencia estatal del partido Movimiento de Regeneración Nacional -Morena- cobijaron y colocaron en los reflectores políticos municipales a un viejo espía angosturense que cobró negra fama durante los regímenes estatales de los priistas Alfonso G. Calderón Velarde y Francisco Labastida Ochoa, épocas en las que investigaba a activistas universitarios, a campesinos, a líderes agrícolas y empresariales.
Se trata de Benjamín Cazarez Inzunza, quien actualmente se desempeña como secretario o “director de gobierno” del ayuntamiento de Angostura y que fue el brazo derecho del director de gobernación José de Jesús Calderón Ojeda –“Calderoncito”-del entonces gobernador Alfonso G. Calderón Velarde y director de gobernación con Labastida, quien lo dotó de todos los poderes para espiar.
En los dos períodos de gobierno fue un hombre temido. Con Alfonso G. Calderón, Benjamín Cazarez “testificó” durante la “Operación Cóndor” la persecución militar de estudiantes, líderes sociales, campesinos y guerrilleros que fueron criminalizados y algunos hasta desaparecidos con el pretexto de la guerra contra el narcotráfico.
El 14 de noviembre del 2015, Oscar Loza Ochoa relató que, en 1974, en el régimen de Alfonso G. Calderón, ocurrió la primera desaparición forzada: la víctima fue la maestra universitaria Lourdes Martínez por el que no se ha juzgado a nadie. Ya murió la mayoría de las madres que buscaron a sus hijos y esperaron encontrarlos con vida.
Recordó el caso de la señora Elenita Álvarez, quien en su lecho de muerte, en 1980, casi al cierre del gobierno de Calderón Velarde, pidió al entonces subdirector de gobernación, Benjamín Cazarez Inzunza, ver a su hijo al menos unos minutos. Se sabe que Cázarez consultó con el gobernador y la respuesta fue la siguiente: “No seas pendejo, si tu enseñas a uno, se reconoce que los tenemos a todos”.
Durante la gestión de Alfonso G. Calderón, como espía y subordinado de “Calderoncito”, Benjamín Cazarez recogía información sobre los latifundistas de Sinaloa, los conflictos agrarios y los líderes campesinos, previo a afectación de predios agrícolas, e investigaba a estudiantes de la Universidad Autónoma de Sinaloa a los que se les identificaba como miembros de la Liga Comunista 23 de Septiembre que fueron desarticulados y exterminados.
La expropiación de un predio de casi 11 mil hectáreas y la matanza de campesinos en “El Tajito” culminaron con la renuncia de José de Jesús Calderón Ojeda. Benjamín Cázarez permaneció en la subdirección y Calderón nombró a Fernando García Félix como director de gobernación. “Calderoncito” fue premiado con una beca para ir a estudiar a parís.
Con Francisco Labastida Ochoa, Benjamín Cázarez no apareció en la quema pública y política que ocasionó la fuga del penal tristemente célebre Miguel Ángel Beltrán Lugo –“El Ceja Güera”- y 36 reos más del penal de Aguaruto, Culiacán, evasión que provocó la caída del secretario general de Gobierno, Juan Burgos Pinto; tampoco lo alcanzó la detención masiva de agentes de la ministerial y Judicial por parte del ejército, que ocasionó la huida del entonces Coordinador Estatal de Seguridad Pública Fernando García Félix.
Luego del escándalo provocado por la captura de cuando menos 200 agentes por parte del ejército mexicano, por presuntos vínculos con el narco, Francisco Labastida Ochoa creó la Coordinación de Información y Seguimiento en la que puso al frente a Benjamín Cazarez Inzunza, cuyos agentes operaban como “policías secretos”.
Hoy, Benjamín Cazarez con la venia del gobernador Rubén Rocha y la dirigencia estatal de Morena despacha cómodamente como secretario del ayuntamiento de Angostura, al lado del alcalde Miguel Ángel Angulo Acosta, al quien maneja a su antojo, cual títere; uno es promotor de carreras de caballos y el otro de peleas de gallos. Lo que prima en la administración municipal es la organización de eventos donde se cruzan apuestas.
Cogobernado por Cázarez Inzunza, al quien se le coliga con el secretario general de Gobierno, Enrique Inzunza Cázarez, el municipio de Angostura atraviesa crisis recurrente, los servicios públicos están abandonados, no se atienden las demandas de la población y se ejerce espionaje sobre activistas sociales opositores a la administración de Miguel Ángel Angulo, a quien consideran pelele de Benjamín Cázarez.