Las cuatro horas de “gloria” de Rocha

Álvaro Aragón Ayala

Resguardado con barricadas y el uso de detectores de metales y atrapado por los “fantasmas” de la violencia, los feminicidios, los desaparecidos y el hallazgo de fosas clandestinas, el gobernador Rubén Rocha Moya leyó su segundo informe de labores en la explanada de la Unidad Administrativa de Culiacán, la cual fue llenada con menos de 10 mil morenistas, entre los acarreados en 100 camiones de los 18 municipios y de las colonias populares de Culiacán y los empleados estatales, municipales y del Congreso Local, a los que se les obligó a estar presentes.

El acto de culto a la personalidad del gobernador, que se enmascaró con el engañoso e ilusorio lema “dos años transformando Sinaloa” destacó por la ausencia de dirigentes de los sectores productivos de Sinaloa y de líderes de organizaciones de la sociedad civil. Rubén Rocha quedó aprisionado en una “cápsula” en la que gozó de la porra y del abrazo de los morenistas, y tuvo cuatro horas de gloria efímera, apartado del pueblo y de la presión de los miembros de la comunidad de la Universidad Autónoma de Sinaloa sobre quienes ha desatado una campaña de criminalización mediática y judicial.

El gobernador impulsó la Ley Rocha de Educación Superior para, por medio de ella, procesar una reforma a la Ley Orgánica de la UAS para intentar apoderarse de la institución y normar su funcionamiento desde el Tercer Piso del gobierno estatal, el Congreso del Estado y la Secretaría de Educación Pública y Cultura.

La obsesión del mandatario es secuestrar la Casa Rosalina. En respuesta, los universitarios se defienden en los tribunales federales y han realizado manifestaciones que han sobrepasado la cifra de asistentes al acto celebrado por Morena y Rocha.

La tarde del 29 de noviembre, día en el que Rocha Moya tenía programado leer su segundo informe, más de 20 mil universitarios se apostaron en las afueras de las cercas metálicas que rodean el Congreso del Estado para encararlo y exigirle un cese a la persecución política. Con el grito “¡fuera Rocha!” demostraron su repudio al gobernador y el rechazo a la Ley Estatal de Educación Superior. El evento fue cancelado: el argumento esgrimido por los diputados Feliciano Castro y Ricardo Madrid fue que “no había las condiciones de seguridad” ya que -dijeron- “los universitarios habían cerrado el acceso al recinto legislativo”.

La mentira no causó efecto. Nadie la creyó. Desde un día anterior los universitarios se plantaron en el Congreso, el cual no suspendió actividades. Otro día, el 29, los trabajadores y diputados del Congreso, incluso el personal de seguridad, entraban y salían del inmueble sin ninguna obstrucción. Feliciano Castro y Ricardo Madrid ingresaron a las 8:45 de la noche al edificio seguidos por decenas de periodistas para anunciar a las 9:00 de la noche la cancelación. Entonces el acceso estaba libre. Si los universitarios hubieran impedido el ingreso, la conferencia se hubiera realizado afuera, en otro lugar.

La explanada de la Unidad Administrativa, en el que se celebró el segundo informe rochista, se localiza en pleno centro de Culiacán. Para protegerse del pueblo Rubén Rocha Moya dispuso un anillo de seguridad desde la calle Francisco Villa al norte hasta el bulevar Emiliano Zapata al sur, con más de dos kilómetros de vialidades cerradas en ese sentido. La Calzada de los Insurgentes y la Avenida Lázaro Cárdenas, que rodean el inmueble, fueron cerradas en su totalidad, hasta la avenida Guadalupe Victoria. El operativo fue del mismo tamaño de los miedos del gobernador.

Una barricada fue colocada en todo el perímetro de acceso a los jardines de entrada y un segundo cerco previo al acceso a la explanada. Había además un detector de metales y un punto de revisión. Cada manta, cada pancarta, cada camiseta fue revisada, también se revisaron las consignas. No se dejó pasar a ninguna persona que no perteneciera a los grupos de acarreados por los ayuntamientos, los diputados y por Morena. Todos fueron encorralados en la explanada del gobierno estatal, la cual tiene capacidad para no más de 10 mil personas ensilladas y paradas.

Rodeado de paleros, chairos de Morena, aduladores profesionales, Rubén Rocha tuvo sus cuatro horas de gloria, mandando una lectura de sus filias y fobias universitarias y partidistas, ocultando, ignorando que para el pueblo no son dos años de transformación, sino dos años trágicos de olvido y destrucción, en los que se ha perseguido y criminalizado a los universitarios, y no se atiende a las familias sin vivienda, a los desplazados, a los productores agrícolas, a los pescadores, a las familias víctimas de desapariciones y de la ola criminal que ha convertido en un gigantesco panteón clandestino a Sinaloa.

Rubén Rocha no le habló con la verdad a los morenistas, en su segundo informe, pues su ejercicio de gobierno no es transparente y protege a acosadores sexuales, solapa y alienta la corrupción en la licitación de la obra pública, gasta millones y millones de pesos para maquillar su imagen y para atacar a sus opositores, y se fusionó, para “administrar” al estado, con el ex gobernador Quirino Ordaz Coppel, quien saqueó el estado y cometió un fraude al fisco de mil 600 millones de pesos que van a ser pagados por el gobierno morenista en agradecimiento a los apoyos económicos que el hoy embajador de México en España le dio para que cubriera en el 2021 parte de los gastos de la campaña política rochista.

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