Rocha: Mentiroso y Pusilánime. La marcha de la UAS
José Luis López Duarte
Vino el presidente López Obrador y fue evidente el montaje (otro), de traerlo a Sinaloa para intentar involucrarlo en la batalla perdida del gobernador Rubén Rocha contra la UAS, con su intentona de violar la autonomía universitaria que ya los jueces federales pusieron a buen recaudo con el amparo definitivo contra la ley que decretó el Congreso de Sinaloa y firmó el gobernador.
Pero qué creyó Rubén Rocha, que persiguiendo a los líderes de la UAS, empezando por su Rector Jesús Madueña, después de quererlo comprar y que el Rector lo mandó al diablo, con su célebre respuesta de “yo no seré el Rector que entregue le Autonomía Universitaria”
Iniciando desde entonces una persecución y cacería política que hoy se da en los tribunales locales, usando a toda la jauría gubernamental, con el Congreso del Estado, la Fiscalía Estatal, la Auditoría Estatal, la UIPES (unidad de Inteligencia Patrimonial) y el Tribunal de Justicia de Sinaloa, a quienes importa poco la ley y hacen lo imposible con el propósito que ha ordenado el gobernador de liquidar a la UAS.
Sí, estoy convencido, el Presidente López Obrador, fue traído a Sinaloa con el burdo garlito de inaugurar la carretera “Badiraguato-Parral”; imagine usted, desde la cabecera de Badiraguato, en el kilómetro cero de la carretera y no en “Santa Gertrudis” en los límites con Chihuahua, donde se supone termina, junto con una sucursal del banco “Bienestar” en Culiacancito.
Para arrancar tan “productiva” gira presidencial, con un informe sobre UAS y su combate a la corrupción por parte del gobernador Rubén Rocha en la “mañanera” del presidente López Obrador que se realizó en Culiacán, con el cinismo otra vez de pretender mostrarse como lo que no ha sido, un gobernante comprometido con la verdad y la justicia.
Su lucha contra la corrupción es totalmente falsa ya que no hizo nada contra los desvíos, gastos excesivos e improcedentes y mala administración de los recursos estatales del gobierno de Quirino Ordaz Coppel, en el que saltó a la vista la corrupción de la cuentas públicas que su partido MORENA reprobó.
No, Rubén Rocha no lo castigó, lo premió con una carta de “buena conducta” y lo avaló en su viaje a Madrid de lo que nunca ha dicho nada y no va a decir.
Luego apunta para empezar que comenzó con los de MORENA, Jesús Estrada Ferreiro y “el Químico” Benítez, pero se le olvido el peor, el famoso “Billy” Chapman de Los Mochis y ¿sabe usted por qué? porque Estrada Ferreiro y “El Químico” eran sus adversarios y el “Billy” ya no tenía nada que entregar a diferencia de estos dos: los ayuntamientos de Culiacán y Mazatlán, ¿Por qué establezco esta premisa? Porque lo mismo hizo con Héctor Melesio Cuén, pero no contó que Cuén, que fue una pieza política distinta y es parte de una historia de transformaciones de la UAS, y que no sería tan fácil destrozar como lo hizo con los exalcaldes de Mazatlán y Culiacán.
En su largo periplo en “La Mañanera” Rubén Rocha discurrió con verdades a medias y mentiras, que es lo mismo, pretendiendo engañar al presidente López Obrador, como cuando afirmó que la UAS debía al SAT mas de 4 mil millones de pesos de impuestos retenidos a los trabajadores, cuando fue el mismo Rubén Rocha, siendo Rector de la UAS en el periodo 1993 – 1997, el que negoció con el sindicato de la UAS no cobrarle esos impuestos que la administración absorbió, impuestos que Rubén Rocha, como Rector nunca pagó y dejó de herencia maldita en el contrato colectivo de trabajo firmado por él, por lo que cabe preguntarse ¿y quien es el padre de esa ilegalidad y corrupción? Pues Rocha.
Como cuando habló de las grandes “investigaciones” de los medios de comunicación como Noroeste y Animal político, de donde se “sustancio” las demandas de corrupción entre el Rector Madueña y funcionarios, querellas que quedaron evidenciadas el domingo pasado en el tribunal del juez Adán Alberto Salazar, que la propia Fiscalía estatal al salir la prueba de que todo era una trampa perversa, porque según el peritaje que tenía la Fiscalía y que elaboro su agente Fidelia Martínez Pérez, no había en el Rectorado de Jesús Madueña Molina ningún daño patrimonial ya que no se facturó en ese periodo absolutamente nada de esos productos.
Lo que al final del día me queda claro, es que la visita de AMLO a Sinaloa fue una maquinación para atraparlo y amarrar navajas contra la UAS e involucrarlo en un pleito que el gobernador, por sus ambiciones de poder, lo tiene perdido desde hace rato, porque esta derrotado; es un político vencido y su soberbia es tan grande como su poder, que le impide reconocer algo tan elemental que prefiere poner en riesgo todo su gobierno.
Pleito en el que el presidente López Obrador no caerá por elementales matemáticas ¿ganar o perder? El riesgo existe, pero si es mas lo que se pierde que lo que se gana no tiene caso y es difícil que lo adopte con el frenesí y la desesperación del gobernador, cosa que sería peor, es que el presidente advirtiera que solo vino a Sinaloa para eso.
Por lo que cabe a la marcha que convoco la UAS, fue un acierto en tiempo y forma al poner la contraparte en la mesa de la discusión. Mas de cien mil gentes marchando por mas de 20 localidades en Sinaloa son un preludio y a buen lector pocas palabras.