Con mal desempeño en índices de salud, México se aleja del objetivo Dinamarca
Dulce Soto
México es uno de los países de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) con algunos de los peores indicadores en salud.
En el país, las enfermedades crónicas, como la diabetes y la obesidad, registran altos porcentajes, al igual que las muertes infantiles, prevalece un bajo gasto público en el sector, a la par que los médicos, enfermeras y camas hospitalarias son insuficientes, expone el informe Panorama de la Salud 2023, realizado por este organismo y que está compuesto por 38 países miembros.
Los datos que revela el informe nos muestran que México todavía está lejos de alcanzar la promesa del presidente Andrés Manuel López Obrador de tener un sistema de salud mexicano mejor que el de Dinamarca, pues el país se llevaría, al menos, 10 años en la implementación de una gran reforma en los servicios médicos.
Mortalidad infantil
En la mayoría de los países de la OCDE ha disminuido la mortalidad de menores de 1 año, pero en América Latina y El Caribe todavía es alta. México tiene la segunda tasa de mortalidad infantil más elevada de los países de la región que son miembros, con 13 por 1,000 nacidos vivos.
En contraste, el promedio de la OCDE es de cuatro muertes por 1,000 nacidos vivos. Se trata de muertes evitables, causadas por diarrea, enfermedades respiratorias crónicas o desnutrición que demandan mejores servicios básicos de salud.
“La mayoría de las muertes en América Latina no se deben a la falta de acceso, es porque la gente acude a los servicios de salud y recibe una atención de mala calidad”, explica Frederico Guanais, director adjunto de la División de Salud de la OCDE.
El combate a la mortalidad infantil es un desafío antiguo que se mantiene desde hace años y a él se suman nuevos retos, como la diabetes, el cáncer y la obesidad.
“(Es) la doble agenda en la región: el problema de la mortalidad infantil aún no se ha resuelto mientras las enfermedades crónicas ya están llegando con mucha, mucha fuerza”.
Frederico Guanais, director adjunto de la División de Salud de la OCDE.
Para hacer frente a estas dos agendas sanitarias los sistemas de salud requerirán mayores recursos; sin embargo, el gasto del sector de México es uno de los más bajos de la OCDE, con 1,181 dólares por persona mientras la media es de 4,986 dólares.
La inversión en salud representa el 5.4% del Producto Interno Bruto (PIB), pero la media de la OCDE es de 8.8%. Además, de ese total, 47% proviene del bolsillo de las familias.
“De la OCDE solo el 24% del gasto en salud es privado, el resto es gasto público. Entonces, vemos que hay un fuerte problema de financiamiento de los sistemas públicos de salud de América Latina y el Caribe”, subraya el experto.
A medida que los países aumentan su gasto en salud crece su esperanza de vida, un indicador en el que el país también se queda atrás. México tiene 75 años de esperanza de vida, cinco menos que el promedio de la OCDE, de 80 años.
Diabetes, infartos y obesidad
Chile, México, Costa Rica y Colombia tienen tasas de diabetes superiores al promedio de la OCDE. Con 18.6% de los adultos enfermos de diabetes, el país se ha coronado como la nación con más casos de esta enfermedad.
“México ya es el país de la OCDE con la tasa de prevalencia más alta de diabetes entre todos los países miembros de la organización”, confirma Guanais.
Otras enfermedades crónicas van en aumento en la región. En el caso de México, la tasa de mortalidad por enfermedades cardiovasculares es de las más altas, con 157 decesos por cada 100,000 habitantes mientras el promedio de la OCDE es de 136.
Solo las muertes por cáncer son más bajas. En México se registran 93 por 100,000 habitantes, cuando la medida es de 133. Sin embargo, los datos son de 2019 y, en algunos casos, refiere el experto, quizá ya no representen la situación de los países.
Una proporción importante de los problemas de salud prevenibles están asociados a la diabetes y a la obesidad en México, donde 36% de los adultos presenta esta condición de vida, por encima del promedio de la OCDE de 26%.
Personal de salud
México se ha rezagado también en el número de profesionales de la salud disponibles para cada 1,000 habitantes. El país tiene 2.4 médicos y la media de la OCDE es de 3.4. De enfermeras, cuenta con 2.8 mientras los países miembros tienen en promedio 10.3. Incluso, en América Latina y El Caribe hay una media de 3.6 enfermeras.
Una situación similar ocurre con el número de camas hospitalarias. México tiene menos de una cama por cada 1,000 personas y el promedio del organismo es de 4.
“Todos los países de la región tienen menos camas que el promedio de la OCDE. México, en particular, tiene un desafío muy importante porque tiene sólo una cuarta parte de camas de hospital por cada mil habitantes que el promedio de la OCDE”,dice eldirector adjunto del organismo.
Nuevos modelos de atención
Los grandes desafíos en salud urgen implementar nuevos modelos de atención que sean eficientes y logren mejores resultados.
México, Colombia y Chile han apostado por grandes reformas a sus sistemas sanitarios. En el caso del país, el gobierno federal ha desaparecido programas de cobertura médica, como el Seguro Popular, para que la atención a la población sin seguridad social sea gestionada por IMSS-Bienestar.
Sin embargo, el director adjunto de la División de Salud de la OCDE, subraya el funcionario de la OCDE, los procesos de transición a las reformas deben ser graduales y llevan tiempo, si no, pueden generar impactos negativos.
“En muchos países se hacen grandes reformas, lo que llamamos reformas del Big Bang, es decir, hay un gran cambio en la estructura del servicio de salud. En los primeros años de la reforma, en muchos casos observamos una reducción de la cobertura, una reducción en la prestación de servicios, y este ha sido el caso de México”, señala.
Además, México tiene apenas una cobertura de salud de 76%, mientras que en la mayoría de los países de la región se encuentran en el 100%.
“Entonces, un mensaje que siempre transmito cuando la gente me pregunta sobre grandes reformas es: tengamos cuidado, porque las grandes reformas a corto plazo suelen ser muy difíciles”, agrega.
Para mejorar el sistema de salud mexicano primero se requiere un gasto público en salud mayor, reforzar los datos y la información sobre la salud de la población y contar con más y mejor preparados profesionales de la salud.
También es necesario mejorar la atención de la obesidad, enfermedad que cuesta el equivalente al 5.3% del PIB, y la calidad de los servicios, pues los usuarios mexicanos reportan una satisfacción de 57%.
Así que, asegura, un gran cambio en el sistema de salud no se alcanzará en dos años.
“Se lograrán cambios en una década. Espero que sea más rápido, pero tenemos que ser realistas con esto”.