Universidad anunciada por AMLO tendría impacto ecológico en zona protegida del lago de Texcoco, advierten especialistas

Verónica Santamaría

El presidente Andrés Manuel López Obrador anunció la creación de una universidad de medicina en la zona del lago de Texcoco, esto aunque se trata de un espacio declarado como área natural protegida, donde según la norma aprobada no debería realizarse una construcción que detone la urbanización. 

“La universidad es lo de menos. Lo que va a suceder allí es que es un ancla de urbanización de la región, porque ni modo que esté ahí y tengas que viajar dos horas y media para poder llegar a dar tu clase o recibir tu clase todos los días, porque no hay nada alrededor”, refiere Luis Zambrano González, biólogo y doctor en ecología básica por la UNAM.

“Obviamente va a haber todo alrededor, tiene que haber electricidad, tiene que haber drenaje, tiene que haber agua, carreteras, calles, comercios, etcétera.

“Entonces, es la destrucción del ecosistema completo como pasó en el centro del sur de la Ciudad de México, [con Ciudad Universitaria] con lo que queda son 237 hectáreas de Pedregal, o como pasó con Santa Fe [con la Universidad Iberoamericana] en la zona alta de Santa Fe”.

Hasta ahora, el área natural protegida Lago de Texcoco no cuenta con un Programa de Manejo decretado que garantice su conservación. Pero sí existe un borrador donde se prohíbe el establecimiento de áreas habitadas o urbanizadas en cualquiera de las subzonas que la componen, y que están destinadas a su protección.

El Dr. Fernando Córdova Tapia, Investigador del Instituto de Ciencias del Mar y Limnología, UNAM, explica que una ANP sin programa de manejo es un sitio que no tiene ningún tipo de protección, ya que esta herramienta de conservación contiene las reglas y los lineamientos de las actividades que se pueden y no se pueden realizar dentro del área natural protegida.

“En el país tenemos un montón de ANPs decretadas sin programas de manejo y lo que está pasando con Texcoco es que, efectivamente, se hizo un programa de manejo que se sometió a consulta. Ya hay un borrador del programa de manejo, llegamos a una zonificación posible para la ANP, hay algunas reglas puestas a discusión pero no ha habido el decreto. Mientras no haya un decreto del programa de manejo, básicamente la ANP no tiene reglas de qué se puede y qué no se puede hacer”, advirtió en entrevista.

¿Qué dice el decreto de esta área protegida?

En el artículo 4to. del decreto por el que se declara área natural protegida al Lago de Texcoco, publicado el 22 de marzo de 2022,  se establece que dentro de la zona de amortiguamiento del área de protección de recursos naturales Lago de Texcoco quedan prohibidas una serie de actividades.

Entre ellas el establecimiento de “áreas habitadas o urbanizadas que, partiendo de un núcleo central presenten continuidad física en todas direcciones, en las cuales se presenten asentamientos humanos concentrados, que incluyan la administración pública, el comercio organizado y la industria y que cuenten con infraestructura, equipamiento y servicios urbanos tales como energía eléctrica, drenaje y red de agua potable”.

Consultamos al área de comunicación social de la Comisión Nacional de Áreas Naturales Protegidas (Conanp) y la Comisión de Agua (Conagua) por ser las instituciones encargadas de administrar la conservación de este sitio para conocer los detalles de la posible construcción de una universidad en el Lago de Texcoco, la ubicación de esta obra y si fueron notificados al respecto. Aunque quedaron en informar sobre esta consulta, al cierre de esta nota no recibimos respuesta.

Luis Zambrano, biólogo y doctor en Ecología Básica por la UNAM, señala que estas herramientas de protección ambiental como son las Áreas Naturales Protegidas, los planes de manejo de las Áreas Naturales Protegidas y las manifestaciones de impacto ambiental, tienen el objetivo fundamental de la sostenibilidad, e ignorarlas o sobrepasarlas representa un riesgo.

“Todas estas herramientas que nos ha costado muchísimo trabajo echar a andar, que no son perfectas y que les falta muchísimo ―además porque todo el mundo les da la vuelta―, pues son lo que tenemos y sí tienen un objetivo. El objetivo fundamental es la sostenibilidad, el objetivo final de esas herramientas de protección ambiental es que nuestros hijos puedan tener agua, puedan tener clima, puedan tener biodiversidad y alimento”, señaló en entrevista para El Sabueso.

Fernando Córdova Tapia, doctor e investigador del Instituto de Ciencias del Mar y Limnología de la UNAM, coincide con Zambrano al señalar que su principal preocupación tras la declaración del presidente López Obrador para crear una universidad en el Lago de Texcoco es saber si este tipo de acciones no terminarán por incentivar la urbanización o el crecimiento urbano, en zonas que ya estaban destinadas para ser conservadas.

“A mí se me hace complicado y no sabría exactamente dónde están pensando hacer [la universidad] pero eso, finalmente, va un poco en contra de la naturaleza misma del área natural protegida y de lo que se estaba buscando que es, justamente, la conservación socioecológica de la región”, añade.

Ante esto, el especialista en ecología de cuerpos de agua destaca que contar con un programa de manejo es tener las reglas claras para conservar una área natural protegida.

“Si alguien quiere hacer cualquier actividad, proyecto o lo que sea dentro de la ANP tiene que sí o sí cumplir con el programa de manejo, sino no hay manera de no cumplirlo, esa es la normativa. La SEMARNAT ―a la hora de revisar una MIA― lo primero que debe de ver es si hay congruencia entre lo que dice el programa de manejo y el proyecto que se esté presentando”, explica.

¿Qué dice la ley?

Para generar herramientas de conservación que garanticen el cuidado de una Área Natural Protegida es necesario delimitar las zonas de protección como lo establece el artículo 47 de la Ley General del Equilibrio Ecológico y la Protección al Ambiente (LGEEPA) sobre el establecimiento, administración y manejo de las áreas naturales protegidas.

En el artículo 47 Bis se señala que una ANP se conformará por zonas núcleo, las cuales pueden dividirse en dos subzonas: de protección y de uso restringido.

Otra delimitación para la conservación de estos sitios se basa en zonas de amortiguamiento, cuyo objetivo es que las actividades de aprovechamiento que se lleven a cabo ahí estén conducidas hacia el desarrollo sustentable y que, al mismo tiempo, creen las condiciones necesarias para lograr la conservación de los ecosistemas a largo plazo.

Finalmente, el artículo 47 Bis 1 se hace hincapié en que “las declaratorias de las áreas naturales protegidas, podrán establecerse una o más zonas núcleo y de amortiguamiento, según sea el caso, las cuales a su vez, podrán estar conformadas por una o más subzonas, que se determinarán mediante el programa de manejo correspondiente, de acuerdo a la categoría de manejo que se les asigne”.

De acuerdo con la Ficha del Sistema de Información, Monitoreo y Evaluación para la Conservación (SIMEC), la categoría de manejo que le fue asignado al Parque Ecológico Lago de Texcoco es: Área de Protección de Recursos Naturales, tras su decreto el pasado 22 de marzo de 2022, en el marco del Día Mundial del Agua.

La zona de amortiguamiento del Área de Protección de Recursos Naturales Lago de Texcoco tiene una superficie de 14,000.33 hectáreas y cuenta con siete subzonas de protección: De preservación, de uso tradicional de los recursos, de aprovechamiento sustentable de los recursos naturales, de aprovechamiento sustentable de los ecosistemas, de aprovechamiento especial, de recuperación y de uso público.

Esta última subzona hace hincapié en que sólo será para “aquellas superficies que presentan atractivos naturales para la realización de actividades de recreación y esparcimiento, en donde es posible mantener concentraciones de visitantes, en los límites que se determinen con base en la capacidad de carga de los ecosistemas”, pero no señala la construcción de obras públicas relacionada a infraestructura como centros escolares, en este caso una universidad.

El Dr. Fernando Córdova fue parte de la Unión de Científicos Comprometidos con la Sociedad (UCCS) con quienes revisó el Manifiesto de Impacto Ambiental para advertir posibles impactos en el ecosistemas tras el anuncio de Enrique Peña Nieto sobre retomar la construcción de un aeropuerto en esa zona. El proyecto del Nuevo Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México (NAICM) fue cancelado en 2019.

El experto señala que tras revisar el borrador del Programa de Manejo de Lago de Texcoco que se tiene hasta ahora, no se contempla entre las actividades permitidas en alguna de las subzonas de amortiguamiento la construcción de obras públicas semejantes a una universidad.

“Sólo hay una zona que se llama ‘De uso público’, es decir, de las 14 mil hectáreas [que] son justamente destinadas a conservación, aprovechamiento de los recursos en término de agricultura y recuperación de cuerpos de agua, la única parte que es ‘De uso público’ donde se pueden hacer otros tipos de infraestructura [de bajo impacto] es lo que corresponde al Parque Ecológico Lago de Texcoco, que es polígono al sur de la ANP y que está pegado con la carretera”.

“Lo que veo en el borrador del programa de manejo es que, de todas las actividades, no hay ninguna que indique la posibilidad de llevar a cabo una infraestructura de este tipo”, añade.

Actividades de bajo impacto

El Sabueso tuvo acceso al borrador del Programa de Manejo para el área natural protegida Lago de Texcoco y en él se enlistan una serie de actividades dedicadas a “fomentar y orientar el desarrollo sustentable dentro del Área Natural Protegida, acorde con la vocación natural del suelo”. 

En el documento también hacen énfasis en que es fundamental abordar tanto problemáticas como necesidades de forma efectiva, incluyendo diversos temas de recuperación y conservación de los ecosistemas, recarga hídrica, recuperación de la cobertura vegetal y de suelos, así como la mitigación de los efectos del cambio climático, uso eficiente de la energía y aquellos derivados de la presencia de los asentamientos humanos circundantes y sus actividades económicas, para preservar la vulnerabilidad en la cuenca, restaurar y conservar la estructura de los ecosistemas a largo plazo con un enfoque integral y holístico.

A lo largo de las 288 páginas que conforman el borrador en ninguna de las actividades permitidas en las subzonas delimitadas y asignadas a una cobertura específica de conservación mencionan que se permita la construcción de obras públicas o infraestructura destinada a la detonación de zonas habitadas o urbanización dentro y fuera del sitio de conservación, en este caso una universidad.

Si bien, autoridades dedicadas a la administración de la conservación del Lago de Texcoco como Conanp y Conagua no han aclarado dónde estaría ubicada la posible construcción de esta universidad, ya sea dentro o en los alrededores del Lago, en el borrador se advierte los impactos que ha sufrido el territorio desde megaproyectos, la operación del Relleno Sanitario Bordo Poniente, asentamientos humanos, obras de saneamiento y control de las aguas residuales del Valle de México.

“Estos cambios de uso de suelo han generado de manera indirecta la generación de tiraderos clandestinos, las descargas de aguas residuales en canales, por la falta de servicios a los asentamientos irregulares, conllevando a la contaminación de suelo y agua”, se lee en el documento.

De aprobarse el Programa de Manejo, el área natural protegida Lago de Texcoco contaría con una herramienta de conservación primordial para proteger flora, fauna y pasado histórico de los pocos remanentes que quedan del antiguo Lago de Texcoco. 

El especialista Fernando Córdova explica que ve bien el borrador del programa de manejo; sin embargo, al no estar decretado aún,  éste todavía no es oficial.

“Justamente en la zona de aprovechamiento público lo que está previsto son actividades deportivas, turismo de bajo impacto que no es urbanización. Son actividades de esparcimiento y educación pero no necesariamente la creación de infraestructura como una universidad”, aclara.

En ese sentido, el único trabajo relacionado con universidades que se proyecta en el Área de Protección de Recursos Naturales Lago de Texcoco es continuar con el fomento a la investigación que permita contar con los datos actualizados y acordes a la problemática actual en la APRN. Esto, a través del desarrollo de proyectos con líneas de investigación específicas con instituciones académicas, organizaciones de la sociedad civil y gobierno que permitan ampliar el conocimiento del estado actual de los recursos naturales, sus amenazas e impactos con convenios y mecanismos de coordinación interinstitucional. 

“No es el primer caso”

Zambrano González advierte que este no es el primer caso en que se arremete contra la herramienta de conservación de una ANP, como el plan de manejo o manifiesto de impacto ambiental, ejemplo de esto es el puente vehicular que se construyó en el Humedal de Xochimilco una área natural protegida declarada desde 1992. 

“Al área natural protegida de Xochimilco le pusieron un puente que está destruyendo, que además es un área natural protegida, es Sitio Ramsar, es sitio UNESCO [y] aún así le pasaron un puente por encima sin el menor escrúpulo que está poniendo, actualmente, en peligro a Xochimilco. Ya se están viendo los resultados de eso porque existe un aumento significativo en canchas de fútbol, por ejemplo, y en antros en la región donde se puso el puente. Eso ya está haciendo un efecto negativo en el área natural protegida”, sentencia.

Otros ejemplos de sitios protegidos y espacios naturales con manifiestos de impacto ambiental poco claros son el Tren Maya, Calakmul y la reserva de la biosfera de Sian Ka´an en Quintana Roo, con la creación de caminos sin MIA previas.

Al día de hoy, la Comisión Nacional de Áreas Naturales Protegidas administra 203 Áreas Naturales Protegidas de carácter federal de las cuales 166 cuentan con una superficie exclusivamente terrestre, 31 cuentan con una superficie terrestre-marina y 6 exclusivamente marina, representan 91,608,327.23 hectáreas, según se detalla en su sitio oficial.

El Dr. Córdova Tapia, quien además realiza revisiones independientes al procedimiento de evaluación de los impactos ambientales de megaproyectos, señala que para la creación de esta universidad se requerirá de una manifestación de impacto ambiental, tendrá que someterse a consulta y contar con todos los detalles de qué es lo que se quiere hacer y que sea acorde con los lineamientos del programa de manejo, para determinar si es viable o no.

“Tratar que los tiempos ambientales se ajusten a los tiempos políticos es un desastre porque no hay manera de hacerlo bien con el tiempo necesario para evitar que se generen problemas y ese instrumento sería la Manifestación de Impacto Ambiental, ese sería el punto donde se tiene que guardar distancia, se tiene que analizar, se tiene que ver si funciona o no funciona y se decide si se hace, si se cambia de lugar, si se hace de otro modo, en función de los impactos ambientales que podría tener”, advierte.

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