Viajar por México: los ‘Pueblos Mágicos’ no son tan mágicos, pero se puede hacer turismo responsable

Rogelio Loredo

A la mayoría de las personas nos encanta viajar: conocer nuevos lugares, experiencias y culturas. En México tenemos muchísimo por descubrir, ya que cada estado de nuestro país tiene su propia identidad, colores y sabores que encantan a cualquier turista.

El Gobierno sabe muy bien esto y por eso ha aprovechado la riqueza -natural y cultural- de cada estado con su programa de “Pueblos Mágicos”, con el cual busca explotar los recursos de diferentes lugares de nuestro país para atraer turistas.

En la actualidad existen 177 Pueblos Mágicos -con 45 que se unieron al listado hace apenas unas semanas– y si estás pensando salir de vacaciones, tal vez tienes en mente visitar alguno (o varios) de estos pueblitos.

Pero es importante que sepamos que este programa, si bien ha ayudado a dar a conocer un abanico amplio de lugares increíbles por explorar, también ha resultado en consecuencias graves para los habitantes y sus recursos naturales.

Y no, no decimos que no deben visitarse, solo que para recorrerlos hay que saber ser un turista responsable que respete las localidades que visita.

Para comprender más sobre este tema, en Animal MX hablamos con Carla Escoffié, directora del Centro de Derechos Humanos de la Facultad Libre de Derecho de Monterrey y abogada dedicada al tema del derecho a la vivienda y derecho a la ciudad.

¿Por qué no es bueno el programa de Pueblos Mágicos?

La Secretaría de Turismo resalta que este programa de desarrollo busca organizar “diversas acciones de carácter económico, social y ambiental con el propósito de mejorar condiciones de vida de una localidad turística”.

En el papel, esto suena muy bonito, pero como explica Carla, los Pueblos Mágicos están basados en un modelo turístico que busca homogeneizar las experiencias turísticas. Es como hacer de los lugares un “escenario” para atraer visitantes, sin tener en cuenta las necesidades y realidades de las comunidades locales.

“Este programa está basado en un modelo creado en los 60 y 70, de cuando se gestaron  proyectos como Cancún, justamente con esta lógica de que el turismo sea como una especie de motor de la economía nacional. Entonces podemos entender que los pueblos mágicos como como programa parte de la misma idea. Pero hay que entender que la derrama económica no genera necesariamente una mejor calidad de vida”, menciona la abogada.

Y la derrama económica tampoco es una certeza.

Como menciona el artículo Los Pueblos Mágicos: una visión crítica sobre su impacto en el desarrollo sustentable del turismo, publicado por Universidad Autónoma de Nayarit, en 2012, México cayó del lugar 48 al 74 en desarrollo turístico. 

Y eso no es todo, ya que en el Informe de Resultados de la Fiscalización Superior de la Cuenta Pública de 2010, la Sectur fue amonestada por la Auditoría Superior de la Federación por las inconsistencias en el programa de Pueblos Mágicos.

Pero a ver… ¿cómo afecta este programa a las comunidades?

Carla Escoffié añade que enfocar estas localidades al programa de Pueblos Mágicos trae consigo varios problemas que afectan directamente a las personas que viven en estos lugares.

Entre los efectos negativos se encuentran el aumento de precios, las afectaciones a recursos como acceso al aguadesplazamientogentrificaciónmodificación de la identidad del pueblo y espacios.

“Por ejemplo, lo que sucede en  Mérida donde el mismo gobierno habla de una ciertas cuadras que son el ‘corredor gastronómico’, que son cuadras destinadas al turismo gastronómico y restaurantes para los turistas y lo generan estos procesos de turistificación es la modificación de los espacios y de la identidad con tal de vender un producto”, menciona Carla.

La activista y abogada señala que de esta forma se crean “montajes” con los que se busca atraer el turismo no por lo que es un lugar, sino que se modifica para parecerse más a los estereotipos y expectativas que traen los mismos turistas, volviéndose así “una caricatura de sí mismos”.

Como menciona el libro de Pueblos Mágicos. Una visión interdisciplinaria, de Liliana López Levi y más investigadores de la UNAM y UAM, este modelo se vuelve una especie de “autoboicot” con la llegada masiva de visitantes se acaban los recursos naturales de los pueblos, transformando el atractivo turístico de los pueblos, que se terminan convirtiendo en ciudades repletas de edificios, contaminación y sin áreas verdes.

Al mismo tiempo, esto ocasiona muchos desplazamientos de la población local por el encarecimiento de la vida en los Pueblos Mágicos.

¿Qué podemos hacer nosotros para convertirnos en turistas responsables?

Carla explica que una posible solución para esta problemática sería replantear el modelo turístico en México, dándole más importancia a la participación de las comunidades en la gestión del turismo y preservación de su identidad.

Sin embargo, esto es un problema estructural que depende del Estado y requiere acciones nivel gubernamental y de políticas públicas. Pero eso no significa que nosotros, como turistas, no podamos hacer nada.

La ONU, a través de la Organización Mundial del Turismo, lanzó hace años un código ético para realizar turismo responsable. Es decir, una especie de guía con puntos que debemos considerar al momento de viajar y así respetar los espacios que visitamos.

Estos son los puntos para ser turistas responsables:

  • Aprender sobre las costumbres localestradiciones y condiciones sociales para entender a la comunidad local.
  • En caso de viajar a un lugar donde se hable una lengua diferente, aprender algunas palabras del idioma autóctono.
  • Disfrutar y respetar los espacios, historia, religión, vestimenta, entre otros.
  • Pedir permiso al tomar fotos de alguien más.
  • Empatiza con lo que ves, reflexiona antes de criticar condiciones de vida o costumbres locales.
  • Reduce tu impacto ambiental.
  • Respeta la vida silvertre.
  • No compres productos fabricados con plantas o especies en peligro de extinción.
  • No salgas de las zonas abiertas a visitantes.
  • Planifica tu transporte para reducir emisiones de carbono.
  • Adquiere productos y artesanías elaboradas en la zona y no le quieras bajar el precio.
  • No compres productos falsificados.
  • Contrata a guías locales. 
  • Apoya a empresas a favor de la diversidad e igualdad. 
  • Disfruta los lugares menos visitados.

Por último, Carla agrega que debemos pensar en cómo nos comportamos al viajar, ser conscientes de no apoyar el consumo depredador con el que varias empresas grandes están identificadas, preguntar a las personas locales los lugares bonitos que podemos visitar -más allá de los spots más populares-, esto nos ayudará a verdaderamente conocer los pueblos y sus culturas.

Así que si estás planeando una visita por los Pueblos Mágicos del país, recuerda que sí podemos hacer un turismo responsable.

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