Leyes sancionan maltrato animal, pero los casos en redes exhiben que hay letra muerta

Nora Nancy Gaspar Resendiz

A finales del pasado mes de mayo se viralizó un video que provocó la indignación de usuarios de redes sociales y de organizaciones en defensa de animales: un sujeto arrojó un perro a un cazo en el que había aceite hirviendo, lo que de inmediato acabó con la vida del pequeño can. Los hechos tuvieron lugar en el municipio de Tecámac, Estado de México.

Con el paso de los días, se supo que el nombre del animalito era Scooby y su único delito fue seguir a su pequeño dueño, un menor de edad, quien fue a la tienda, cuando se cruzó con un hombre, identificado como Sergio “N”, que salía furioso de una carnicería y al toparse con el perrito lo lanzó sin consideración a su muerte.

Pese a que la Fiscalía General de Justicia (FGJ) del Estado de México logró detener a Sergio, quien ya fue vinculado a proceso por el delito de maltrato animal, y quedó en prisión preventiva, además que se le giró una segunda orden de aprehensión por el delito de homicidio calificado en grado de tentativa en contra del carnicero, con quien habría discutido antes de asesinar a Scooby, es posible que la sanción que se le dicte no sea lo suficientemente dura.

De acuerdo con la Ley Protectora de Animales del Estado de México, cuando alguien provoque la muerte de un animal mediante un medio que prolongue su agonía o le cause sufrimientos innecesarios, se le sancionará “con la pena máxima que fija la Ley”, que es de seis años de cárcel, según informó Rosa Icela Rodríguez, titular de la Secretaría de Seguridad y Protección Ciudadana, durante la conferencia matutina del Presidente Andrés Manuel López Obrado, del pasado 30 de mayo.

“Estos hechos serán sancionados con la pena máxima que fija la Ley, sin perjuicio de la responsabilidad que como autor de un delito de daño en propiedad ajena pudiere corresponder a los que realicen cualquiera de los actos previstos en este artículo o de la responsabilidad civil”, indica dicha legislación.

Otras entidades como Aguascalientes, Baja California, Baja California Sur, Campeche, Coahuila, Colima, Chiapas, Durango, Ciudad de México, Guanajuato, Guerrero, Hidalgo, Jalisco, Michoacán, Morelos, Nayarit, Nuevo León, Puebla, Querétaro, Quintana Roo, San Luis Potosí, Sinaloa, Sonora, Tabasco, Tamaulipas, Tlaxcala, Veracruz, Zacatecas también cuentan con leyes contra el maltrato animal.

En tanto, en el estado de Oaxaca existe el “Reglamento sanitario de animales domésticos de compañía”, mientras que en Yucatán también hay un “Reglamento para la Protección de la Fauna”, con el que se busca proteger a diversas especies animales.

Las leyes contemplan penas que van desde unas horas de arresto administrativo hasta los dos años de prisión, en la mayoría de los casos en los que se provoque la muerte de un animal, y la pena disminuye si sólo se presentó maltrato. Sólo la Ciudad de México, Oaxaca, Puebla y Morelos sancionan el asesinato de un animal con hasta cuatro años de prisión, mientras que San Luis Potosí es la única entidad en que este delito tiene una pena de cinco años de cárcel.

Respecto a las multas que alguna persona podría recibir por maltratar a un animal, estas van de los 481 pesos, en el caso de Aguascalientes, a un millón 370 mil 220 pesos, que es la multa más alta y está impuesta en el estado de Chiapas, lo que también dependerá de qué tan grave haya sido el delito contra la víctima animal.

Entre los delitos que las leyes y reglamentos contemplan están: el provocar la muerte de algún animal a través de métodos que prolonguen su agonía, torturarlos, abandonar animales en la vía pública, el abuso sexual contra animales, descuidar el lugar en el que habita el animal, mantenerlos como pare de espectáculos circenses, las peleas entre ellos, y abandonarlos.

Pero pese a su vigencia, estas leyes no siempre se cumplen, ya que es común ver en azoteas de las casas a perros en estado de abandono o deambulando en las calles. Además, son frecuentes las noticias en las que se denuncia un nuevo caso de envenenamiento de animales o asesinatos de manera cruel contra estos seres, sin importar, incluso, si tienen funciones específicas en favor de la sociedad.

En junio de 2021, se dio a conocer el caso de Athos y Tango, ambos perros murieron envenenados con salchichas, y fue de gran relevancia debido a que el primero era un reconocido can por sus labores de rescate tras el sismo del 2017 en la Ciudad de México, además de participar en labores de rescate durante la erupción del Volcán de Fuego en 2018. Mientras que Tango daba terapia a personas que padecían ansiedad o episodios de estrés.

De acuerdo al estudio denominado “Índice de las Mascotas Sin Hogar (IMSH)” que llevó a cabo la empresa de alimentos para mascota Mars Petcare, publicado en octubre de 2022, el abandono de mascotas, perro o gato, se dio en cuatro de cada 10 personas, debido a que “les requería demasiado compromiso o tiempo”.

Además, señala que tres de cada 10 personas justificó el abandono “porque no había espacio suficiente en su hogar”. En este sentido, el estudio detalló que de 2000 encuestados, el 64 por ciento considera que es difícil tener un perro cuando el hogar es un departamento, y en el caso de gatos el 51 por ciento.

Sobre la dificultad de poder rentar una casa en la que se permitan perros, el 53 por ciento consideró que es difícil y cuando se trata de gatos, es el 44 por ciento. En tanto, el 67 por ciento de los encuestados opinó que “hay demasiados perros sin hogar y 54 por ciento que hay demasiados gatos sin hogar”.

El estudio reveló puntos importantes sobre la adopción en albergues, por ejemplo, el 27 por ciento de las personas encuestadas en México no está dispuesta a adoptar una mascota en un albergue. Asimismo, entre el 12 y 13 por ciento “no cree que los gatos y perros de albergue sean aptos para adoptarse como mascotas”.

En la propuesta que la Senadora Sasil de León Villard, del Partido Encuentro Social (PES) presentó para tipificar como delito el maltrato y la crueldad contra los animales en el código penal del estado de Chiapas, refirió algunos datos significativos. Por ejemplo, que México se encuentra en tercer lugar a nivel mundial “con mayores registros de maltrato y crueldad animal”, de acuerdo con datos del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI).

La legisladora también destacó que en el país son más de 60 mil los animales que mueren por maltrato al año, y entre los tipos de maltrato más recurrentes de los que son blanco los animales están: el abuso sexual, la tortura, las lesiones, el a abandono y la muerte.

De acuerdo con la Asociación Mexicana de Médicos Veterinarios Especialistas en Pequeñas Especies (AMMVEPE) en el país hay cerca 28 millones de perros, de los cuales, estima, el 70 por ciento se encuentra en situación de calle, lo que significa que sólo el 30 por ciento de estos animales tienen dueño.

Foto: Alexander Zemlianichenko, AP

A estas cifras ya alarmantes se suma que durante el COVID-19, Asociaciones civiles que apoyan a perros y gatos sin hogar registraron que durante la pandemia la visualización del maltrato animal aumentó y, como también sucede en Estados Unidos, los dueños los abandonaron por el gradual regreso a las oficinas o escuelas a partir del inicio de la vacunación.

Un mes antes del asesinato de Scooby, en abril del presente año, organizaciones de protección animal y activistas denunciaron en redes sociales una serie de videos en los que se observa la manera en que bomberos adscritos a Protección Civil de Monclova, Coahuila, habrían asesinado y torturado perros en situación de calle.

Los bomberos de Monclova fueron exhibidos en videos donde se muestra cómo asesinaban a perritos a golpes con palas y mazos en las instalaciones de Protección Civil y Bomberos. En el video, que fue publicado el pasado 2 de abril, un bombero sostiene a un canino sin vida, al cual presuntamente ahogaron, mientras se burlaba y sonreía a la cámara.

En noviembre de 2022, se viralizó el caso de un perro que fue golpeado hasta morir cuando se acercó a un restaurante llamado Cabaña El Buen Gusto, ubicado sobre la carretera Picacho Ajusco, en la Alcaldía Tlalpan de la Ciudad de México. A través de un video que circuló en redes sociales se aprecia el momento en el que dos personas se turnan para golpear al animal con palos.

También se dio a conocer un segundo video en el que aparece un hombre que, al ser increpado por un grupo de testigos de la agresión, les indica a las personas que -si gustan- retiren al perro de la entrada “porque voy a abrir mi establecimiento”, dice, y a pesar de que el perro estaba ensangrentado e inmóvil a causa de los golpes, el individuo asegura: “el perro está vivo, no está muerto”.

— Con información de Dulce Olvera, Eréndira Quintero y Vanguardia

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