A qué palo se arrima Feliciano, y no es albur
Juan Manuel Partida Valdez
Teniendo la situación tan de la patada, podemos explicarnos a qué palo se arrima con frecuencia el diputado Feliciano Castro Meléndrez.
Nada bueno hay para escoger, y por eso tiene que usar como su vulgar marioneta al legislador Pedro Alonso Villegas Lobo.
Ellos dos se entienden muy bien, porque son del mismo equipo: corruptísimos y damas de clóset.
Del frustrado mariscal de la diversidad estatal son cada vez más las evidencias de sus numerosas raterías.
Está señalado incluso como sospechoso de cuando menos un homicidio.
El diputado Lobo es caca menor, pero cada vez apesta más.
Recordemos la denuncia que en su contra hicieron un grupo de jóvenes a quienes les robó por lo menos 30 mil pesos por piocha; crearon una empresa de manera colectiva, pero el hoy legislador se hizo del control total y dejó a todos los demás sin su dinero.
Estos jóvenes, la mayoría mujeres, intentaron cobrarle al defraudador y ratero.
Prepotente y cínico, Villegas Lobo les gritó que tiene fuero y se negó a devolver el dinero robado.
Intentó repetir el mismo atraco con nuevas víctimas, jóvenes deseosos de buscar un futuro mejor siendo “dueños” de una nueva empresa.
No pudo hacerlo por las denuncias de parte de los primeros atracados.
Es un ratero de marca, se advirtió públicamente.
Por eso no sabe uno si reír o llorar cuando este diputado ladrón presume combatir a los corruptos.
El cínico cumple sin descanso con la orden de provocar a los adversarios.
Y por momentos es feliz, logrando su cometido ante la falta de pericia de los provocados.
Pareciera cosa de mitote y de pleitos sin relevancia, pero estamos hablando de uno de los tres poderes de Sinaloa.
Este Congreso del Estado que, se ha demostrado, está lleno de rufianes.
Comenzando por Feliciano Castro, lideresa del cártel de los perfumados.
LOS QUIERO MUCHO, PERO BOLAS
La forma es fondo, sin duda alguna.
Qué fregada necesidad tenía el gobernador Rubén Rocha Moya de mandar a Graciela Domínguez Nava a insultar a la UAS en un evento organizado por la rosalina institución.
El mensaje de que los quiere mucho, pero bolas.
Cada vez me resulta más inconcebible que el jefe del ejecutivo estatal parezca no darse cuenta de sus despropósitos y de sus desvaríos.
QUIERE SER GOBERNADOR, EL CORRUPTO
Enrique Inzunza Cázarez quiere ser gobernador, y opera desde hace rato desde su posición actual para consolidar esa aspiración.
No descarta la posibilidad de convertirse en senador, pero sabe muy bien el riesgo de perder los controles políticos que tiene a su disposición como Secretario General de Gobierno.
Por eso le duele mucho que se le señale públicamente como corrupto sin llenadera.
Su solución es la de acallar críticas, con dinero o con amenazas.
Hace equipo con el secretario particular del gobernador, Alejandro Higuera Osuna.
Inzunza Cázarez lo apoyaría para que contienda una vez más por la alcaldía de Mazatlán, si las condiciones se prestan, a cambio de que las huestes de “El diablo” empujen por “el camisa rosa” para la gubernatura.
El optimismo nadie se los quita.