Rocha: obsesión política
Antonio Quevedo Susunaga
La misma obsesión política que manifiestan las autoridades norteamericanas por culpar al “narco de Sinaloa” de todos sus males, es la misma, pero su versión estatal, la que expresa el gobernador Rubén Rocha Moya contra los funcionarios universitarios y contra la Universidad Autónoma de Sinaloa.
El gobernador dice amar a la Universidad Autónoma de Sinaloa, pero no cabe duda de que le profesa un “amor enfermizo” que requiere una atención médica urgente.
El gobierno de los Estados Unidos ha presionado con todas sus fuerzas para que el gobierno de Andrés Manuel López Obrador le permita entrar a México para detener a los hijos del Chapo Guzmán, a los que culpa de todo el fentanilo que está matando a los jóvenes norteamericanos.
Y ha declarado que no sólo desea detener a los productores de dicha droga letal, que asegura que están protegidos en Sinaloa por funcionarios de la Cuarta Transformación, cosa que también quiere venir por estos presuntos protectores de narcos.
La realidad es que el fentanilo ingresa a los Estados Unidos, por sus aduanas de Canadá y México; sin embargo, no hay acciones contundentes para frenar dicho ingreso y con ese pretexto enviaron a mil 500 soldados más a crear un “muro humano” en la frontera para detener la droga, aunque el pretexto es detener a los migrantes.
Los mexicanos no creo que sean los actores creadores de todos los males de la drogadicción en Estados Unidos; creo que es un asunto que está haciendo crisis y que el Chapo Guzmán lo tienen detenido en Estados Unidos, ahora quieren a sus hijos y a los políticos de la Cuarta Transformación que presuntamente protegen en Sinaloa a dichos delincuentes. El asunto es muy grave para el quehacer político estatal. Es evidente que un hecho de esta naturaleza será capitalizado políticamente por la oposición en México.
En estos momentos tenemos un presidente fuerte, con decisión; sin embargo, las cosas cambiarán a partir del 2024, cuando haya el relevo político en México, en donde posiblemente no tengan la fuerza suficiente para detener la presión norteamericana.
Los “gringos” están obsesionados porque aseguran que los narcos de Sinaloa son los que más daño le están haciendo a su gente; sin embargo, no vemos las acciones que las autoridades estén realizarán al interior de los Estado0s Unidos.
En México, las autoridades han implementado algunas medidas, el ejército ha endurecido el combate del fentanilo en México y obviamente en Sinaloa.
Las mismas autoridades norteamericanas, en una acción ilegal, dicen que infiltraron los Carteles que operan en Sinaloa, entre ellos, el de los Guzmán, que tienen toda la información, incluyendo los nombres de autoridades que los protegen y les facilitan la operación en Sinaloa.
Es indiscutible que dichas declaraciones de las autoridades norteamericanas deberán preocupar a los jefes policiacos municipales, estatales y federales que operan en Sinaloa, e incluso, al propio gobernador Rocha Moya, aunque dichas afirmaciones no tengan una pizca de verdad.
La otra obsesión que vemos en el quehacer político de Sinaloa, es la que se le ha manifestado al gobernador, que después de haber sido ayudado por los universitarios de llegar al poder, una vez en el mando los quiere aniquilar violentado la autonomía, inventado delitos mentirosos y echándole encima a los poderes legislativo, fiscal. Sin embargo, no ha logrado que la sociedad y menos los universitarios crean sus falsos argumentos convertidos en “molinos de viento” contra los que “lucha”.
Los universitarios dieron muestra de su firmeza en la defensa de la autonomía, al salir el primero de mayo, alrededor de 25 mil maestros, estudiantes y familia, a expresar su repudio contra el gobierno de Rocha Moya, que terminará en Sinaloa debilitado lamentablemente.