Despedida de Córdova: atar el INE a NED, USAID y, obvio, la CIA
Carlos Ramírez
El encuentro que tendrá estos días el consejero presidente en proceso de retiro del INE, Lorenzo Córdova Vianello, con representantes de la National Endowment for Democracy (NED), de filiación radical republicana y con funciones operativas articuladas a la CIA para penetrar de manera política en otros países, no será una decisión de ingenuidad sino la articulación de compromisos formales del organismo electoral mexicano con intereses extranjeros.
Reportes publicados en Estados Unidos revelan que la NED o Fundación Nacional para la Democracia es un instrumento del Partido Republicano para inducir orientaciones políticas en procesos democráticos nacionales de países interesados en tener avales extranjeros a sus procesos internos. La NED fue el instrumento creado por la administración republicana de Ronald Reagan para abrir canales de penetración y de influencia en sistemas políticos latinoamericanos, entre ellos a grupos ciudadanos que recibieron fondos de ese organismo para promover eventos democráticos aprobados por los servicios de inteligencia política de la Casa Blanca.
Una investigación de Hernando Calvo Ospina, para el sistema informativo progresista Rebelión, recoge la opinión de Allen Weinstein, historiador y primer presidente de la NED, con autoincriminaciones muy directas: “mucho de lo que hoy hacemos (en la NED), lo hacía hace ya 25 años la CIA de manera encubierta”. Y, en efecto, es larga la lista de libros que han revelado lo largo de los últimos 40 años la manera en que la Agencia Central de Inteligencia infiltraba organismos políticos nacionales para darles una orientación funcional a los intereses de la Casa Blanca, independientemente del partido que se encontrará gobernando. La infiltración política a través de fundaciones inventadas permitió a la CIA y a la Casa Blanca frenar y desvirtuar movimientos nacionalistas en la región latinoamericana.
La NED encontró el camino en el financiamiento como Fundación a organizaciones civiles mexicanas que comenzaron a configurarse y operar justamente en los años del acoso de la administración Reagan sobre México a partir de mediados de los ochenta, provocando inclusive denuncias que generaron expedientes judiciales. Muchas de las organizaciones civiles mexicanas recibieron fondos y apoyo político de la NED y de la agencia estadounidense para el desarrollo –USAID, por sus siglas en inglés– en los últimos años.
Lo significativo de estas estructuras estadounidenses para fondear dineros públicos de la Casa Blanca en organismos sociales latinoamericanos y mexicanos fue el paso estratégico dado por el presidente demócrata Joseph Biden al convertir a la USAID en la oficina de mayor actividad de penetración en los sistemas políticos latinoamericanos, incluyendo, de manera paradójica, financiamiento a programas sociales de los propios gobiernos en turno, entre ellos, por cierto, de la administración lopezobradorista.
La pinza de la USAID-NED es el principal instrumento político del Gobierno demócrata estadounidense que está aplicando las técnicas de intervencionismo político en procesos locales que había inventado el Partido Republicano de Reagan. En una investigación de Thierry Meyssan, de la red Voltaire publicada por la revista Contralínea, exhibe a la NED como una parte estratégica de rutas de financiamiento para intervencionismo político en otros países que provienen de fondos del Congreso y que pasan a través de los mecanismos políticos de la CIA.
La NED había logrado penetrar en la estructura de organizaciones sociales mexicanas a través de funcionamientos legalizados como Fundación, pero con intenciones de servir a los intereses geopolíticos de la Casa Blanca con fondos a grupos disidentes que carecían de recursos para sus actividades de defensa de la democracia y de activismo social. La novedad de hoy es que el consejero presidente del INE, a 15 días de terminar su gestión legal, está dejando atados compromisos políticos del Instituto –que forma parte del Estado mexicano y que está configurado por una pluralidad de corrientes políticas– con organismos como la NED, cuyas funciones responden a intereses gubernamentales estadounidenses para influir en rumbo político de países como México.
La intención de Córdoba en sus reuniones en estos días con organizaciones estadounidenses se convierte en un asunto de seguridad nacional cuando involucra al organismo electoral mexicano con organizaciones como la NED e internacionaliza un asunto que se está dirimiendo de manera legal en tribunales mexicanos, creando un factor de presión estadounidense sobre la democracia mexicana para amarrarla a los intereses de EU.
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