Plagio: Pepe el Toro tiene la culpa

Jorge Eduardo Aragón Campos

El problema que vuelve a aflorar con el asunto de Yasmin Esquivel es nuestra incapacidad casi congénita que nos inhibe el uso de la claridad; para ser más preciso: es un problema de corrupción social generalizada. No es sistémica, es orgásmica, nos gusta ser corruptos, disfrutamos el hacer trampa y se nos revuelve el estómago sólo de pensar en ser decentes; me explico con un ejemplo harto común, que se expresa en la frase “si el paciente se salva es gracias a Dios y si se muere es por culpa del médico”; es exactamente lo mismo que ocurre con un político “si se beneficia es ratero y si no es un pendejo”; el regateo que nos distingue al extremo de usarlo hasta para comprarle un mazo de rabanos a la india que los vende en la banqueta, es una obscenidad a la que ni los judíos se atreven: somos una bola de hijos de su chingada madre y además culeros, que hemos rebasado todos los límites de la vida en sociedad (dicho así por seguir en plan de usar coloquialismos como herramienta didáctica).

En el ejemplo inicial (obvio también en el resto) los primeros responsables son ellos: usted cumpla con el tratamiento y con la ayuda de Dios usted va a sanar. No tienen la entereza para: no quiero saber de los asuntos de su fe, eso déjelo para la iglesia, usted está enfermo y el que cura soy yo, si usted no sigue mis indicaciones es responsabilidad suya si se muere. Prefieren dar la suave, volverse cómplices, no vaya a ser y el paciente de todas formas cuelgue los tenis. Por eso es tan “difícil” decirle a paciente y familiares lo que Bourget afirma sin cortapisas: quien padece un mal incurable y terminal no está enfermo, se está muriendo; no es un paciente, es un moribundo. Y el pretexto no tiene desperdicio: es que la gente no se quiere resignar. Pues sí, nomás que para la resignación están los curas.

Ya no dudo ni tantito que al final del día Yasmin Esquivel si acabe como cabeza de la SCJN, si así ocurre la responsabilidad ya no será de morena o del peje, sino de quienes según ellos pretenden cerrarle el paso.

Ese caso es o debiera estar cerrado ya, pero lo han convertido en un atascadero que nos va a dejar atorados en la misma mierda de siempre.

Por andar centrándose únicamente en la grilla acomodaticia, va a quedar impune la verdadera responsable que no es otra que la UNAM, tal y como ya ocurrió con el asesinato de Marcelino Perelló, quien fue condenado de una manera que queda ilustrada en la expresión: “no necesito conocerlo ni revisar sus 16 años de trayectoria en Radio UNAM para saber que es un depredador sexual”. El proceso para elegir presidente de la SCJN debió detenerse hasta que la UNAM aclare a cabalidad un acto delictivo pero como sus autoridades se han hecho pendejas, entonces el caso debió canalizarse hacia… la Fiscalía General de la República? Donde también está al frente otro digno y respetable hijo de esa casa de estudios.

Comienzo a darme a entender ya? O le sigo?

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