Feliciano: El “Humanista”

Gildardo Izquirre

Ahora resulta que el ”Jucopo” del Congreso Local quiere hacer poesía con la política o quizá la política hacerla poesía. En su discurso respuesta al primer informe del Gobernador Rocha, se presentó como “el apóstol del amor al prójimo” y para tal echó mano de Octavio Paz y Rosario Castellanos.

Dijo enfático que la hebra conductora de la “política al mando” es el Humanismo Solidario, entendido “como el amor al prójimo; el amor a los otros” y remató: “los otros, que nos dan plena existencia, como poetizó Octavio Paz”.

Rocha lo miraba satisfecho, como diciendo:”Bárbaro, que lirismo franciscano”; mientras el Diputado Presidente del Congreso mostraba cara de fatal aburrimiento. Vea usted la foto.

Y ya desbocado, hace poética del amor humano, cuyo objeto es el prójimo, el otro, y como “la poesía palpita en la otra humanidad”, concluye que los políticos necesitan leer poesía. Imagínese al Diputado Serapio ”el bichi”, leyendo “Piedra del Sol” de Paz o “Primero Sueño” de Sor Juana.

Cierra su discurso poético-filosófico, con un verso de la Rosario, del poema “Meditaciones en el umbral”, en el cual, la Castellanos, le avisa a las mujeres que no es la solución tirarse a un tren como la Karenina, beber arsénico como la Bovary o hacer geometría contando las vigasde la celda monacal como Sor Juana; que debe haber “otro modo de ser humano y libre. Otro modo de ser”.

Si de en verdad quiere darle sentido práctico a la poesía y parafraseando a la poeta Rosario Castellanos, le diremos: “Debe haber otro modo que no se llame amoniaco; ni GPO ni Labastida ni Malova; ni Oligarquía ni neoliberalismo. Otro modo de ser más humano. Los Yoremes son también prójimo, objeto del amor cristiano”.

Cierto, su jefe político, ya dijo,sobre la Bahía de Ohuira, que la Fábrica de Amoniaco “dañará el plancton, pero poquito y esto lo leí en un libro”. Por supuesto que no es aceptable tal aseveración, pero suponiendo que el diputado Jucopo no sepa que es eso de “plancton”; si debe saber que en la orilla de la Bahía viven tres pueblos Yoremes y cerquita está Topolobampo, que serán condenados a vivir, si se hace la fábrica, arrimados a tres tanques con 75 mil toneladas de amoniaco que circulará por gaseoductos sembrados en sus vecindades. Su humanismo solidario no le alcanza a comprender el riesgo mortal y el estrés al que serán sometidos más de 8 mil seres humanos. Nomás que vea la reciente fuga de amoniaco en Nanchital, Veracruz, este 24 de noviembre; se rompió un ducto y la nube de amoniaco, este sábado llegó a Coatzacoalcos. Miles de desalojados.

Ojalá que su amor al prójimo, a los otros, en este caso los pueblos originarios Yoremes, lo haga recapacitar y colabore para que la llamada “Planta de la muerte” sea reubicada a un lugar donde haga el menor daño posible. Eso esperamos de un humanista solidario.

(Nota Didáctica: humanista se le llamaba, en 1540, a los profes que enseñaban literatura clásica en la Universidad de Bolonia; el humanismo solidario lo puede rastrear en la encíclica “Populorum Progressio” de Pablo VI de 1967; en el documento Vaticano: educar al humanismo solidario para construir una civilización del amor” de 2017; pero fue Juan Marichal, un republicano español, exiliado en México unos años y después en EEUU, donde enseñó toda su vida en Harvard y vino a morir en Cuernavaca en 2010, quien inventó el concepto “Humanismo Solidario como compromiso social”. En 2013, se formó en España la Asociación Internacional de Humanismo Solidario (AIHS), para la cual:”Más allá de las ideologías impera una idea central y definitiva: la fraternidad”. Usted puede leer su manifiesto en la red. No hay de que).

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