La desgracia y caída de Quirino Ordaz
Álvaro Aragón Ayala
Cuando sus planes era convertirse en el factótum o cuando menos en el alter ego del gobernador electo Rubén Rocha Moya, a dos meses y una semana del cierre de su gobierno Quirino Ordaz Coppel entró en una crisis existencial, al caer en desgracia política. De nada le ha servido su inversión -más de mil 300 millones de pesos- en publicidad y propaganda para cuidar su imagen que se bate hoy en su propio fango.
Parte del equipo de comunicación que lo dibujaba como un semidiós, como el gobernador mejor calificado en las encuestas, el presidenciable del PRI para el 2024 o con opción para ocupar una secretaría ¡en el gabinete de Andrés Manuel López Obrador!, dedica más espacios ahora a destacar las fortalezas de Rubén Rocha Moya y el control político que se propone ejercer durante su ejercicio de gobierno.
La nueva descripción periodística de Rocha Moya, a quien atacaron con perversidad y saña durante la jornada electoral, denota, además, la magnífica relación del gobernador electo con el inquilino de Palacio Nacional y sus vínculos partidistas o de afecto con los miembros del gabinete Presidencial, con la lectura de un Quirino Ordaz reducido casi a la nada, atomizado, no necesario para el mandatario entrante en las tareas de gestión que realiza en la Ciudad de México.
El vociferante bloque de comunicación armado por Quirino Ordaz Coppel-Alberto Camacho-Jair Flores Téllez, con el apoyo de medios estatales y nacionales, para, durante la pasada jornada electoral, pintar a Rocha como enemigo público número uno de Sinaloa o como narcocandidato, “tiró los pelillos a la mar” y ahora centra sus opiniones, positivas, a favor de quien ganó la gubernatura bajo la fórmula Morena-PAS.
¡Muerto el rey, viva el rey! Bajo esa tónica el gobernador todavía en activo comienza a quedarse solo en Sinaloa; su corte de adulación registra un sensible recorte de lisonjeros. Le queda la prensa nacional con la cual ha sido bastante generoso y que, curiosamente, cada vez que Quirino Ordaz visita la Ciudad de México suelta “trancazos” tratando de desacreditar a Rocha Moya y descalificar su contundente triunfo electoral.
La figura, pues, de Quirino Ordaz patina en el estercolero de su gobierno altamente corrupto y frívolo, con poca capacidad de maniobra para su defensa, en tanto que Rubén Rocha es visto como un excelente operador político, con jugadas en las que participarían Enrique Inzunza, Feliciano Castro y Juan de Dios Gámez, las cuales ofrecen pistas sobre la virtual caída de dos personajes quirinistas: el Fiscal General Juan José Ríos Estavillo y la Auditora Superior del Estado, Emma Guadalupe Félix Rivera.
¿Y la inversión de Quirino Ordaz en el cuidado de su imagen hasta el último día de su gestión? El recuento de sus últimas maquinaciones, arroja, con exacta aproximación matemática, que fue dinero tirado a la basura, usado para alimentar su ego, para vivir en la ilusión del “todopoderoso efímero”. La estampa del “mejor calificado” o evaluado resultó un fiasco porque no le sirvió para dar soporte electoral a su candidato al gobierno de Sinaloa por el PRI-PAN-PRD, Mario Zamora Gastélum, quien confió en la popularidad del gobernador para cazar votos. El colgarse de la imagen de Quirino resultó fatal para Zamora.
Es estéril el trabajo mediático para destacar la “amistad” de Quirino Ordaz con el presidente Andrés Manuel López Obrador y su buena relación con Rubén Rocha Moya porque a estas alturas su cercanía contamina y es dañina para los propósitos de enviar el mensaje a la sociedad en torno a la construcción de los cimientos de un nuevo gobierno que no simule en el combate a la corrupción y que no mienta, no robe y no traicione al pueblo de Sinaloa.
Para dar masajes a su ego, en tres años Quirino Ordaz gastó mil 180 millones de pesos en Comunicación Social, cuando el Congreso Local solo le aprobó para esta área 70 millones 751 mil pesos para el periodo 2017-2019. Esa fue su inversión de solo 36 meses a las que se le tendrá que agregar el derroche ejercido en el 2020 y el 2021, principalmente de dinero canalizado a la campaña de Mario Zamora.
A dos meses de cerrar su gobierno la cantidad derrochada supera ya los mil 300 millones. La peor desgracia Para Quirino Ordaz es que en Palacio Nacional fue detectado subsidiando con cientos de millones de pesos a encuestadoras y medios de comunicación “congelados” por el presidente Andrés Manuel López Obrador, unas por realizar sondeos de opinión sesgados y otros por considerarlo “prensa corrupta”
Valga la repetición: solo en comunicación social y publicidad oficial del gobierno del estado, Quirino Ordaz Coppel gastó del 2017 hasta el 2019, mil 180 millones 319 mil pesos, beneficiando sobre todo a cinco medios de comunicación nacionales: Grupo Imagen Televisión Nacional, Grupo Imagen Medios de Comunicación, Publicidad e Innovación, LCAM Estrategia y LARCE DRLLO y a televisoras y medio nacionales impresos que defienden de cualquier crítica o mención a los priistas Enrique Peña Nieto, Luis Videgaray y José Antonio Meade Kuribreña
Varios cientos de millones de pesos de “inversión” en imagen tirados a la basura….