La división en el partido y un lastre llamado “Alito”
Melissa Amezcua
El presidente nacional del Partido Revolucionario Institucional (PRI), Alejandro Moreno Cárdenas, está sostenido en su cargo y en la Cámara de Diputados con alfileres. Cada día se extiende el vacío creado a su alrededor, causado por las denuncias en su contra por actos de corrupción, casos radicados en la Fiscalía General de la República (FGR), así como por la investigación en el Instituto Nacional Electoral (INE).
Además, exgobernadores y exdirigentes de su partido mantienen la exigencia de que el autodenominado Alito deje las riendas del tricolor.
Desde hace unas semanas no ha pasado un solo día en que Alito no reciba un golpe mediático que merma su poder como dirigente del priismo y su posición como diputado federal, espacios a los cuales se aferra.
En su desesperación por salvarse, el miércoles 6 viajó a Ginebra, Suiza, donde presentó una denuncia contra el gobierno de la 4T ante la Alta Comisionada de la ONU para los Derechos Humanos.
Pero antes de dejar el país el priista aclaró: “Claro que no hui de México, primero muerto antes que echarme para atrás. Lo que quiere el gobierno de Morena es que me doble y me calle”.
Alito se dice víctima de ataques del gobierno de Morena, que políticamente lo persigue porque el PRI votó contra la reforma eléctrica. El político campechano adelantó que su partido también rechazará la reforma electoral que pretende el presidente Andrés Manuel López Obrador.
“No me van a asustar. Estaré de regreso la siguiente semana porque tengo una agenda importante (…)”, agregó antes de su partida hacia Europa.
Moreno Cárdenas se siente cercado. La FGR lo investiga por un desvío millonario de fondos federales detectado en su gestión como gobernador de Campeche, así como por un posible tráfico de influencias para retrasar la presentación de denuncias penales o administrativas en su contra por parte de la Auditoría Superior de la Federación (ASF).
La Unidad Técnica de Fiscalización del INE también investiga conductas ilícitas de Alito relacionadas con supuestas aportaciones a campañas electorales.
Asimismo siete exlíderes de partido y 15 exgobernadores han demandado su renuncia para que se adelante la renovación de la dirigencia nacional del partido; denuncian que Moreno es culpable de la derrota en 19 elecciones para gobernador y distintas posiciones de gobierno a escala estatal y federal.
En la Cámara de Diputados las cosas no son diferentes, aunque los legisladores llevan más de dos meses en receso, en San Lázaro hay una batalla activa entre Alejandro Moreno y los diputados de Morena y sus partidos aliados. Lo quieren fuera del poder a como dé lugar.
La oficina en la Cámara de Diputados del también exgobernador de Campeche es uno de sus últimos reductos de poder, pero éste se encuentra en riesgo pese a que varios de los 70 diputados que integran su bancada han cerrado filas para que se mantenga al frente del PRI y de la Comisión de Gobernación y Población.
Sus defensores, no obstante, están atrincherados en el Congreso de la Unión, y las fotografías más recientes de sus actos en la sede nacional del PRI son la prueba, quienes lo rodean suelen ser diputados federales.
San Lázaro tiende a convertirse es un campo de batalla cuando Alito hace inusuales actos de presencia, pues los legisladores de Morena, PT y el Partido Verde Ecologista le han hecho vacío en los dos últimos intentos de reuniones de la Junta Directiva de la comisión, para que no haya quórum, imposibilitando los avances parlamentarios de una de las comisiones más importantes de la Legislatura. Una de las Triple A, como le dicen los diputados.
Un video obtenido por Proceso da cuenta de que, en una mesa de los salones de San Lázaro, Alejandro Moreno no logró el 30 de junio último el quórum que el reglamento marca para dar banderazo a la reunión.
“Morena quiere dilapidar el trabajo legislativo en aras de alimentar la agenda política y engrosar su narrativa contra un servidor y nuestra coalición, aquí estamos dándole prioridad al trabajo técnico”, fueron las últimas palabras del líder nacional del PRI en la Cámara de Diputados antes de volar a Europa.
Además del PRI, el PAN y Movimiento Ciudadano consideraron ese vacío un obstáculo parlamentario que no debería mezclarse con asuntos político-electorales. Del PRD se informó extraoficialmente un descontento con las maneras de hacer política del campechano.
Los asistentes al último intento de reunión, según datos del PRI, fueron sólo siete legisladores federales: Alejandro Moreno, Jorge Arturo Espadas, Jesús Fernando Morales, Cynthia López, Teresa Ochoa, Javier Esquivel y Humberto Aguilar Coronado.
Esta reportera buscó al morenista Pablo Amílcar Sandoval, integrante de la Comisión, para conocer su posición, pero no obtuvo respuesta; mientras que el legislador Juan Ramiro Robledo dijo que su ausencia se debió a que se cruzó en horario con la reunión de la Comisión de Puntos Constitucionales, que él preside.
En la última semana Morena y sus partidos aliados fueron claros: a Alito lo quieren fuera de la presidencia porque creen que desde ahí puede influir en los dictámenes y reformas de fondo en beneficio propio. Incluso, en uno de los últimos audioescándalos –filtrados por la gobernadora de Campeche, Layda Sansores– Moreno Cárdenas habla de tener “la comisión” para influir en los empresarios.
“Cuando tenga yo la comisión, vamos a cogernos a los empresarios con una reforma vergas, o sea pa’ que se caguen”, dice en lo que presuntamente es una charla sobre la Reforma Fiscal entre el priista y José Murat, exgobernador de Oaxaca, quien en un escueto comunicado rechazó haber hablado con él.
Defensora de Alito
El INE abrió una investigación a cargo de la Unidad Técnica de Fiscalización para determinar si hubo una probable comisión de actividades irregulares con el financiamiento público y el gasto de los partidos políticos.
La legisladora Laura Haro ha salido en defensa de Alito. Integrante de la Comisión que preside el dirigente priista, la diputada criticó al exsecretario de Gobernación y senador Miguel Ángel Osorio Chong y a los exdirigentes del PRI que piden el cese de su presidente nacional. “Nunca los he visto caminando al lado de los candidatos ni caminar la tierra”, les dijo.
“La derrota más grave que tuvimos los priistas fue la de 2018, donde justo al senador (Chong) le tocó coordinar las 32 fórmulas al Senado y solamente se ganó una. Desde adentro no se hace crítica real; cuáles fueron los errores del gobierno federal, donde él tenía una altísima responsabilidad. Es muy bueno para aventar la piedra y esconder la mano”, dijo en entrevista con este semanario la legisladora por Jalisco.
A la bancada de Morena, Haro los llamó gángsteres, salvajes, soberbios y violentos, pues acusó que a ella misma la han amedrentado dejando cuchillos en su departamento de la Ciudad de México, días previos a la votación de la reforma eléctrica.
Orgullosa de su formación priista, Haro elogió a Moreno Cárdenas como impulsor de figuras jóvenes sin apellidos “abolengados, ni ricos, ni de familia de políticos”.
Lilia Aguilar, diputada por el PT, fue una de las primeras en lanzar la ofensiva contra el priista desde que se hizo el debate por la fallida Reforma Eléctrica, en abril pasado. Anunciando lo que se venía, la petista solicitó desde tribuna que al diputado, a quien tildó de “vandalito”, se le investigara por enriquecimiento ilícito.
También ingresó a la ASF una solicitud formal para investigar el destino de 3 mil 430 millones de pesos de la cuenta pública de la administración de Moreno, durante su gubernatura de 2015 a 2019.
En entrevista con Proceso, aseguró que una de las frustraciones de Moreno Cárdenas fue saber que la Reforma Electoral no se discutiría en la Comisión de Gobernación, desde la que, según la legisladora, Alito intentaría hacer modificaciones y negociaciones según sus intereses. Quien dirige actualmente los predictámenes de la reforma constitucional enviada por López Obrador para modificar las reglas del juego electoral es la Comisión de Reforma Político-Electoral, encabezada por Morena.
Andrea Chávez Treviño, diputada morenista que ha recibido espaldarazos de López Obrador desde la “mañanera”, envió a la Junta de Coordinación Política una denuncia solicitando la remoción de Alito de la presidencia de la Comisión de Gobernación y Población, por conflicto de interés. Chávez Treviño, si bien no participa de esa comisión, se ha caracterizado por entrar a la batalla discursiva contra las bancadas de oposición en y fuera de tribuna.
En el lado opuesto, el diputado del PAN Humberto Aguilar, también integrante de la comisión en disputa, calificó la estrategia de Morena como una falta de ética y responsabilidad, y denunció la existencia de un boicot.
“La mayoría indolente no hace más que obedecer las decisiones que se toman en otro lado. Ojalá participaran activamente en las comisiones, con argumentos”, sostuvo.
Diputada de MC, Teresa Ochoa también lamentó que la disputa mediática que hay entre Alito y sus adversarios políticos entorpezca los trabajos legislativos, pues a la fecha se acumulan más de 447 asuntos sin resolver, de acuerdo con asesores parlamentarios. Y cuando eso sucede, es la Mesa Directiva la que debe desahogar la carga de trabajo, agregó.
Con información de Proceso