Todo en caliente
Leonel Solís
1.- El desafuero de Jesús Estrada Ferreiro, el abogado, consolida el mensaje de que los conflictos políticos requieren soluciones políticas y desarticula los recursos legales.
Estrada ya no es el alcalde de Culiacán. Es la decisión de los 40 legisladores del Congreso del Estado, a solicitud expresa de la Fiscalía General, por supuestos actos de corrupción. Ese fue un segundo motivo.
En el primero, en el que el Poder Legislativo le ordenaba el pago de pensiones a las viudas de policías caídos y el descuento a las tarifas del agua potable para todo adulto mayor, Estrada decidió pelear en los tribunales. Logró un amparo que impedía apartarlo de su cargo.
Estrada rechazó el diálogo y la ayuda del gobierno de Rubén Rocha Moya. Además llamó a pleito a miembros de los dos poderes Ejecutivo y Legislativo, muy superiores a sus fuerzas.
Estrada equivocó el camino. No se puede ganar un pleito político con la ley en la mano.
En su cancha, el diputado Feliciano Castro, deja claro un mensaje de política pública: “No se tolerará acto alguno que pueda derivar en corrupción o abuso de poder de los servidores públicos”.
O, como decía el líder campesino y expresidente municipal de Guasave, Don Pablo Rubio Espinoza: ¡Hay que caminar por el puro surco!
2.- Como las decisiones se toman en caliente, para impedir agitaciones, minutos después del despido de Estrada, se tomó protesta a Juan D. Dios Gámez Mendivil como el nuevo presidente municipal de Culiacán.
La primera felicitación impresa la leímos en las redes sociales del gobernador Rubén Rocha Moya y se transcribe así: “Felicitaciones al arquitecto Juan De Dios Gámez Mendivil, quien acaba de tomar protesta como alcalde de Culiacán. Trabajaremos de manera coordinada por el bien de las y los culiacanenses. Todo mi reconocimiento al H. Congreso del Estado de Sinaloa por el proceso realizado, apegado a derecho, que hoy da certeza a las y los habitantes de la capital de nuestro estado”.
Son las líneas claras del poder y de la síntesis.
3.- En el pase de revista del Primer Informe del rector Jesús Madueña Molina se vivió un ambiente de unidad social y gobernabilidad y alegría, por varios motivos.
A saber:
El gobernador Rubén Rocha Moya cortó de tajo la especulación de que su gobierno tomaría el control de la UAS. Lo hizo con esta frase: ¡No hallo que hacer con la gubernatura! No voy a buscar tal responsabilidad.
La UAS está por dejar atrás la crisis financiera estructural e histórica con el refresco extrapresupuestal de más de 500 millones de pesos. La mitad de ellos producto de las economías en finanzas y el resto como respuesta positiva de parte del gobierno.
La tercera fue la declaración de Rocha Moya de colaborar con la UAS en el futuro, por la buena razón de que “soy un gobernador Rosalino”.
El discurso de Rocha tuvo un carácter político conciliador que abarcó a exrectores: A David Moreno le recordó los buenos momentos de trabajo. Con Víctor Antonio Corrales Burgueño, ahora presidente del Partido Sinaloense, vivió la experiencia juvenil de afiliación al Partido Comunista. Con Juan Eulogio Guerra Liera la amistad original con el poeta Locho Guerra Aguiluz. Con el empuje de Gómer Monárrez se edificó la infraestructura deportiva moderna.
Mención aparte tuvo Héctor Melesio Cuen Ojeda a quien le dijo “Ya vi que te quieren mucho” por la escucha previa de un sonado y prolongado aplauso en su presentación. A los analistas políticos les dijo que. “Somos amigos. Soy amigo de su familia” y adelantó que hay proyectos políticos de futuro, en las que probablemente trabajemos juntos”.
Son pelillos a la mar de dos personajes con igual plataforma de poder y luchadores de un mismo gimnasio; pero con diferente peso.