Nadie es absoluto, el pueblo pone y quita, dice AMLO tras votar
Roberto Garduño
Una vez que emitió su voto a favor de Emiliano Zapata, en la casilla 4748, instalada en el Antiguo Palacio del Arzobispado, el presidente Andrés Manuel López Obrador, pronunció unas palabras ante el centenar de reporteros, fotógrafos, camarógrafos y youtuberos que acudieron a presenciar su asistencia al sitio donde sufragó.
Con la mano derecha levantó su credencial de elector y dijo, “el mejor sistema político es la democracia, no hay algo mejor y es en forma de vida que tiene que haber democracia siempre, en la familia, en la escuela, en el trabajo y en los sindicatos y desde luego en la vida pública y hay que participar.
“La democracia tiene que convertirse en un hábito porque eso va a ayudarnos a que nadie en ningún nivel de la escala se sienta absoluto, que nadie olvide que el pueblo es el que manda, que el pueblo pone y el pueblo quita, el pueblo es el soberano”.
Tranquilo y pausado, el presidente Andrés Manuel López Obrador, salió de la casilla número 4748, saludó a sus seguidores, se despojó del cubrebocas que le pidieron se colocara antes de emitir su voto, alzó su credencial de elector y emitió un mensaje breve: “nadie es absoluto, el pueblo pone y el pueblo quita.”
A las ocho y media de la mañana, salió por la puerta de la calle Moneda, en Palacio Nacional para cruzar al antiguo Palacio del Arzobispado donde se instaló la casilla y emitió su voto a favor del caudillo del sur, Emiliano Zapata. Acompañado de su esposa, el mandatario participó en el ejercicio de revocación de mandato que él promovió desde su campaña electoral en 2018.
El tabasqueño quien, había trascendido Se trasladaría a Ayoxutla, Puebla, para conmemorar el aniversario luctuoso de Emiliano Zapata, negó esa versión “no, no voy, nos vamos a quedar aquí”, emitió su voto en el inédito ejercicio de revocación de mandato, tal como lo había anunciado.
A inicio de semana dio a conocer que en la boleta electoral que le corresponda escribirá el nombre de líder revolucionario, como lo ha hecho en otros ejercicios electorales con los nombres de José María Pérez Gay, y Rodolfo Peña.
De ese modo, esta mañana se presentó a votar en la casilla que fue instalada a partir de las siete de la mañana. Había dicho que se presentaría a las ocho, no obstante la instalación de las urnas tardó más de lo previsto y no fue hasta que sus ayudantes le informaron que podría acceder sin contratiempo al inmueble histórico donde se abrió la casilla.
Minutos antes, se dejó escuchar el tono festivo. Apareció en la esquina de Correo Mayor y Moneda un mariachi, y al mismo tiempo una batucada acompañada de malabaristas del lado contrario a un costado de la Plaza de la Constitución y Moneda. Ambos grupos de músicos no se acercaron al Arzobispado porque fueron contenidos por las vallas metálicas que se han instalado ahí de forma permanente y los agentes policiacos apostados en esas dos zonas. Mientras a los costados de la puerta del Antiguo Palacio del Arzobispado, se concentraron dos grupos de mujeres -trascendió que eran militares vestidas de civil- para resguardar el paso del presidente y su esposa.
Así, al concluir, López Obrador se presentó ante el centenar de reporteros, fotógrafos, camarógrafos y YouTuberos que acudieron a presenciar su cruce de calle, aguardar los minutos que le tomó votar y después escucharle una brevísima arenga, que por momentos resultó imperceptible por la escandalera que provocaba la batucada.
Aún así, el mandatario subrayó que la “democracia es el mejor sistema político qué hay y tiene que estar presente en toda la vida.
¡Este ejercicio es para que nadie se sienta absoluto, el pueblo pone y el pueblo quita!”
Así, tomado de la mano de su esposa, Beatriz Gutiérrez, se enfiló de nuevo a Palacio Nacional, donde cruzó por los jardines y patios para dirigirse a desayunar.
Con información de La Jornada