“El laboratorio político” del PAS y la derrota de “El Químico”

Richard Lizárraga Peiro 

La elección o plebiscitos de síndicos en el municipio de Mazatlán mandó la lectura a la sociedad-electores de que el Partido Sinaloense es un partido activo, dinámico, con fuerte arrastre social y político y con una estructura sólida, creada no solo para ganar elecciones sino para participar en la construcción de un nuevo modelo de gobierno cercano a la gente. 

Los plebiscitos no solo constituyeron la derrota municipal del alcalde Guillermo -El Químico- Benítez, sino que le sirvieron al PAS para montar un “laboratorio político” que le permitió sopesar su estructura y movilidad de manera independiente después de las elecciones del 6 de junio, en las que el partido estatal fue en alianza con Morena. El PAS está listo para el proceso del 2024 y tiene oportunidades de mayor crecimiento en el sur, centro y norte del estado.     

Los triunfos alcanzados por los candidatos ciudadanos apoyados por el PAS retratan a un partido político que amalgama los tres comportamientos de un instituto político: va en busca del voto, va en busca del cargo público y va en busca de la política para interrelacionarse con la sociedad y fijar una agenda de alto contenido social. 

El PAS demostró en Mazatlán, en donde ha sumado a priistas y panistas para hacer política de altura, que es un movimiento insurgente. En los plebiscitos a síndicos, los ciudadanos respaldados por el PAS les ganaron a los candidatos oficiales apoyados por la estructura y los recursos económicos municipales invertidos por el alcalde Luis Guillermo -El Químico- Benítez Torres. 

Los ciudadanos pasistas salieron victoriosos en 5 de las 7 sindicaturas en juego, entre ellas, las joyas de la corona: Villa Unión, El Habal, El Quelite, Mármol y La Noria, mientras que los candidatos del presidente municipal se alzaron con la victoria en dos: El Roble y Siqueros.  

Los plebiscitos fueron ciudadanos. Pero para el PAS representaron el desafío de la participación social que equivale, en esencia, al compromiso social y político de fortalecer una ciudadanía activa y responsable.  

La naturaleza de las demandas sociales del Partido Sinaloense, el tipo de organización, sus niveles de independencia y autonomía, el carácter de la petición ciudadana y sus alcances, lo convierte en sí en el partido del pueblo y para el pueblo. Los resultados de los plebiscitos sustentan esta tesis.

El Partido Sinaloense privilegia los derechos de la participación ciudadana y el fortalecimiento de los actores que conforman la sociedad civil, así como de los avances en su inclusión como ciudadanos, de sectores o grupos poblacionales tradicionalmente excluidos.  

Mazatlán fue un magnífico “laboratorio político” porque fue precisamente en este municipio en donde el 2021 el PAS lanzó como candidato, una vez que fue rechazado por Morena, a Guillermo -El Químico- Benítez bajo la fórmula PAS-Morena. Tras el triunfo, en funciones de alcalde, “El Químico” traicionó al PAS y a su dirigencia y emprendió una campaña para intentar desaparecer del escenario político municipal cualquier vestigio pasista. 

Esas circunstancias adversas y la “presión destructiva” del alcalde, sirvieron de marco para medir la estructura, valorar el grado de penetración y movilización pasista y la aceptación de sus candidatos. El PAS le ganó al traidor y su dinero mandando la lectura a la sociedad de que posee una fuerza política municipal-territorial por encima de los “controles” del alcalde Benítez Torrez. El PAS reflejó que es un partido vivo, actuante y en constante crecimiento. 

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