Bajo el acoso de la disidencia, la Sección 27 y 53 del SNTE pelean posiciones patronales en la SEPyC
Álvaro Aragón Ayala
Con paros locos y plantones, la Sección 27 y la 53 del Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación disputan espacios patronales a la Secretaría de Educación Pública y Cultura en los precisos momentos en que sobre ambas estructuras sindicales pende la amenaza del desprendimiento masivo de maestros interesados en crear otras expresiones de defensa de los derechos laborales de los trabajadores de la educación.
El paro de labores convocado por la Sección 27 bajo el pretexto de pedir la atención inmediata de los problemas del magisterio por parte del subsecretario de Educación, Horacio Lora Oliva o la salida o cese del funcionario, es una engañifa, un falso argumento para ocultar lo que ellos demandan: posiciones patronales-administrativas en la SEPyC.
La Sección 53 del SNTE demanda lo mismo que la 27: cargos en la SEPyC y que le regresen el control del ISSSTESIN, con la “agravante” de que los dueños del sindicato, entre ellos, Daniel Amador Gaxiola, fueron acorralados por las auditorías al Fideicomiso del Sistema de Ahorro y Préstamo -SIAP- y del contrato de renta del edificio de la USE. Bajo presión, la dirigencia del magisterio estatal busca también salvar la reputación de la millonaria gerontocracia sindical.
Durante las épocas de gloria del PRI y del PAN, los gobiernos cedieron posiciones en la SEP a la plutocracia magisterial o a la camarilla hegemónica sindical y sus subordinados. La práctica se extendió a los estados de la República: en Sinaloa, los principales cargos patronales o de dirección en la SEPyC eran cedidos al sindicato “para tener contentos” a los líderes de la Sección 27 y 53 del SNTE.
El gobierno federal y estatal absorbía la cuantía económica de los comisionados del SNTE y canalizaba a la vez recursos hasta para la capacitación del magisterio, cuando la responsabilidad instructiva es particular o de la propia SEP (en el caso de Sinaloa la SEPyC). En algunas entidades los gobiernos cedieron presupuesto para la construcción o el rescate de los edificios del SNTE. El sindicato creó sus propios negocios con las cuotas sindicales.
Los dirigentes sindicales se olvidaron de la base magisterial y de la salvaguarda del derecho social de la educación y aprovecharon la “debilidad” o “disposición” del gobierno del estado para tejer negocios; por el lado de la 27, cocinaron transas en el SIAP, al que desaparecieron, y manosearon los recursos en el FIGLOSNTE y el Jubicom y otras figuras alimentadas con las cuotas del magisterio federal. En la Sección 53, el SIAP fue desfondado y el destino de las rentas de la USE son un misterio.
El paro de maestros federalizados convocado por Genaro Tordecillas, dirigente de la Sección 27, es parte de las estrategias diseñadas para recuperar posiciones dentro de la SEPyC. Por varios sexenios, la Sección 27, coludido con los gobiernos estatales, no exigió la solución de los problemas de los mentores y ahora utiliza esa “arma de ataque” no porque le interese la base magisterial sino porque quiere “negociar” la recuperación de posiciones en la SEPyC.
Los movimientos orquestados por Genaro Tordecillas no cuentan con el total apoyo de la base sindical. Un amplio segmento de profesores exige el cese de Tordecillas por considerar espuria su dirigencia y por no obedecer a los intereses de los maestros sinaloenses, dicen. Los profesores han emprendido una serie de acciones para intentar deslegitimizar a quienes, aseguran, se han apoderado de la Sección 27 para obstaculizar a la Cuarta Transformación.
En un desplegado del Frente Amplio Incluyente, firmado por Carlos Rea Camacho, Alba Rodríguez Angulo, Raúl Gazca Cervantes y otros 23 maestros que lideran cuando menos cinco expresiones magisteriales, revelan que “las mafias del SNTE 27 están atacando con odio en la prensa, en las Redes Sociales, con plantones, con toma de oficinas, amenazas y otras acciones ilegales al nuevo gobierno del DR. Rubén Rocha Moya”.
En la Sección 53, Alfredo Heredia, quien disputó a Ricardo Madrid, candidato de Daniel Amador Gaxiola, la secretaría general del sindicato estatal, dijo que impugnará el cómputo y la declaración de validez del proceso publicado por el Comité Nacional Electoral por no permitir el voto de las y los jubilados y pensionados.
Reveló que más de 7 mil maestros valoran si seguirán agremiados la sección 53 del SNTE o bien si deciden crear un nuevo sindicato sustentado sobre bases democráticas. “Si en 15 días logramos convencer al 35 por ciento de los agremiados, con más tiempo podremos lograr la mayoría y la titularidad del contrato”, puntualizó.
En ambas secciones, la 27 y la 53, brota la rebeldía de miles de sus agremiados que analizan la trayectoria y fortaleza que han alcanzado otras agrupaciones del magisterio no afines al SNTE, como el Sindicato Independiente de Trabajadores de la Educación de México (Sitem), el Sindicato de Maestros al Servicio del Estado de México (Smsem), el Sindicato Estatal de Trabajadores de la Escuela Normal Veracruzana (Setenv) y el Sindicato Nacional Democrático de Trabajadores al Servicio de la Educación (Sndtse).
La disputa con la SEPyC o el gobierno de Rubén Rocha no es para que se atiendan los problemas de la base magisterial, estatal o federal, sino para intentar recobrar los espacios que le quitó la Cuarta Transformación a la “camarilla mafiosa” del magisterio. Quedó agotada ya la supuesta unidad sindical del grupo hegemónico y sus subordinados. El símbolo discursivo que les servía para legitimarse pasó de moda. La gerontocracia sindical de la Sección 27 y la 53 del SNTE pierden fuerza, prestigio y credibilidad en la base magisterial.