Investigadores de la UNAM revelan tóxicos y hormonas en labiales y sombras; urge etiquetado preventivo
Juan Carlos Rodríguez
Así como las cajetillas de cigarros tienen advertencias sobre la presencia de agentes tóxicos y los riesgos de enfermedades mortales, los cosméticos deberían portar un etiquetado sobre presencia de metales pesados y hormonas que pueden causar desde fatiga, ansiedad y depresión, hasta alteraciones endócrinas y cáncer.
Esa es la postura del biólogo Francisco Bautista Zúñiga, académico del Centro de Investigaciones en Geografía Ambiental (CIGA) de la UNAM, quien forma parte del equipo de investigadores que descubrió la presencia de agentes tóxicos como vanadio, plomo, arsénico, mercurio, níquel, cromo y cadmio en los productos de belleza más usados en México.
La alerta sobre labiales y sombras de ojos con metales pesados surgió en una Carta al Editor publicada en la edición septiembre-octubre de 2025 de la revista Salud Pública de México. Cuatro investigadores informaron la presencia de estos metales.
“Lo deseable es que los metales pesados como plomo, níquel, vanadio y cadmio no estuvieran entre los componentes de los lápices labiales, ya que no existen concentraciones seguras para el cuerpo humano. Sin embargo, esta situación está lejos de la realidad”, dice la carta firmada por los investigadores de la UNAM Daniela Sánchez Gutiérrez, Patricia Quintana Owen, Avto Gogichaichvili y Francisco Bautista.
La misiva advierte que la intoxicación aguda por vanadio afecta al sistema respiratorio y digestivo, y provoca palpitaciones cardiacas, agotamiento, depresión y temblores en dedos y manos. Las mayores concentraciones de vanadio, según el reporte, se localizan en los labiales de bajo costo.
En México hay 30 millones de consumidoras activas, mujeres de entre 18 y 45 años que usan maquillaje de manera regular
En México hay 30 millones de consumidoras activas, mujeres de entre 18 y 45 años que usan maquillaje de manera regular, y cada una compra de 10 a 15 labiales o kits de sombras para ojos al año, según datos de la Cámara Nacional de la Industria de Productos Cosméticos (Canipec).
En el estudio, publicado completo en la Revista Internacional de Contaminación Ambiental de la UNAM, los investigadores sometieron a pruebas algunas muestras de lápices labiales y sombras de ojos a través de fluorescencia de rayos X, digestión asistida por microondas, espectrofotometría de emisión óptica de plasma, difracción de rayos X y microscopía electrónica.
Cosméticos de gama alta:
Incluyen productos de Morphe x Nyane (Fierce Fairytale), Physicians Formula, Too Faced, Urban Decay, Lancôme, Femme Couture (Get Matte), Farmasi, Mary Kay, NYX Professional Makeup, MAC Cosmetics, Younique (Moodstruck Addiction), Jafra, Oriflame, The Body Shop, Studio y Natura.
Entre los cosméticos de gama alta analizados están los de las marcas Morphe x Nyane (paleta Fierce Fairytale), Physicians Formula, Too Faced, Urban Decay, Lancôme, Femme Couture (Get Matte), Farmasi, Mary Kay, NYX Professional Makeup, MAC Cosmetics, Younique (Moodstruck Addiction), Jafra, Oriflame, The Body Shop, Studio y Natura.
Cosméticos de gama media:
Corresponden a marcas como BYS, Lime Crime, Revlon, Yuya, Profusion Cosmetics (All Things Beauty), Ésika, L’Bel (Infini), Maybelline New York y PinkUp Cosmetics.
Los cosméticos de gama media eran de BYS, Lime Crime, Revlon, Yuya, Profusion Cosmetics (All Things Beauty), Ésika, L’Bel (Infini), Maybelline New York y PinkUp Cosmetics.
Cosméticos de gama baja:
Incluyen productos de Avon, Bissú, Heblee, OnColour, Saniye, Smoke & Mirrors (Dreamer Palette), PX Look, BeBella Cosmetics, Beauty Creations, Beauty Treats (Shimmer Dreams), Clon, Prolux Cosmetics, Huxia Beauty, Jordana, Ultramo (Body Art Palette) y diversos productos sin marca.
Las marcas de gama baja eran de Avon, Bissú, Heblee, OnColour, Saniye, Smoke & Mirrors (Dreamer Palette), PX Look, BeBella Cosmetics, Beauty Creations, Beauty Treats (Shimmer Dreams), Clon, Prolux Cosmetics, Huxia Beauty, Jordana, Ultramo (Body Art Palette) y otros productos sin marca.
Después de analizar 63 muestras de labiales y 366 de sombras de ojos, el estudio concluyó que los labiales de gama baja (los más económicos) contenían más vanadio e itrio, pero los de gama media contenían más cobre, zinc y níquel. Los labiales de gama alta (los de marcas más costosas) presentaron las concentraciones más bajas de metales pesados, lo que los convierte en los más seguros.
Respecto a las sombras, en las tres gamas se encontraron altas concentraciones de vanadio y valores atípicos de plomo, zinc y estaño, por lo que se propuso un plan de monitoreo de metales pesados en los cosméticos utilizados en el país y un plan de etiquetado que permita a las personas tomar decisiones informadas sobre su uso.
El biólogo Francisco Bautista contó a El Sol de México que la industria de los cosméticos es muy poderosa y será muy difícil que se logre el etiquetado de los productos con leyendas de advertencia.
Ni la Secretaría de Salud ni la Comisión Federal para la Protección contra Riesgos Sanitarios (Cofepris) han reaccionado a este estudio para contener la amenaza de los labiales envenenados.
“Una interpretación del principio precautorio sería reconocer que no se sabe con certeza ni precisión si los metales pesados que encontramos en los labiales podrán causar enfermedades: sería irresponsable hablar de probabilidades, pero ante la gravedad del daño, invitamos a la población a que elimine o disminuya su uso”, dice la misiva.
—Si tuviera enfrente al secretario de Salud, David Kershenobich, ¿qué le diría? —se le pregunta a Francisco Bautista, uno de los autores del estudio
—Yo le diría que hay evidencias contundentes sobre la presencia de los metales en los labiales y sombras, y de los daños potenciales a la salud, por lo que tiene que haber regulaciones.
—Pero las regulaciones suelen ser letra muerta en México…
—Bueno, puede ser que la regulación sea para países más desarrollados, que tienen un marco jurídico más estricto, pero cuando menos lo que puede hacer la autoridad es que los productos tengan información suficiente para que la gente sepa qué se está untando en la piel. Algo similar a lo que ocurre con las cajetillas de cigarros.
El investigador relató que la publicación del estudio en la revista especializada tuvo muchas resistencias, pues pese a las evidencias de laboratorio sobre la presencia de metales pesados, la investigación fue revisada en numerosas ocasiones.
De acuerdo con Bautista, los metales pesados sólo son una parte del problema, ya que los estudios en el laboratorio también revelaron la presencia de sustancias orgánicas, como los ftalatos, es decir, disruptores endócrinos.
“Para decirlo con palabras sencillas, son sustancias artificialmente construidas, que se comportan como hormonas. Cuando usamos labiales o sombras con estas sustancias, vienen alteraciones como la aparición de cáncer de mama en mujeres veinteañeras, niñas con senos y vello púbico a los ocho años o niños que reportan presencia de microplásticos en la orina”.
