Piden a Morenistas disfrazarse

Luis Soto

Algunos militantes de MORENA que se resisten a seguir los consejos, sugerencias, recomendaciones… de su dirigente nacional, están pensando seriamente en inscribir en los muros de la Cámara de Diputados, de Senadores y en algunos otros recintos la siguiente frase, tomada de la novela “Rebelión en la Granja”, aunque corregida y aumentada que diría: En MORENA todos somos iguales, pero algunos somos más iguales que otros.

Y es que varios de los susodichos están molestos y lo que sigue, porque su líder les pidió que no hagan alarde de su riqueza para que la gente que votó por el cambio en 2018 y lo ratificó en 2024, no se decepcione y descubra que son idénticos a los priistas y panistas que gobernaron el país durante décadas.

“Alguien pudo haber tenido mucho dinero y haber sido empresario y tener dinero suficiente para comprarse ropa de alta gama, joyas, relojes caros, pero no se debe hacer por congruencia, porque es contrario a la justa medianía”, les recordó Luisa María Alcalde.

¿Y qué hacemos con nuestro patrimonio que tanto trabajo nos costó hacer; lo donamos al instituto “Chucho el Roto? Preguntan los aludidos.

¡No es para tanto, no es para tanto! Podrían responderles aquellos que están inconformes con que ostenten su riqueza, mientras millones de personas en México se encuentran en la miseria.

Ya “metidos en el ajo” les sugieren: 

Si tienen autos de alta gama no circulen en ellos por la ciudad y menos por las colonias y municipios pobres; de preferencia manténganlos en sus cocheras cubiertos para que los chismosos vecinos no los vean.

Si cuentan con ranchos como los de Gonzalo N. Santos, Rubén Figueroa y otros impresentables priistas, y también panistas como Vicente Fox, no organicen ahí sus reventones.

Y mucho menos argumenten que se los heredó el Papá o el abuelito.

Cuando viajen a Europa, Asia, África, Oceanía… no lo hagan en “Firts Class”, sino en turista.

No se hospeden en el George V de Paris o en algún hotel Kempinsky y similares; contraten Airbnb, o algún hotelucho barato.

Tampoco asistan a restaurantes lujosos ni beban champagne Dom Pérignon o vinos Petrus.

En sus casas no utilicen sábanas de seda ni de algodón de 800 hilos.

Compren de manta y cobijas de Chiconcuac.

No se olviden que, como dijo “Andy”, que los enemigos y detractores contratan espías que siguen sus pasos para saber en donde se tropiezan, pasan sus vacaciones, se divierten.

Háganle caso a su dirigente; disfrácense de pobres, oculten su riqueza para hacerle creer al “pueblo sabio” que no son iguales que los integrantes de los partidos de oposición. Bonitos consejos pues.

Sin embargo, nadie puede negar lo innegable, ni ocultar lo inocultable, acotan los observadores políticos: Al paso del tiempo, algunos morenistas han comenzado a abusar del poder, a manipular los principios del Movimiento y a constituirse en una elite que no escucha consejos, sugerencias, recomendaciones de nadie, mucho menos de su líder.

Lo que se resiste a reconocer la dirigente de Morena, Luisa María Alcalde, agregan aquellos, es que el poder absoluto engendra corrupción en cualquier nivel y en cualquier lugar.

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