Sinaloa: el atentado a la razón de Imelda Castro

Álvaro Aragón Ayala
La Senadora de la República, Imelda Castro Castro, cayó en un pantano político de que será difícil que salga bien librada toda vez que emplazó dos jugadas peligrosas sin alternativa de retorno: 1.-Pretende intimidar, con las estrategias del “perro apaleado” y de víctima, a Rubén Rocha Moya y a Enrique Inzunza Cazarez y, 2.- Trata de adjudicarse la maternidad de la izquierda sinaloense. Con esas “técnicas de comunicación”, consideradas también un atentado a la razón, la legisladora federal intenta blindarse, protegerse de la crítica rumbo al 2027 y lograr “construir” la “unidad popular” contra el gobernador y el Senador.
En LaPolíticaOneline, con el artículo “En alerta por la aspiración de Imelda Castro, Rocha activa la guerra sucia en las redes”, la Senadora, a la que ahí se califica como “una de las figuras con mayor proyección nacional” y a la que “algunos mencionan incluso como próxima presidenta de la Mesa Directiva de la Cámara Alta”, lanza un reto bajo la argucia de que “en Sinaloa ahora es blanco de ataques en redes sociales desde una página de nombre El Ojo de Argus”. La agresión a la inteligencia es mayúscula: anda en campaña y es refractaria a la crítica, ni duda cabe.
En esas coordenadas políticas, el artículo en el que la Senadora pretende aparecer como víctima, plantea que Imelda Castro “representa a una de las corrientes morenistas que no se alinean automáticamente con el gobernador Rubén Rocha. El uso de campañas negras financiadas con recursos opacos -o públicos, en el peor de los casos- atenta contra los principios de democracia interna que Morena ha prometido defender desde su fundación”. El mensaje contra el mandatario es muy claro.
La dinámica política-propagandística del “perro apaleado” y de víctima trata de elevar a mártir a Imelda Castro y ubicar supuestos “enemigos comunes”. En este caso, los aparentes “enemigos” serían el gobernador Rubén Rocha y el Senador Enrique Inzunza. La Senadora de la República trata de conseguir “apoyo popular” y periodístico causando lástima. El origen de estas tácticas estriba en la idea de unir para destruir. Imelda trata de “reventar” la imagen del mandatario estatal y de Inzunza inventando un acoso informativo en su contra.
PÉSIMA SEÑAL DE LA SENADORA
La victimización es una de las estrategias más usadas para apuntalar una identidad e ideología en crisis. Luego de perder credibilidad ideológica por los errores propios, una de las maneras de sobrevivir políticamente es convertir la identidad política en una identidad victimista. La victimización es el último reducto del fracaso político y permite seguir adelante como Mater Dolorosa. Lograr el rango de víctima otorga un reducto inexpugnable.
Imelda Castro proyecta con su victimización lograr impunidad y actuar sin ser cuestionada, ya que al convertirte en víctima política busca protección, un caparazón, un aura de respetabilidad, de compasión, de lástima hacia su persona. En calidad de acosada o “perseguida” cualquier crítica sobre su quehacer político pudiera verse como como un acto abusivo.
Dice Daniel Giglioli en su Crítica de la víctima: “la herida más profunda causada por la victimización es precisamente esta: que acabamos afrontando la vida no como sujetos éticos activos, sino solo como víctimas pasivas, y la protesta política degenera entonces en un lloriqueo de autoconmiseración”.
EL ASALTO A LA RAZÓN
Sin una base social sólida ni un equipo compacto, sólo aliados ocasionales o coyunturales, y famosa porque no reparte ni chicles es sus anticipadas “jiras” de proselitismo electoral, la Senadora Imelda Castro se elevó falsamente está semana, “Rumbo al 2027”, como “la voz que forjó a la izquierda sinaloense”, lo que aparte de ser una mentira completa, insulta a aquellos que forjaron su carrera política y universitaria en la verdadera corriente de la izquierda.
Imelda Castro no nació en la política en la izquierda, sino en los brazos de Juan Figueroa Fuentes, quien pese a su perfil de perredista de hueso colorado, fungió como director de la Unidad de Enlace y Jefe de Programas de la Secretaría de Agricultura, Ganadería y Pesca, durante el sexenio de Mario López Valdez, quien también le dio la oportunidad a Imelda a formar parte de su gabinete nombrándola en el 2011 Directora de Agroindustria en la Secretaría de Desarrollo Económico de Sinaloa, cargo que desempeñó hasta el año 2013.
Para comprender el presente y prospectar el futuro de Imelda Castro, hay que escrudiñar en su pasado: qué fue lo que representó para ella, en la forja de su “ideología”, Juan Figueroa Fuentes, quien dirigió, como ella lo hizo, el PRD-Sinaloa. Ubicar a Imelda Castro como “la voz que forjó la izquierda sinaloense”, es tanto como borrar del mapa a mujeres y hombres que militaron en el PCM, en el PSUM y en el PRD, y que trabajaron con denuedo en la construcción de Morena. Es incluso desaparecer de la memoria histórica al propio gobernador Rubén Rocha Moya, Audómar Ahumada Quintero, José Luis López Duarte y otros izquierdistas puros de Sinaloa
SÓLO EL RECUERDO QUEDA
En su Cuartel Político, el periodista Héctor Ponce lanzó una crítica al contenido del serial de El DEBATE “Rumbo al 2027, en la que -dijo- “se recordó la que en algún momento fue una de las voces que forjó a la izquierda sinaloense; sólo en el recuerdo queda esa diputada local y dirigente del PRD que luchaba por las causas sociales”.
“…parece que la altura de la Ciudad de México y la altura de la tribuna del Senado de la República apagaron a esa política de alma rebelde, de sangre roja y de esos corazones que laten a la izquierda. Ha sabido escalar en la cúpula de la Cámara Alta, pero se quedó sin tiempo para visitar y recorrer su estado”.
“Tampoco desde lo más alto de la tribuna del Senado se ha escuchado esa voz forjada en la izquierda, no recordamos un solo posicionamiento para defender a los sinaloenses, tiene el poder de abrir el micrófono en una de las máximas tribunas del país: no lo ha hecho con alguna propuesta por la gente del campo, mujeres o niños de su tierra”.
Héctor Ponce expuso que “las alturas marean, sobre todo en la Ciudad de México. Triste que sólo en recuerdos quede esa voz que alguna vez forjó la izquierda. Ahora es una carta para la gubernatura de Sinaloa por su posición como Senadora de la República y el género es un aliado, pero quienes no serán sus aliados serán los sinaloenses que tiene olvidados desde hace años”.