Rocha deja en ridículo a Pilatos

Juan Manuel Partida Valdez

Al asumir la gubernatura ante la representación popular del Congreso de Sinaloa, Rubén Rocha Moya protestó “guardar y hacer guardar la constitución política de la república, la del estado y las leyes que de ellas emanen”, y tras el “sí protesto”, la advertencia de que “si no lo hicieres así, la república y el estado os lo demanden”.

Procedemos entonces, en justicia y apego irrestricto a la verdad, a reclamarle al jefe del ejecutivo estatal sus reiterados incumplimientos a su juramento de protesta, con un valemadrismo descomunal.

A veces se lava las manos eludiendo sus obligaciones y sus responsabilidades que son por mandato de ley, y en ocasiones ni pío dice porque se trata de ilegalidades e irregularidades en las que todo lo que diga terminará hundiéndolo más en la cada vez más baja percepción social.

No vamos a esperar que reaccione con verdad respecto de la narco elección del año pasado, porque eso significa hundirse a sí mismo y al propio presidente de la república, pero el sentido común más elemental lo debe obligar a intervenir en otros asuntos de conocimiento público que lo identifican como un gobernador sin voluntad para corregir lo que se ha demostrado es ilegal e indebido.

Alcaldes que hacen lo que se les pega la gana, con el gobernador limitándose a pretextar que “no hay entendimiento”, y hasta ahí.

Lo del restaurante “El Muchacho Alegre” en Mazatlán; la fiesta masiva en el puerto, organizada por el alcalde Luis Guillermo Benítez Torres; el presidente municipal de Culiacán, Jesús Estrada Ferreiro, que por la cuarta ola de covid restringe operaciones a comercios pero mantiene en operación la verbena popular con la asistencia diaria de miles de personas, por citar unos pocos ejemplos.

Y el propio gobernador, avalando un aforo de 50 por ciento en los estadios de beis y de futbol.

Rocha está obligado, como juró, a respetar y hacer respetar la ley; tiene que poner orden ya, porque estamos hablando de la salud y la vida de todos los sinaloenses, que por lo visto le vale.

Si no quiere servir o no puede, queda entonces obligado a presentar su renuncia inmediata.

EL PACTO ROCHA-GUEVARA

¿A qué llegó Jorge Luis Guevara Reynaga a la UPSIN, para renunciar casi de inmediato?

Emitió un mensaje y posicionamiento a la comunidad universitaria, que nos confirma la tesis de una estrategia armada previamente en conjunto con el gobierno estatal para iniciar ahí una “limpia” y castigos que se extenderán a otras instituciones educativas en las que se han documentado también gran número de anomalías, como por ejemplo la Universidad Autónoma de Occidente.

Guevara Reynaga es hombre serio y maduro; fue nombrado rector con el único compromiso de destapar la cloaca con información muy puntual de aumentos salariales superiores al 40 por ciento; de bases para sesenta empleados de confianza; de un crecimiento explosivo de la oferta educativa y la matrícula, sin capacidad real para su atención; de no pagar al SAT más de 70 millones de pesos por concepto de retención de impuestos de los trabajadores entre el 2017 y el 2020.

Le endosan buena parte de esas y otras irregularidades a la exrectora Alma Hortencia Olmeda Aguirre, quien por cierto hizo también de las suyas cuando llegó después a la UPES.

Puede ser la Rosario Robles sinaloense, pues la coluden incluso con la estafa maestra.

Con lo que advertimos líneas arriba, de que otros rectores o exrectores fueron puestos “en capilla”.

Excelente que persigan a los corruptos de antes, pero no que incurran en complicidades tan descaradas a favor de los rateros “de hoy”.

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