Esas voces ¿son realmente las voces del “pueblo”?
Clara Jusidman
Al fin se termina 2024, año de destrucción y de sordera. Sólo se escuchan las voces de quienes se someten y aceptan las directrices que emanan del resentimiento, la iluminación, la soberbia y la ambición de poder.
Esas voces ¿son realmente las voces del “pueblo”?
Todas las tropelías y abusos cometidos contra las instituciones públicas desde el sometimiento tramposo de las electorales y del poder judicial, el control ilegítimo de las mayorías en el Congreso, pasando por la desaparición de los organismos autónomos, arrasando con los fideicomisos y ahora apropiándose del 66% de los recursos del INFONAVIT, aportados por trabajadores y empleadores ¿fueron realmente un mandato del “pueblo”? ¿De sólo 36 millones de un total de 130 millones de mexicanos o de 100 millones registrados en el padrón electoral?
¿Fue realmente el pueblo quién les ordenó, mediante los cuestionables triunfos en las elecciones, cometer la destrucción de las capacidades para gobernar a este país donde viven esos 130 millones de personas?
¿Fue el pueblo el que les autorizó utilizar todo el dinero que fuera necesario, sin importar su origen, para ganar las elecciones? ¿el que les pidió que crearan un gobierno cívico militar o que cayeran en el alto nivel de endeudamiento que padecemos actualmente y por el cual se han reducido los presupuestos para la protección del medio ambiente, para la cultura, la ciencia, para los institutos se salud y para la preservación del patrimonio nacional?
¿Creen realmente que, mediante las transferencias monetarias, la comunicación mentirosa y crecientemente contralada y el adoctrinamiento de las infancias y las juventudes van a lograr un país con menos desigualdad, pobreza y discriminación? O más bien se encaminan a la creación de un país de súbditos, de personas que no tienen la libertad para expresarse, organizarse, disentir, escoger a sus gobernantes, acceder a la información, a la justicia y a la verdad; cuyos datos personales están siendo totalmente controlados por la burocracia en el poder y por lo tanto, sus derechos humanos no son respetados, ni protegidos, ni garantizados.
La pregunta es ¿qué futuro nos ofrecen? qué significa el humanismo mexicano que pregonan, que es la austeridad republicana, la honestidad valiente y todas las frases contenidas en el credo que recién difundió Morena. ¿Realmente creen que han terminado con la corrupción, que gobiernan mejor, que vamos a producir más energía, que habrá menos inseguridad: muertes, desapariciones, comercio de personas; o que solos podrán enfrentar el tsunami llamado Trump y el cambio de época que estamos viviendo?
¿Con quién hablan, a quién escuchan, a quién consultan, con quién gobiernan?