“Acepten que no pudieron”, dice sacerdote de Chiapas a AMLO y a Rutilio Escandón
Gabriela Coutiño
El sacerdote de la parroquia Nuestra Señora del Sagrado Corazón, de la Arquidiócesis de Tuxtla, Miguel Cardona Valdivia, está envuelto en una polémica, primero porque se hizo viral un video de su homilía en la que lanza fuertes críticas a la estrategia de seguridad de “abrazos no balazos”, y luego porque este jueves circuló la versión de que había sido secuestrado y desaparecido.
“Quiero agradecer a Dios y a ustedes sus muestras de solidaridad por mi integridad. Es totalmente falso que alguien me haya hecho alguna llamada para amedrentarme y mucho menos que me hayan secuestrado”, dijo en un video difundido a la prensa por la Arquidiócesis.
“El padre Miguel se encuentra bien, en sus actividades cotidianas en la parroquia que tiene a su cargo, y agradece la preocupación por su bienestar”, enfatizó en un comunicado la oficina de prensa de la Arquidiócesis de Tuxtla, que subrayó que nada le había ocurrido al sacerdote después de lo dicho en su homilía.
El religioso, en su más reciente eucaristía, reclamó al presidente Andrés Manuel López Obrador y al gobernador de Chiapas, Rutilio Escandón Cadenas, por minimizar la violencia en la entidad, que ha dejado el desplazamiento forzado de familias. Les reprochó que señalen que la difusión de los casos de violencia se trate de una propaganda en contra de su gobierno.
“Yo quiero que en esta oración del Padre Nuestro pidamos por nuestras autoridades de los tres niveles. Se manifiesta esta necesidad (violencia) allá a nivel federal con el presidente de la República y dice que él tiene otros datos, que no es cierto, se va con el gobernador de aquí y dice que es propaganda de los medios de comunicación que le traen mala voluntad”, comentó con los fieles.
“Si no pueden gobernar, pues que digan, pero que por lo menos acepten que no pudieron, salgan con un poco más de dignidad”, increpó.
Aseguró que son los sacerdotes que trabajan en las comunidades azotadas por la violencia, donde se registran los enfrentamientos armados entre las dos organizaciones criminales, los que sufren la violencia.
“Si no ve un montón de muertos que están cayendo por donde quiera, ¿cuál propaganda Rutilio? No inventes, nosotros vivimos en las comunidades, nuestros sacerdotes están en las comunidades rurales y ellos están viviendo y sufriendo esto”.
Señaló que, ante la guerra que mantienen organizaciones criminales, el Ejército parece estar de “manos cruzadas”, sin que intervenga para detener la ola de violencia. “Va a venir ahora el 16 y son vedettes desfilando con sus metralletas. ¿Para qué?, ¿Para qué les sirve sus metralletas y sus riflitos?, Para decirle si el pueblo se levanta: miren lo que les va pasar”.
El sacerdote Cardona también cuestionó a la Guardia Nacional. “Guardia Nacional: ¿qué guardas?, ¿qué proteges?; es que son las órdenes… ¿Órdenes de quién?, De veras preocupa y nosotros (la iglesia) no estamos de acuerdo con esa situación”, dijo.
Sin temor, dijo a los feligreses que asistieron a la misa que, si querían una copia de lo que había dicho, que lo pidieran. “No hijos. Vamos a pedir por ellos. Que se hable con un poco más de dignidad”.
Desde hace tres años, Chiapas vive una crisis de seguridad provocada por la confrontación de cárteles de la droga que se disputan el territorio, lo que ha dejado ejecuciones, miles de desaparecidos, secuestros, bloqueos, enfrentamientos, extorsiones y miles de familias que han abandonado sus hogares, sobre todo de las regiones fronteriza, sierra y frailesca.
Peregrinación por la paz el próximo 13 de septiembre
Ante la violencia, la iglesia católica, a través de sus tres diócesis, San Cristóbal de las Casas, Tuxtla Gutiérrez y Tapachula, ha invitado a los fieles a una movilización por la paz en la capital chiapaneca.
El encargado de la Arquidiócesis, el obispo Rodrigo Aguilar Martínez, ha venido denunciando en conferencias de prensa “el silencio, el disimulo o el contubernio de las autoridades que no se han expresado frente a este sufrimiento de miles de personas que han tenido que desplazarse por la violencia, además que los varones son secuestrados para obligarlos a ponerse al servicio de los grupos criminales.