Confianza entre los inversionistas, asignatura pendiente del gobierno entrante
Alejandra G. Marmolejo
Para entender la desconfianza de los inversionistas privados hacia la administración de Sheinbaum, se debe traer a la luz un precedente importante que marcaría el perfil económico del sexenio pasado: la cancelación del NAICM (Nuevo Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México). López Obrador comprometió como promesa de campaña la cancelación del NAICM, que llevaba el 32% del proyecto construido con bases financieras de bonos emitidos por el Grupo Aeroportuario de la Ciudad de México y Fideicomisos de Infraestructura y Bienes Raíces (FIBRAS).
Es decir, AMLO dio de baja un proyecto con un valor proyectado de 300,000 millones de pesos, sin contar los rendimientos de capital que generaban estos instrumentos de deuda de 10 y 30 años de duración. Cuando López Obrador asumió el poder, la inminente cancelación del proyecto de infraestructura más ambicioso del gobierno predecesor generó un descontento generalizado en los mercados financieros que estaban perdiendo una cantidad masiva de flujos futuros de capital.
La pérdida de confianza de los inversionistas privados hacia el gobierno de AMLO marcó el antagonismo económico entre estos y la narrativa de austeridad del expresidente. Es verdad que el NAICM no era un proyecto sustentable e interfería con el ecosistema del Lago de Texcoco -circundante al proyecto-, pero también es cierto que las garantías puestas como contratos de deuda son importantes para la productividad económica nacional.
Claudia Sheinbaum y el segundo piso de la 4T
Morena enfrentó una ríspida elección interna con un objetivo claro: encontrar un candidato presidencial que garantizara la continuidad de los proyectos de nación que incubó el gobierno de López Obrador. Claudia Sheinbaum no solo heredaría la candidatura acompañada de popularidad que AMLO aún goza, también arrastraría consigo la deteriorada imagen del gobierno ante los empresarios y los inversionistas privados.
Sheinbaum y toda la maquinaria de Morena-PT-PVEM arrasó con casi todos los puestos de elección popular en las pasadas elecciones. Sin embargo, la legitimidad del pueblo de México no necesariamente representa la opinión de los mercados financieros, que mostraron preocupación por una segunda vuelta del gobierno izquierdista. El peso mexicano perdió 57 centavos con respecto al dólar casi de inmediato al anuncio televisado en cadena nacional que hizo Guadalupe Taddei, consejera nacional del INE.
La opinión pública reflejada en redes sociales no siente confianza sobre las decisiones económicas de la 4T. Los comentarios negativos sobre temas económicos también se incrementaron después de la jornada electoral del 2 de junio. La principal preocupación está puesta sobre los efectos de la reforma judicial en materia de contratos de la inversión extranjera y nacional directa.
Analistas y expertos en políticas públicas han señalado la continuación del gobierno de izquierda como un futuro deterioro en el crecimiento económico.
La sensibilidad del tipo de cambio y de la opinión pública especializada
Los especialistas en finanzas y los mercados financieros no están del todo convencidos de la continuación del proyecto de la 4T. Desde el 3 de junio, el tipo de cambio con respecto al dólar no ha encontrado tregua entre pérdidas y jornadas erráticas. No sólo fue la caída de casi 57 centavos de un momento a otro, el peso ha experimentado una racha de pérdidas que hacen remembranza a la crisis del tipo de cambio entre 2015 y 2016, provocada por la especulación en los mercados de divisas, y los constantes escándalos de corrupción del gobierno de Peña Nieto.
De acuerdo con Google Finance, el peso experimentó dos momentos estrepitosos: la arrolladora victoria de Morena en la elección federal del 3 de junio, y el anuncio que hizo el Departamento de Estado para América Latina para México el 12 de junio, advirtiendo sobre la reforma judicial promovida por López Obrador, y la preocupación que existe alrededor del cumplimento de contratos de la inversión extranjera directa. Por otra parte, los días de los anuncios del gabinete presidencial -20 y 27 de junio- el tipo de cambio se fortaleció hasta 20 centavos mexicanos con respecto al dólar.
El sexenio de Claudia Sheinbaum empezó con dos grandes desafíos: la incertidumbre de las elecciones en Estados Unidos y el déficit fiscal. Ambos movimientos se definirán las primeras semanas de noviembre con el ganador de la contienda presidencial y la discusión del Presupuesto de Egresos de la Federación. México enfrentaría amenazas constantes de bloqueos económicos y penalizaciones arancelarias si Donald Trump gana la presidencia: el candidato republicano ha mostrado desprecio por la estrecha relación comercial entre México y China, y por el reciente desarrollo del nearshoring en el norte del país.
Por otro lado, el déficit fiscal no sigue el paso ni de la recaudación de impuestos ni del escueto crecimiento económico proyectado para este año (1.5% previsto por el Fondo Monetario Internacional). La discusión del presupuesto anual federal también pondrá tensión sobre los mercados financieros. La coyuntura económica con bajas expectativas llegó para quedarse, y este pesimismo permea en las audiencias más diversas, sin importar la sofisticación que tengan sobre temas económicos y financieros. El gobierno entrante debe cuidar esto, porque las narrativas negativas son caldos de cultivos activos para la desinformación.