Vil atentado: Rubén Rocha arenga linchamiento contra la UAS
Luis Fernando Nájera
El gobernador Rubén Rocha Moya continuó con su política injerencista en la Universidad Autónoma de Sinaloa buscando su desestabilización para intentar de un golpe anexarla a su gobierno. Y así, el mandatario estatal estaría adoctrinando a las nuevas generaciones en la benevolencia de su partido político (Morena).
Este nuevo intento lo acuñó este lunes, tras que la clase docente, administrativos y alumnado decretaron un paro de actividades tras la separación del cargo del rector, Jesús Madueña y el desconocimiento del nuevo encargado del despacho Candelario Ortiz Bueno.
En abierto atentado a la autonomia de la UAS y en pose injerencista, Rocha Moya declaró que el paro era ilegal y comparó el sistema de la UAS con un empleo formal en donde el patrón no puede parar labores, y acusó que el interino era ilegal.
Dijo que el paro abordado desde una defensa de la autonomía universitaria es un espejismo porque oculta corrupción, según él, y sin tener facultades de carácter universitario, ni responsabilidad académica ni sindical, llamó a los estudiantes a desacatar la disposición de la autoridad universitaria.
El gobierno rochista usó profesores esquiroles y estudiantes apócrifos para simular oposición al paro. Y aunque esta fue insignificante, fue magnificada por medios de comunicación masiva alquilados por el gobierno del Estado.
Los estudiantes regulares no han mostrado oposición al paro.
La academia está utilizando sistemas tecnológicos para reemplazar las actividades presenciales, algo que fue probado con éxito durante la pandemia de Covid-19 y que al Gobernador le pasó de noche.
Los directivos de UAS ha publicado que los estudiantes no serán afectados por el paro presencial, y ante las provocaciones desde el Gobierno respondió con cánticos.
La clase política en el poder, Morena, lanzó contra la UAS a todo su ejército de deslenguados opinadores, entre estos, los diputados, regidores, alcaldes, siervos de la nación, funcionarios estatales, partidistas, mapaches y demás fauna política nociva.