Futuro de poderes Legislativo y Judicial en juego ante hipercontrol presidencial
Carina García
El camino para que la futura presidenta Claudia Sheinbaum tenga una concentración de los tres poderes del país –que el presidente Andrés Manuel López Obrador no logró tener– entrará esta semana en una etapa decisiva con la discusión de la Reforma Judicial en el Senado de la República.
De ser aprobada la propuesta en materia judicial, expertos alertan que este poder quede cooptado por el Poder Ejecutivo, y de ahí la importancia de lo que suceda en la Cámara alta, donde Morena y sus aliados no cuentan con mayoría calificada.
Pero también será fundamental para definir el destino del Poder Legislativo pues se verá si al menos en una de las dos Cámaras del Congreso se mantiene una minoría capaz de ejercer la facultad de ir en Acción de Inconstitucionalidad ante la Suprema Corte de Justicia de la Nación.
“Está casi cancelada la posibilidad de que un tercio de ese órgano (la Cámara de Diputados) acuda a la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN) en acción de inconstitucionalidad y en el Senado las posibilidades son frágiles…se avecina un poder nunca antes visto”, considera el constitucionalista Diego Valadés.
Ante ese escenario, los expertos alertan de una “hiperconcentración” de poder en la Presidencia, con el riesgo también de que se acaben los contrapesos en el país.
Será una hiperconcentración de poder en la Presidencia, la que estamos por ver, porque primero fueron por el control del Congreso y con la reforma al Poder Judicial se acabarán los contrapesos. Diego Valadés, constitucionalista.
“Ya no hay dudas: yo creo que lo que se está buscando es controlar desde el Ejecutivo al Poder Judicial, pues ya al Poder Legislativo, el Gobierno lo tiene prácticamente en sus manos”, dice Laurence Pantin, directora de la Fundación para la Justicia y el Estado de Derecho.
Todo contrapeso es fundamental para cualquier sistema democrático y todas las reformas han estado encaminadas a eliminarlos. Laurence Pantin, directora de la Fundación para la Justicia y el Estado de Derecho.
El futuro de dos poderes en juego
El debate de la propuesta de reforma planteada por el presidente López Obrador el 5 de febrero para el Poder Judicial que contempla la destitución de todos sus mandos de forma en 2025 y en 2027, se definirá en la Cámara alta.
En el Senado Morena y sus aliados cuentan con 85 senadores, y la oposición junta suma 43 escaños: 22 del Partido Acción Nacional (PAN), 15 del Revolucionario Institucional (PRI), cinco de Movimiento Ciudadano (MC), más el senador sin partido Manlio Fabio Beltrones.
Todo ese bloque opositor reúne justo un tercio de esa Cámara, pero ésta podría perderse si tan sólo un senador opositor salta a la bancada de la llamada “Cuarta Transformación” o decide votar con ésta.
Lo que está en juego, por tanto, es mucho más que una reforma constitucional. Es una decisión que afectará a los poderes Legislativo y Judicial, porque en la Cámara de Diputados la oposición no llega ni a un tercio.
“Si no hay una tercera parte del lado de la minoría que pueda promover una acción de inconstitucionalidad ya no va a haber control de constitucionalidad en México”, plantea el politólogo y exgobernador de Tabasco, Arturo Núñez Jiménez.