Un odio que resulta inexplicable ¿por qué?
Alfonso Carlos Ontiveros Salas
Fue mucho tiempo el que tuvo que esperar Rubén Rocha Moya para que sus aspiraciones al gobierno de Sinaloa se vieran cristalizados. Una vez en el trono político, la corona se empañó.
Destiló un odio que no logran entender muchos. Una obsesión que no se oculta y una pretensión del control político de la Universidad Autónoma de Sinaloa, que cada vez se aleja más. Ese control político universitario y académico solo corresponde a la comunidad universitaria rosalina.
El sexenio gubernamental avanza y cada día agoniza más. Lo que un día le hicieron creer al Gobernador que alcanzar el trofeo político uaseño resultaría sencillo, resultó ser un fracaso. Lo convencieron de que torciendo la Ley General de Educación Superior podrían obtener el triunfo deseado, pero les tronó. La Ley de Educación Superior de Sinaloa les fue declarada inconstitucional.
Algo similar se quiso hacer cuando el Gobernador Rubén Rocha Moya aseguró que le propuso en privado al Presidente López Obrador que se le hiciera una curvita a la ley para que se reeligiera. Una propuesta que no cayó nada bien, por cierto, en la ahora Presidenta Electa Claudia Sheinbaum.
Fue un error político tratar de invadir a la Universidad Autónoma de Sinaloa a través de la expedición de la Ley de Educación Superior de Sinaloa. El Congreso del Estado se atrevió a darle esa curvita a la Ley General de Educación Superior para tratar de ingresar a la UAS. Quisieron ser ellos los que llevarían a cabo la consulta a la comunidad universitaria para reformar la Ley Orgánica de la UAS. También les falló.
Una autoridad de amparo le concedió a la Universidad Autónoma de Sinaloa, la protección constitucional al declarar inconstitucional la Ley de Educación Superior de Sinaloa en los artículos que violaban la autonomía universitaria de la mencionada Universidad.
Combatir la Ley de Educación Superior de Sinaloa hizo detonar la furia estatal. Soltó la represión con toda la intensidad cual si se tratara de un volcán en erupción. La corrupción que se ha gritado por todos los puntos cardinales del estado ha sido declarada falsa en las sentencias que se vienen concediendo al Rector Titular y demás autoridades universitarias. Esas victorias uaseñas han ofendido la sensibilidad estatal.
El gobierno del estado, se dice, que es el responsable del levantón y amenazas en contra del dirigente sindical de académicos del Sindicato Único de Trabajadores de la Universidad Autónoma de Sinaloa, mismo que tuvo que abandonar el estado por razones de seguridad personal y familiar.
También se dice, que desde el gobierno se planeó y ejecutó el intento de homicidio en perjuicio del Director General de Comunicación Social de la UAS el ingeniero y comunicador Arnoldo Valle Leyva. Hechos que ponen en evidencia la forma de como el brazo represor del gobierno quiere intimidar la defensa de la dignidad y la autonomía universitaria de la comunidad rosalina.
Aparejado con esos deleznables hechos, se le suma el pago millonario a diversos medios de comunicación que tienen como encargo tirar basura denostativa en contra del Dr. Jesús Madueña Molina y otras autoridades universitarias. Los procesos penales se han encargado de desmentir y abofetear a los autores de esas calumnias ante el estrepitoso derrumbe derrumbe gubernamental ocasionado con las sentencias de amparo que dan protección constitucional a los perseguidos políticos universitarios.
La desesperación impacienta y hace sentir el temor en el Tercer Piso del palacio de gobierno. En los procesos penales no se ha demostrado ninguna pizca de corrupción y eso es lo que más arraiga el odio contra el Rector Titular Jesús Madueña Molina.
El conflicto se hace viejo y se acerca lo que no querían en el gobierno. Viene el relevo presidencial y el círculo político que tomará el mando de la Nación, parece que no soplará con vientos amigables al gobierno de Sinaloa. Eso dicen los que saben de política.