Operación cicatriz
Adolfo Ruiz Guzmán
Para muchos, y me incluyo, concluyeron por fin los tiempos de las campañas, un ejercicio exageradamente oneroso, además demasiado largo. Sin embargo, me gustaría resaltar que desde hoy es fundamental iniciar con la operación cicatriz.
Esa operación requiere poder sanear todas las heridas abiertas por la polarización generada por el mismo calor de la jornada electoral, dejar detrás las descalificaciones, los rumores de los supuestos fraudes electorales y el querer denostar a otros mexicanos que no piensan como yo.
Al final, en eso consiste la democracia; si bien no es un sistema perfecto, como lo advertían los antigüos filósofos -como Aristóteles-, garantiza la expresión de la mayoría a favor o en contra de algo. En eso contribuyen los ciudadanos en gozar de la capacidad de poder elegir a quien, a mi juicio, con los elementos a disposición crea que me va a representar y con la jornada electoral, pueda poder expresar mi voluntar a través del voto libre.
Con ello, que la mayoría se sienta representada, lo que trae una sensación de victoria; pero por otro lado, que la minoría tenga un sentimiento de zozobra y desaliento. Aquí también es un gesto de generosidad y magnanimidad el que los trinfadores no se ufanen de la victoria haciendo sentir vencidos a los adversarios.
La operación debe llevarnos a unirnos, a comenzar, a tener un concepto de Nación, es la única forma de convertirnos en una gran potencia, para aprovechar todas las oportunidades que se nos presenten. Aprendamos del ejemplo de muchos países donde, una vez terminadas las contiendas, todos unidos por un único objetivo y un gran fin, México.
Estoy convencido de que el país es mucho más grande que los individuos o los partidos, ya lo hemos demostrado, cada uno tiene derecho a tener sus convicciones políticas, su forma de pensar y es libre de expresarse, pero nadie en su sano juicio debería apostar al fracaso de quienes encabezarán el nuevo gobierno.
Vale la pena destacar la participación de todos en esta elección, desde el bautizo de las autoridades electorales, los capacitadores de los funcionarios de casilla y de estos últimos, piezas clave para que esta fiesta cívica pudiera darse en un ambiente prácticamente en calma con algunos detalles, pero se logró; incluso me llamó la atención que cuando acudí a mi casilla, los funcionarios se mostraron agradecidos porque les expresé mi gratitud por su compromiso.
Finalmente, a todos quienes salimos a votar, es de señalar la inmadurez política de quienes quisieron dar madruguete con los resultados cuando todavía se estaban contando los votos. Nuevamente la ciudadanía demostró su compromiso frente a los partidos políticos.
Demostremos nuestra civilidad política y para quienes no estamos con los hoy triunfadores comencemos a construir una oposición responsable, propositiva, si se quiere tener un modelo paralelo, la elección de 2030 comienza hoy. Ello no quita sumar en lo posible al proyecto que hoy busca conducir a México, no estorbar, construir, porque en nuestras manos está, no en el gobierno, el hacer lo que nos toca.
México es mucho más grande, necesita el compromiso de todos y desde la trinchera en donde te encuentres, es fundamental apostar a la educación de calidad, impulsar los grandes pendientes como salud y seguridad, pero la única forma de alcanzar el nivel que nos merecemos es con la participación de todos.
La operación cicatriz, por tanto, requiere el dejar antagonismos, filias y fobias, pensar en grande, como mexicanos, apostar por los más nobles ideales para seguir adelante, construir un país justo donde reine la paz y la concordia.
Yo estoy dispuesto, ¿tú?