El megafraude de Rocha y el atentado a los derechos civiles, electorales y políticos del PAS
Álvaro Aragón Ayala
El gobernador Rubén Rocha Moya organiza un megafraude electoral para intentar desaparecer del mapa político al Partido Sinaloense y reducir a su máxima expresión al PRI, al PAN y al PRD. El siniestro proyecto es acabar con los contrapesos políticos en el Congreso Local y sepultar a las voces críticas de su régimen de gobierno. Quedarse, sí, con alcaldes y diputados de “oposición” fáciles de domesticar.
El plan fue elaborado por el mandatario con el apoyo del secretario general de Gobierno con licencia y candidato de Morena al Senado de la República, Enrique Inzunza Cazarez, y “políticos filtrados” en los partidos de “oposición”. Desde el Tercer Piso del gobierno estatal se soltó la “noticia” de que ya se logró que el PRI no nombre representantes de casillas para las elecciones de alcaldes y diputados locales.
En la faena contra el PAS y los partidos de la alianza “Fuerza y Corazón por México”, Rubén Rocha cuenta con el apoyo de las autoridades del Instituto Electoral de Sinaloa y del Tribunal Estatal Electoral. El mandatario estatal y Enrique Inzunza poseen la lista de los afiliados de cada partido y de los representantes de casillas a los que se intentará “desaparecer” el día de la elección para poder consumar el megafraude.
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El gobernador le apuesta a que el Partido Revolucionario Institucional no designe representantes de casillas y a “forzar” a los comisionados del Partido Sinaloense a las urnas para que no cumplan con sus funciones. Contra los activos del PAS ha emprendido acciones de intimidación; en torno al PRI, el argumento morenista es que confían que el día de la elección se “doble”. Para Rubén Rocha, el PAN y el PRD no significan -dicen- “ningún problema”.
El mandatario estatal planea que en las casillas sólo existan representantes de Morena, del PVEM, del PT y del MC, que ayudarían a anular los votos emitidos a favor de los candidatos del PAS y del PRI, PAN y PRD. La ausencia de “vigilantes” opositores le facilitaría cruzar ahí mismo boletas y embarazar las urnas a favor de los contendientes de Morena. O cambiarlas cuando sean trasladadas a los centros de recepción electoral.
Rubén Rocha instruyó a los periodistas que tiene en su nómina para que “desinflen” el padrón de más de 166 afiliados del PAS con el propósito de sembrar la idea de que no son tantos y argumentar de que el día de la votación no acudieron a las urnas. La perversa jugada del gobernador proyecta “esfumar” del mapa electoral a miles de ciudadanos que pertenecen al partido estatal para intentar que pierda su registro.
Lo que distingue la preparación de este megafraude de otros delitos electorales es la existencia de la intencionalidad ya revelada por el gobernador Rubén Rocha y Enrique Inzunza y la dimensión operativa, el despliegue de “fuerzas”, para su consumación. Con el megafraude se trata de manipular la etapa del cierre electoral y alterar el resultado del día de la elección, atentado contra los derechos cívicos, electorales y políticos de miles de ciudadanos sinaloenses.