Influencers y propaganda electoral

Luis Octavio Vado Grajales

Las redes sociales son el campo fértil de las y los influencers. Estas personas con las que guardamos una relación de amor-odio, pero que ya son parte de nuestra fauna electrónica. Y no me diga que no sigue a ninguna, que jamás ha visto alguno, porque lo más probable es que sí lo haga.

En lo personal, sigo a uno que cuenta chismes de bodas y otro que habla de aviones y aeropuertos. Cada uno sus gustos (y nada de culpables, que mientras no sean delito no deben apenarnos)

Un influencer es una persona que:

Tiene una cuenta en redes sociales, ya sea X, TikTok, YouTube o Instagram, en la que cuenta con un alto número de seguidores. Según algunas mediciones, se es un microinfluencer con diez mil seguidores; si estos son más de un millón, se trata de un megainfluencer.

Cuenta con reconocimiento como persona experta o conocedora de un tema específico. Este puede ser tan aleatorio como la pesca en Veracruz o la moda en la Grecia antigua

Por tanto, su criterio, consejos o sugerencias tienen un impacto en las decisiones de sus seguidores.

Por lo general los influencers o personalidades del Internet se ciñen a un tema o campo. Por ejemplo, quien hace reseñas de quesadillas difícilmente nos presentará el resumen de una iniciativa legal; más que porque no pueda hacerlo, porque su público le conoce y espera que hable, escriba o grabe acerca de los temas por los que lo sigue.

Pero esto no impide que, en ocasiones, salgan de su zona de conversación y aborden cuestiones diversas.

Por su parte, la propaganda electoral tiene como objetivo que votemos por una opción política, o que no votemos por otra. Y se manifiesta de distintas maneras, lo mismo en los spots de radio y televisión, que en volantes o espectaculares.

Es obvio que los partidos políticos han volteado a ver a las y los influencers para utilizarlos en su propaganda electoral, pues presentan la oportunidad de acercarse a públicos que tal vez no reciben bien los temas electorales, ya sea por apatía o por otra razón.

En la práctica, la colaboración entre un influencer y un partido presenta algunos problemas. Principalmente porque los seguidores del primero pueden sospechar o no recibir bien los comentarios que éste haga a favor de un partido, tal como sucede, por ejemplo, cuando su comentarista favorito de comida recibe un pago para promover una cadena de restaurantes.

¿Es ilegal que los partidos contraten influencers? No. No lo es.

Dicho lo anterior, hay que precisar algunos puntos. El primero y más importante es que este contrato no puede ser algo secreto, ya sea que se haga directamente con la personalidad o con una agencia de representación; este contrato debe ser oportunamente comunicado al INE, precisando el monto de la operación, y el pago a recibir por el influencer debe provenir de las cuentas registradas por el partido ante la autoridad electoral.

También es importante que estos influencers pagados, dado que están realizando una actividad que materialmente es propaganda electoral, tengan cuidado de no violar el periodo de reflexión, que inicia tres días antes de la jornada electoral, y concluye hasta que esta termina.

Si no cumplen con lo debido, tanto los partidos como los influencers pueden cometer un acto ilícito, y ser sancionados por la autoridad electoral.

En el criterio de usted queda la confiabilidad que le genere la recomendación política de su personalidad de confianza.

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