Rocha Moya teme perder las elecciones ¡podría ir a la cárcel!
Álvaro Aragón Ayala
Consciente de que si pierde las elecciones y el Control del Congreso Local podría enfrentar un juicio político, ser destituido y abrírsele proceso por corrupción e ir a parar a la cárcel, el gobernador Rubén Rocha Moya, apoyado por un grupo de “asesores” trasnochados, estudia la implementación de nuevas estrategias que le permita darles credibilidad sus sonsonetes contra los directivos de la Universidad Autónoma de Sinaloa y afina el arranque de la “guerra sucia” que desatará contra los candidatos de la coalición opositora PRI-PAN-PRD-PAS.
Al mandatario estatal ya no le sirve su coordinadora de Comunicación Social, Adriana Margarita Ochoa del Toro por ser muy predecible en sus movimientos. No la corre porque levantaría el enojo del empresario Jesús Vizcarra Calderón, quien la recomendó. Sin embargo, requiere de nuevos tanques pensantes para aterrizar su política de comunicación, pues la imagen que permea en Sinaloa de él es que es perverso, caprichoso, mentiroso y autócrata, una especie de reyezuelo, dado al insulto y la difamación contra sus opositores.
La figura del gobernador se bate en el estercolero. Los sinaloenses lo repudian por traidor y malagradecido, por sus arranques de locura y de demencia senil. Las críticas contra el mandatario rebasan la “agenda” de Ochoa del Toro, a quien se le nota en su semblante el miedo desmedido que le tiene. Rubén Rocha se acerca cada vez más a Adrián López Ortíz, presidente del Consejo de Artículo 19 en México y director de NOROESTE, en busca de orientaciones “periodísticas ”. Los más de 700 millones de pesos que ha gastado en “publicidad” no han sido suficientes para maquillarle y cuidarle la imagen.
Revelando su mentalidad perversa, la más reciente jalada de Rubén Rocha Moya fue el invento de las “casas fantasmas” del Rector Jesús Madueña Molina, suspendido del cargo de manera ilegal. La fabricación del embuste tiene como propósito apoyarse en las publicaciones de NOROESTE para endilgarle el delito de enriquecimiento ilícito. No hay de otra. Es el estilo rochista. Al gobernador le urge prevaricar nuevas “mafufadas” ya que las acusaciones que obran en los Juzgados contra el Rector y personal de la UAS no llegarán a juicio por los dictámenes emitidos por Juzgados de Distrito y Tribunales Colegiados.
El gobernador está empecinado en fabricarle la estampa de “traidor” a Héctor Melesio Cuén porque renunció de manera estratégica al Partido Sinaloense para poder participar en el proceso federal en busca de una diputación plurinominal. El gobernador suda frío, teme que la voz de Cuén se escuche en la Cámara de Diputados (Federal) denunciando las raterías del gobierno y la de sus hijos -cartelrocharuiz-com -, la fabricación de delitos y el atentado a la autonomía de la Universidad Autónoma de Sinaloa. Que revele, pues, el estado de desastre en que se encuentra Sinaloa.
Rubén Rocha tiene pavor de perder las elecciones locales y federales. Captó bien el mensaje que le envió desde la ciudad de México, Claudia Sheinbaum, y el presidente Andrés Manuel López Obrador, al bajar a la segunda posición en la fórmula del Senado a un depravado -acusado de acoso, hostigamiento sexual y amenazas y exhibido masturbándose en un video-. El diagnóstico en el seno de Morena es que nadie votará por la formula Imelda Castro Castro- Enrique Inzunza, por tanto, se optó por apostarle a la candidatura al Senado por el Partido del Trabajo de Jesús Estrada Ferreiro, que de ganar iría por la cabeza del gobernador y de Enrique Inzunza.
Rocha Moya también recibió la lectura de que quien decide las candidaturas de diputados federales, no es él, y que la mayoría de aspirantes palomeados le deben el favor a Claudia Sheinbaum. Si ganan, en el Congreso Federal serán los diputados, no del gobernador, sino de la Presidente de la República, quien se cobraría la afrenta de Rocha por pretender imponérsele en la toma de decisiones y por la vergüenza nacional que le hace pasar al tener que tomarse fotos con Enrique Inzunza Cazarez a quien bajo presión de “dejarla sola en Sinaloa” tuvo que acceder a que fuera nombrado candidato al Senado.
El gobernador quiere meter únicamente a candidatos a diputados locales de su “corriente”, sin tomar en cuenta a nadie, ni siguiera a los fundadores de Morena. El plan rochista es tener legisladores, aunque sean plurinominales, ante el peligro latente, potencial, de perder el control del Congreso Local, lo cual para él sería catastrófico porque correría el riesgo de ser sometido a juicio político o ser “sacado a patadas” en un ejercicio de revocación de mandato colocándolo en el filo de la cárcel por actos de corrupción y por los abusos en que incurre en el ejercicio del poder. Rocha Moya sabe que la sociedad lo odia por eso anda espantado.