Productores de carne mantienen precios y miran de reojo a las proteínas veganas
Mara Echeverría
En un escenario global que busca soluciones para reducir las emisiones de gases de efecto invernadero y combatir el cambio climático, las proteínas alternativas se abren paso en el mercado mexicano. Aunque aún no representan una amenaza significativa para los fabricantes de carne animal, las proyecciones de crecimiento en su consumo y la creciente presión para reducir emisiones han llevado a grandes cadenas a incorporar proteínas vegetales o alternativas en sus menús como parte de sus estrategias para alcanzar la neutralidad de carbono.
Aunque algunos expertos consideran que la masificación de las proteínas alternativas está lejos de ocurrir debido a sus altos precios para los consumidores finales, la tendencia ha llevado a grandes empresas a explorar esta opción en sus menús como parte de una estrategia para alcanzar la neutralidad de carbono. Las hamburguesas de lenteja, leche de almendras o pollo de soya han ganado presencia en los anaqueles de supermercados, y algunos de estos productos se han integrado a los menús de reconocidas cadenas de restaurantes y cafeterías, como Toks o Starbucks en México.
Empresas como Notco, que utiliza inteligencia artificial para diseñar recetas, y la marca española Heura Foods, han aprovechado la oportunidad que surgió durante la pandemia, cuando los consumidores comenzaron a buscar alternativas saludables en su alimentación.
“El reto de alimentar a la gente es brutal”
El mercado de las proteínas alternativas en México experimentará un crecimiento impulsado por el aumento en la población vegetariana y las personas flexitarianas que buscan opciones en sus alimentos sin abandonar completamente las proteínas animales. Para este año, la firma de análisis Statista proyecta que los ingresos en el mercado de sustitutos de carne alcancen los 254 millones de dólares, con una tasa de crecimiento anual compuesta del 8.65% hasta 2028.
A pesar de este crecimiento, para los productores locales de proteínas animales, este mercado aún no representa una competencia significativa. Incluso, Ernesto Hermosillo, representante de los productores locales de proteína animal, ve a las proteínas alternativas como una oferta complementaria.
“Todo lo que se pueda hacer para satisfacer la demanda de alimentos al mundo es bueno y todo lo que tiene que ver con tecnología también es bueno. Todo suma porque el reto hacia adelante de alimentar a la gente es brutal”, dijo Hermosillo, presidente del Consejo Mexicano de la Carne (Comecarne).
Aunque el mercado de las proteínas alternativas está en crecimiento, el consumo de proteínas de origen animal también sigue en aumento. Los datos de 2023 revelan un aumento de 4.9% en el mercado mexicano. La producción local experimentó un alza del 2.4%, alcanzando un total de ocho millones de toneladas. En paralelo, las importaciones también registraron un incremento notable, llegando a dos millones 816,000 toneladas, reflejando un aumento del 8.4%, según información proporcionada por Comercane.
“El consumo de carne no va a disminuir; la demanda de consumo es mayor que la producción, y tenemos que encontrar la forma de satisfacer la demanda”, afirmó Hermosillo.
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Cuestión de precios
Para algunos expertos y casas de análisis, la masificación de las proteínas alternativas está lejos de ocurrir debido a los altos precios que tiene para los compradores finales.
El diferencial es evidente, mientras una bolsa de medio kilo de pollo crujiente cocinado con salsa picante de Notco tiene un precio de 198 pesos, un kilo de pechuga de pollo tiene un precio menor a 100 pesos en algunos mercados. Otro de los desafíos está relacionado con la industrialización de los procesos para fabricar proteínas alternativas de forma masiva.
Hermosillo descartó la posibilidad de que la carne de pollo, res o cerdo experimente un aumento de precios durante el presente año, incluso en medio del complejo entorno inflacionario que ha caracterizado el último año.
“Con las condiciones actuales, yo afirmaría que los precios se mantendrán; no debería haber aumentos bruscos significativos. Sin embargo, si surgen complicaciones debido a una enfermedad en los animales en Estados Unidos, una situación geopolítica o fluctuaciones en el tipo de cambio, podríamos enfrentar afectaciones”, agregó.
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Algunos de los incrementos en los precios han comenzado a ceder. Según el Índice de Precios al Consumidor (IPC), el costo de la carne de cerdo disminuyó entre diciembre de 2022 y diciembre de 2023. Mientras tanto, el precio del pollo aumentó ligeramente en un 0.04%, y la carne de res experimentó un aumento de 2.15%.
Hermosillo afirmó durante la conferencia de prensa que el mercado es el factor determinante y que es crucial mantener los precios estables. “Tenemos que asegurarnos de que los precios se mantengan, ya que si aumentan, perderemos clientes”, concluyó.