El aguinaldo y el montaje de Rocha

Álvaro Aragón Ayala

El gobernador Rubén Rocha Moya aprovechó la escasez de recursos de la Universidad Autónoma de Sinaloa para desencadenar otra campaña de odio y linchamiento contra las autoridades uaseñas intentado vanamente construir el escenario para elevarse como “el salvador” de la Casa Rosalina después de que buscó la coyuntura y recurrió a mil pretextos y a la exigencia “de intercambios” para negarle el apoyo económico a la institución.

El aguinaldo ya fue pagado a los trabajadores universitarios -más de 17 mil, entre ellos 5 mil 571 jubilados-, dejando muy claro que el gobernador no cancelará su proyecto de criminalización y linchamiento público contra los funcionarios de la UAS y que no desaprovechará cualquier oportunidad y escenario para continuar lanzando difamaciones y calumnias contra la Casa Rosalina.

El monto del aguinaldo para poco más de 17 mil empleados universitarios ascendió a más de 600 millones de pesos. Con base en gestiones en conjunto, el gobierno estatal aportó 200 millones de su presupuesto federal para atender rezagos, 200 millones de pesos más tributó el gobierno federal (SEP-SHyCP), y los otros 200 millones de pesos los invirtió la UAS.

En el viacrucis por el apoyo de 400 millones de pesos, Rubén Rocha Moya intentó construir la idea de que sería él quien pagaría todo el aguinaldo, lanzado injurias contra los funcionarios de la UAS al grado de sembrar la mentira de que el dinero de la prestación laboral navideña se la habían gastado en otras cosas e hizo un llamado para realizar plantones contra los directivos uaseños.

Periodistas y medios de comunicación en los que mensualmente el Gobierno del Estado invierte millones de pesos para atacar a la UAS y a sus funcionarios le entraron de lleno a la fabricación del montaje propagandístico dibujando las “gestorías exitosas” del gobernador para lograr el pago del aguinaldo. Incluso, los más lambiscones retrataron a Rocha Moya como el “salvador” de la institución, el que había “rescatado” a la universidad.

La verdad es que el año con año, por poseer un presupuesto deficitario de 7 mil millones de pesos anuales, erosionado por el pago de la “jubilación dinámica” que absorbe 2 mil 300 millones, las autoridades de la UAS realizan gestiones ante la SEP para conseguir recursos para cubrir los aguinaldos. En esta ocasión la SEP recurrió al esquema del pari-pasuu para apoyar a la UAS e hizo un llamado al gobierno de Rubén Rocha para que se sumara a este programa.

Cierto: por indicaciones del presidente Andrés Manuel López Obrador la SEP echó a funcionar el programa pari pasuu no sólo para beneficiar a la UAS, sino a otras diez universidades públicas del país que tienen el problema de pago de los aguinaldos. Bajo este sistema, el gobierno federal aporta el 50 por ciento para el pago de esta prestación, y los gobiernos de los estados el otro 50, y las universidades el resto.

¿Qué pasó entonces en realidad? ¿Por qué cada mes de diciembre la UAS y otras 10 universidades públicas estatales les faltan recursos para pagar sus aguinaldos a sus trabajadores e incluso algunas de ellas para liquidar las dos últimas quincenas del año académico?¿Desvían los recursos? Claro que no ¿Aplican los presupuestos universitarios en otras áreas y no les alcanzan para pagar la prestación navideña? No. Tampoco. Entonces ¿Qué sucedió?

El subsecretario de Educación Superior de la Secretaría de Educación Pública, Luciano Concheiro Bórquez, y la directora de Educación Superior de la SEP, Carmen Enedina Rodríguez, describieron el problema con precisión: las universidades atraviesan por problemas financieros derivados del pago de las “jubilaciones dinámicas” que les devora sus presupuestos en un 20, 30 y hasta en un 50 por ciento, en algunos casos.

El gobierno federal no incluye en el subsidio o presupuesto de la UAS ni de otras 10 universidades públicas recursos para pago de la “jubilación dinámica” porque la consideran una “doble jubilación”. La prestación consiste en pagar a los trabajadores en retiro el salario íntegro como si estuvieran en activo. Aparte, los jubilados reciben su pensión o jubilación del Instituto Mexicano del Seguro Social.

LAS SOLUCIONES VIABLES

Al principio del gobierno de Andrés Manuel López Obrador, algunos diputados y senadores de Morena plantearon una solución drástica para acabar el cíclico problema anual del pago de los aguinaldos y de los salarios de fin de año en las universidades: cancelar de tajo las “jubilaciones dinámicas”. La propuesta fue desechada pues generaría el levantamiento de miles de universitarios jubilados del país que reciben esta prestación de retiro.

El subsecretario de Educación Superior, Luciano Concheiro plantea tres salidas para solucionar el problema que anualmente genera el pago de las jubilaciones a las universidades públicas estatales: la creación de Fondos o Fideicomisos Pro-jubilación, la elaboración y aprobación de una Ley General de Jubilaciones para las Universidades Públicas o el regreso del Programa U081 de Apoyos para el Saneamiento de los Problemas Estructurales de las Universidades Públicas, el cual fue desaparecido por el gobierno de Morena, y que poseía recursos a los que accedían las universidades con los problemas de la “jubilación dinámica”.

La Universidad Autónoma de Sinaloa ya contaba con el Fideicomiso Pro-Jubilación que garantizaba el pago de la prestación laboral jubilatoria por los próximos 30 años sin dañar las finanzas de la Universidad, pero fue “reventado” por los rochistas María Teresa Guerra Ochoa, Manuel Luque, Marco Antonio Medrado, Feliciano Castro Meléndrez y Sergio Mario Arredondo Salas, entre otros más, que agitaron al interior de la UAS y recurrieron a los tribunales para impedir que los universitarios en activo y jubilados aportaran un porcentaje de su ingresos universitarios para sostener económicamente el Fondo.

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