Desinterés de Rocha por “democratizar” la UAdeO, la UPS, la UAIM y el Cobaes

Álvaro Aragón Ayala

Rubén Rocha Moya volvió a meter a su agenda discursiva el tema de la reforma a la Ley Orgánica de la Universidad Autónoma de Sinaloa, modificación que no es de su competencia, pero que aborda bajo el argumento de la “democratización” universitaria que paradójicamente niega a la Universidad Autónoma de Occidente, a la Universidad Pedagógica de Sinaloa y a otras universidades y escuelas bajo la férula del gobierno estatal.

De acuerdo a la Ley Orgánica de la UAS, vigente, y en apego a la Constitución General de la República y a la Ley General de Educación Superior (federal) corresponde a su comunidad, a su Consejo Universitario, no al gobierno estatal ni al federal, orientar reformas o refrendar su Ley Orgánica y acordar el régimen de gobierno (cogobierno) que se ajuste a sus intereses y a sus proyectos académicos.

Los universitarios en pleno y el Consejo Universitario, máxima autoridad de la UAS, determinaron no tocar su Ley Orgánica, pues su vigencia y aplicación le ha permitido el desarrollo de las actividades sustantivas de la Casa Rosalina en un marco de armonía. La Ley ha sido el soporte de la institución para que en poco más de 15 años se haya consolidado como una de las mejores universidades del país.

El gobierno rochista apoyado por los diputados de Morena y legisladores desertores del PRI diseñaron y aprobaron una Ley Estatal de Educación Superior mediante la cual pretende modificar, desde el exterior, bajo las reglas dictadas desde el Congreso Local, la ley interna de la Casa Rosalina, violando su autonomía. El propósito es claro: los mueve el interés por tomar el control de la institución de educación superior.

Inesperadamente, Rocha Moya llamó a los universitarios a no tener miedo a los cambios que él, desde el exterior, en flagrante violación a la autonomía universitaria, pretende realizar a la Ley Orgánica de la UAS y reiteró su interés de que el Congreso del Estado concrete la reforma a la Ley Orgánica para llevar la “democracia” a la UAS y para que las autoridades que rigen esta institución sean elegidos mediante “voto popular”.

A contracorriente, el gobernador no se ha pronunciado nunca, jamás, por “democratizar” a la UAdeO, la UPS, el Cobaes, Icatsin, el Conalep, la Universidad Politécnica del Mar y la Sierra, la UAIM y las Normales, etc., cuyo control político y administrativo es ejercido desde el gobierno de Sinaloa mediante mecanismos violatorios a la autonomía establecidos en las leyes orgánicas y los reglamentos de estas instituciones.

Incluso, la Universidad Autónoma de Occidente desarrolla el proceso del relevo de su Rectora Sylvia Paz Díaz Camacho de manera “irregular”. El cambio de la máxima autoridad institucional descansa en un mecanismo de elección antidemocrático, violatorio a la autonomía universitaria, pero “ajustado” a la Ley Orgánica de la universidad Lince que tolera la participación de “personajes externos” en el proceso comicial Rectoral y en la vida interna de esa institución.

A diferencia de la UAS que goza de un sistema que involucra a todos los universitarios, por medio de sus representantes, más de 225 consejeros universitarios, en la elección de su Rector (a) y la de las autoridades de las preparatorias, escuelas y facultades, en la la UAdeO una Junta de Gobierno, integrada por 7 personas, 4 de las cuales no pertenecen a la Universidad Lince, decide el nombramiento de Rector o de Rectora. Los 4 son conocidos con el mote de “externos”.

En la Universidad Autónoma de Occidente se simula un proceso de auscultación en la comunidad universitaria para posteriormente pasar los nombres de los aspirantes a Rector “mejor calificados” a un Consejo Universitario atomizado, minúsculo, que es el que presentará las propuestas a la Junta de Gobierno, diseñada para que el gobierno del Estado, vía el Rector o la Rectora, no pierda el control político-administrativo de la Universidad Lince.

El consejo lo integran únicamente 2 maestros y 2 estudiantes por Unidad Regional, controlados por la Rectora. En la UAdO hay 14 programas educativos (escuelas) y sólo dos de ellas tienen representante ante el Consejo. En la Junta de Gobierno de la Universidad Lince tienen mayoría los “externos”, lo que permite controlar la elección y cerrar la posibilidad para que no llegue el que quieran los consejeros que sí pertenecen a la institución, pero que son minoría, y que también pueden obedecer las consignas de la Rectora en turno, en este caso.

En varias ocasiones la comunidad universitaria ha precisado ante los diputados de Morena que la autonomía de la UAdeO “nació muerta” en el 2018 toda vez que consideran que la Junta de Gobierno no representa a la comunidad universitaria y califican como un absurdo el que participen en la Junta y en la vida interna de la institución superior “personajes externos”, en abierta violación a la autonomía universitaria y al cogobierno. Los legisladores se han negado a reformar la Ley Orgánica de la Universidad Lince.

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