El regreso de seres humanos a la Luna, de ficción a realidad en esta década

EFE

El futuro inmediato de la carrera espacial es prometedor y en esta década se verá, de nuevo, a seres humanos viajando a la Luna y al espacio y a los primeros turistas en la Estación Espacial Internacional, asegura a EFE el asistente especial a la Dirección de la Misión de Desarrollo de Sistemas de Exploración de la NASA, Sam Scimemi.

Hay varios hitos importantes que se alcanzarán en los próximos años, recalca, entre otros, enviar a personas al espacio a la actual Estación Espacial Internacional (ISS por sus siglas en inglés), antes de que se desmantele, y a la nueva, que se espera esté operativa en 2030.

Asimismo, está previsto que en un par de años el hombre viaje de nuevo a la Luna y que lo haga, además, de una manera mucho más sostenible de lo que lo hizo en el pasado en las misiones Apolo, precisa el que fuera director de la ISS en la sede de la NASA, con 35 años de experiencia en vuelos espaciales tripulados.

En el ámbito de lo comercial, llegarán los primeros turistas a la ISS y todo apunta a que estos vuelos se convertirán en algo regular, precisa Scimemi, un conocido defensor de las actividades comerciales a bordo de la ISS.

Vivir en el espacio, aún a años luz de ser realidad

Otra cosa es vivir en el espacio, un sueño que el ser humano acaricia hace décadas y que se refleja en decenas de películas como “2001 Odisea en el Espacio” (Stanley Kubrick, 1968), pero esto aún va a tardar mucho tiempo, reconoce Scimemi, ponente estrella de la cuarta cumbre de turismo espacial y subacuático SUTUS, organizada por la escuela de hostelería suiza Les Roches recientemente en Marbella (España).

El representante de la NASA incide en que la historia enseña al hombre que lo que quiere lograr en el espacio siempre requiere más tiempo de lo que se pensó, porque “la imaginación va muy por delante de los progresos tecnológicos”.

Estados Unidos quiere mantener su liderazgo en la carrera espacial pero reconoce que esto ha de producirse en el marco de un consorcio en el que participen diferentes entidades relacionadas con la tecnología, la seguridad o la investigación, entre otras, y en el que se alcancen acuerdos con terceros.

Un ejemplo de este trabajo conjunto es la propia ISS o el telescopio espacial James Webb, un observatorio desarrollado para sustituir los telescopios Hubble y Spitze, construido merced a la colaboración de catorce países y operado conjuntamente por las agencias espaciales europea, canadiense y estadounidense.

Entre las iniciativas conjuntas entre distintos estados y Europa hay proyectos como la investigación sobre la vida humana en el espacio o los relacionados con los viajes a la Luna, a la órbita de la Tierra o incluso a Marte.

El papel de Rusia, por definir

El trabajo conjunto con diferentes agencias espaciales como la japonesa o la europea debe continuar y Estados Unidos apuesta por ello, señala Scimemi, aunque deja en el aire el papel de Rusia, dada la situación en la que se encuentra internacionalmente desde que inició la invasión de Ucrania.

En estos momentos se analiza cuál será su participación no sólo en la Estación Espacial Internacional que está a punto de cerrarse, sino también en la puesta en marcha y en la operatividad de la futura plataforma, comenta.

Si bien se marcaron algunas líneas rojas en momentos de mayor tensión, hoy todo funciona como de costumbre, aclara.

La relación entre Estados Unidos y Rusia en el ámbito espacial “esta muy viva y es muy sólida” y hay “rusos formando a norteamericanos y norteamericanos formando a rusos para el trabajo actual en la Estación Internacional”, matiza.

Aunque cree que la investigación seguirá liderada por los gobiernos, la empresa privada tiene un papel muy destacado en la actividad turística y comercial en torno a la que se desarrollarán proyectos de investigación de transportes.

 “Será cosa de todos”, sentencia. 

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