La DEA “monitorea” a Rubén Rocha

Álvaro Aragón Ayala

La Administración para el Control de Drogas (DEA, por sus siglas en inglés) mantiene un “monitoreo” permanente de Rubén Rocha Moya dada su despreocupación por atender el problema de la violencia y por la “operación son obstáculos” de grupos de narcotráfico en territorio sinaloense. La vigilancia especial sobre el mandatario estatal y su “gabinete” de seguridad se dinamizó a raíz de la Marcha por La Paz y la Concordia. Los grupos criminales bañan de sangre Sinaloa ante la indiferencia del gobernador.

La DEA mantuvo relaciones diplomáticas anexadas con el gobierno de Quirino Ordaz Coppel. El 16 de septiembre del 2019 la agencia “gringa” sostuvo una reunión con funcionarios de Sinaloa en las instalaciones de la Secretaría de Seguridad Pública dada a conocer por la presión periodística. El semanario Ríodoce aportó detalles del encuentro en el que participó el todavía secretario de Seguridad Pública Estatal, Cristóbal Castañeda Camarillo.

Quirino Ordaz Coppel confesó que en el encuentro también lo acompañaron el secretario de Desarrollo Económico y el de Turismo. “Le dimos a conocer todo lo que se ha hecho en Sinaloa para estar mejor. Pero el tema de Ovidio no me compete. Eso es de orden federal. Lo que nos interesaba es que nos ayudaran al tema de warning de no viajar a Sinaloa”, dijo.

El Capitolio de Washington tiene interés en trabajo o el “paso” de la DEA por Sinaloa de la 4T derivado del activismo de narcogrupos en la elección de Rubén Rocha en el 2021, los cuales secuestraron a operadores y activistas del PRI para favorecerle en la votación al abanderado de Morena. Por razones obvias, el gobernador “limitó” o se distanció de los trabajos de seguimiento de la DEA en Sinaloa, pero carece de herramientas para impedir ser “monitoreado”.

La DEA al igual que la embajada de Estados Unidos en México se percató, por el desarrollo de la Marcha la Paz y la Concordia, del grado de repudio de la sociedad civil contra Rubén Rocha Moya. La agencia estadounidense captó la indignación social de más de 20 mil ciudadanos que se manifestaron en forma silenciosa por los nulos resultados de Rubén Rocha en materia de seguridad y justicia.

La población tomó la calle, la plaza pública, en repudio al gobierno rochista rebasado por la ola criminal, por los asesinatos, por los secuestros, levantones, desaparecidos, hallazgos de fosas clandestinas, robo de vehículos, hurtos domiciliarios, etc. La megamarcha reflejó el alto grado de inconformidad del pueblo de Sinaloa. La DEA lleva un recuento puntual del número de homicidios violentos y de los desaparecidos por la ola de violencia y sabe que la Fiscalía ha recibido “instrucciones” para que no investigue una serie de asesinatos.

La DEA reconfirmó el desinterés de Rubén Rocha Moya por combatir a la delincuencia y la presencia de grupos armados en Sinaloa y documentó la presencia del gobernador en un poblado de Badiraguato, terreno dónde opera el Cártel de Sinaloa. Ahí, el gobernador ofreció la lectura de mantener un pacto no escrito con el hampa para mantener o alimentar la pax narca, cediéndole a los narcos los espacios para que controlen la seguridad en esa zona.

La DEA registró la declaración del gobernador de Sinaloa quien confesó que en su más reciente visita a la comunidad de Huixiopa, Badiraguato, había empistolados, a quienes les dijo que él no iba a buscarlos, que él no buscaba delincuentes, pues detalló que, por fortuna, es el gobernador del estado y no comandante de la policía.

“Hace rato fui Huixiopa (Badiraguato); lo primero que le digo, a ver, a ver, por ahí estaban empistolados; yo soy gobernador, yo no vengo a buscarlos, yo no vengo a buscar delincuentes, porque, por fortuna, no soy comandante de la policía, soy gobernador. Y la escolta que anda conmigo, pues es una escolta por protocolo, pues ni modo que mi escolta cometa el error, de que se ve a alguien, pues si lo ve, que se vaya”, expresó el propio gobernador.

El 28 de octubre del 2019, en su relatoría a BBC News Mundo, la DEA confirmó que sus agentes y funcionarios de Justicia de EE.UU. viajaron en septiembre al estado del noroeste de México para “ver, escuchar y oler” cómo opera el narcotráfico.

Después, el director en funciones de la DEA, Uttam Dhillon, viajó a la ciudad de Culiacán, capital del estado, para reunirse con el gobernador Quirino Ordaz y otros funcionarios de seguridad locales y federales.

“Nunca se había dado una reunión de este nivel y de este tipo en una entidad. Que el director de la DEA haya venido a un estado, a reunirse con un gobernador, es una cuestión muy rara”, dijo a BBC News Mundo el periodista Ismael Bojórquez, director del semanario Ríodoce de Sinaloa.

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