Mensajes de odio y violencia a través de un dron
Felipe Guerrero Bojórquez
El diputado del Partido Sinaloense, Gene René Bojórquez, señaló como responsable al líder del Congreso Local, Feliciano Castro, que desde un dron se lanzaran volantes ofensivos a ciudadanos que marchaban por la paz y la concordia el viernes pasado en Culiacán. Este hecho es tan serio que no debe tratarse, ni quedar, en el ámbito de dimes y diretes
Más allá de las imputaciones marcadas por las diferencias políticas, en donde claramente están involucradas las instituciones más importantes de la gobernabilidad en el Estado y la Universidad Autónoma de Sinaloa, irrumpir de esa manera una marcha pacífica de ciudadanos no solo es un acto cobarde, sino una seria amenaza a su integridad y su derecho constitucional de manifestarse libremente.
El uso de equipo sofisticado para lanzar desde el aire, esta vez, volantes denigrando la imagen de las autoridades universitarias encabezadas por el Rector Jesús Madueña, y la del líder del Partido Sinaloense Héctor Melesio Cuén, los ha llevado en automático a pensar que el ataque proviene de sus adversarios en el poder.
Esta vez, efectivamente, fueron volantes, pero en los próximos eventos masivos podría lanzarse objetos más peligrosos, por eso extraña el silencio de las autoridades encargadas de resguardar la seguridad en cualquier acto público y manifestación pacífica de las y los ciudadanos.
Son las autoridades responsables de nuestra seguridad, más allá de los diferendos políticos o de poder, las que deberían ver en este acto una advertencia, y mostrar preocupación porque, de entrada, se trata de un ataque desde el anonimato, desde la clandestinidad. Se trata no de un aparato, sino de personas que no dan la cara y que planearon desde ahí acciones para sabotear un evento ciudadano, más allá del origen político, religioso e ideológico que se le pueda atribuir.
Un dron que tiene capacidad para sostener kilos de papel mientras se desplaza en el aire no es cualquier aparato y no cualquiera lo tiene; entonces ese dron también tiene capacidad para sostener artefactos de menos peso, pero peligrosos. A como están las cosas de polarizadas y permeadas por el odio, no se tiene porqué descartar a locos, fanáticos o extremistas utilizando estos equipos, no para tirar papel desde el aire, sino explosivos.
Por eso la pregunta: ¿De quién o quiénes es el dron utilizado para lanzar desde el aire estos volantes? Quién planeó o quién está detrás del boicot, alteración o ataque de una marcha de ciudadanas y ciudadanos pacíficos, insisto, más allá de sus creencias y pretensiones legítimas.
Alguien podrá alegar que el hecho de lanzar volantes desde el aire no es un delito; tampoco lo es si disparas un arma en ejercicio de entrenamiento, lo que toma otro significado si la disparas contra una persona o una multitud con el fin de hacer daño. Quien tiró esos volantes lo hizo con el fin de hacer daño porque difundió imágenes denigrantes para lastimar, descalificar y atacar a personas y porqué detrás de todo ello hubo maquinación; porque igualmente quienes lo hicieron escogieron como blanco una marcha ciudadana que tuvo como exigencia poner un alto a la violencia en Sinaloa. ¿Y quién o quienes se molestaron por este reclamo?
Por esto y más extraña que las autoridades del gobierno estatal, el Congreso, la Fiscalía y los partidos políticos no se hayan manifestado al respecto.
Luego que no les extrañe que los drones que deben usarse para asuntos útiles como atacar a delincuentes y no a ciudadanos, surquen el aire para cometer fechorías mayores. No es exageración, ya lo estamos padeciendo en la violencia brutal e imparable.