Rocha Moya ¿recurrirá al asesinato?

Álvaro Aragón Ayala

Rubén Rocha Moya usa a la prensa como el dispositivo con el que pretende asentar un sistema de dominación que legitime sus atropellos y la fabricación de delitos graves para extender su imperio de terror. El gobierno de Rocha Moya está estigmatizado porque ha convertido a algunos medios de comunicación en sus cómplices que aplauden y respaldan sus excesos de poder.
Si bien, ya se sabe, que algunos gobiernos usan a los periodistas para linchar a sus opositores para luego “justificar” asesinatos o destierros, Rocha Moya aún no llega a esos extremos, pero sí los entroniza para que los criminalicen para poder tener argumentos no legales, pero si periodísticos, que le sirvan en el armado demandas penales para desacreditar y encarcelar a quien él considera sus enemigos.
Aunque las campañas de linchamiento público despiden los tufos de que pudieran ocurrir asesinatos de opositores a Rocha Moya, hasta ahora el montaje de supuestas “investigaciones periodísticas” sólo le ha alcanzado para justificar en sus adentros querellas contra el Rector de la UAS, Jesús Madueña Molina y varios funcionarios uaseños, y contra el presidente del Partido Sinaloense, Héctor Melesio Cuén Ojeda y su familia.
A estas alturas, ya con el pago mensual de más de un millón 250 mil pesos a una sola casa editorial y otros millones de pesos que dispersa entre otros medios de comunicación, nadie en su sano juicio se traga el cuento de la lucha contra la corrupción en la UAS. El ciudadano más orate sabe que Rocha está pagando a la prensa y usando toda la estructura gubernamental para avasallar e intentar tomar el control de la Universidad.
Más de 150 suspensiones definitivas decretadas por los Jueces de Distrito “quemaron” y dejaron sin efecto la Ley de Educación Superior del Estado, vía por la que quería dominar a la UAS. Ahora Rocha Moya pretende penetrar a la Casa Rosalina por el canal de la “violencia legaloide”, en colusión con otros poderes del Estado, atacando con su prensa a los funcionarios uaseños para, con el argumento de las versiones periodísticas, estarles fabricando demandas penales inverosímiles y novelescas.
Rocha Moya cree que con el tejido de relatos perversos hiladas por Enrique Inzunza Cázarez, secretario general de Gobierno, transferidas a los medios para su difusión, es ya suficiente para que la sociedad le aplauda sus querellas contra las autoridades universitarias y Héctor Melesio Cuén y su familia para meterlos a la cárcel o cuando menos desacreditarlos. La sociedad sabe que todos los ataques son pagados.
Los grandes problemas de Rocha Moya y Enrique Inzunza es que tienen fama de malagradecidos y mentirosos y de que nadie cree sus versiones y de que, aunque tienen el control de la Fiscalía General de Justicia, el SATES, la Unidad de Inteligencia Patrimonial y Económica, y los Jueces Locales, hay autoridades federales que ya están enterados de que actúan en colusión en el armado de montajes periodísticos y penales.
Entonces, queda claro: las demandas penales son el resultado de la oposición a la aplicación de la Ley de Educación Superior del Estado que vulnera la autonomía de la Universidad Autónoma de Sinaloa; constituyen una reacción enfermiza del gobernador y su pandilla que en sus valoraciones ven imposible tomar el control de la UAS si no meten a la cárcel al Rector y a otros personajes políticos ¿Y si no le funcionan las demandas? ¿Entonces optará o no por asesinar a sus opositores? ¿A quién mataría?

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