Banxico reconoce sólidos fundamentos macroeconómicos del país

La titular del banco central explicó que esos fundamentos macroeconómicos se basa en la disciplina fiscal, el equilibrio de cuentas externas, un tipo de cambio flexible y un sistema financiero robusto. Al comparecer este 25 de abril ante la Comisión de Hacienda y Crédito Público del Senado de la República, la funcionaria destacó que la presión de las condiciones sobre otras monedas de economías emergentes dificulta el control de la inflación, algo que no se presenta en estos momentos en el país gracias a la solidez del peso.

Rodríguez Ceja expuso que la política monetaria del Banco de México obedece al objetivo prioritario de estabilidad de precios, por lo que no se tiene un objetivo de tipo de cambio ni de diferencial de tasas de interés respecto de cualquier otra economía. Añadió que la importancia de cualquier variable en las decisiones del banco central radica en el grado de incidencia sobre el proceso inflacionario de México.

Ante los legisladores, señaló que el objetivo prioritario del Banco de México es procurar la estabilidad del poder adquisitivo del peso, así como promover el sano desarrollo del sistema financiero, propiciar el buen funcionamiento de los sistemas de pago y proveer a la economía del país de moneda nacional.

La gobernadora dijo que “durante 2022 y lo que va de 2023, la economía nacional ha continuado enfrentando un ambiente global, complejo e incierto. En particular para el ámbito de competencia del Banco de México, este entorno se ha caracterizado principalmente por presiones inflacionarias no vistas en décadas, cuyo carácter persistente y generalizado ha afectado los precios de un gran número de bienes y servicios de la canasta de consumo de los hogares en un conjunto de economías, incluyendo la mexicana”.

Agregó que en el periodo se han presentado acontecimientos que han puesto a prueba el sistema financiero mexicano, su resiliencia y su contribución a la estabilidad y al crecimiento económico. En el tema de estabilidad de precios, dijo que “la inflación es uno de los fenómenos que mayormente lesionan el crecimiento económico y generan desigualdad social”. Ello, porque el aumento constante y desordenado de precios dificulta la planeación del consumo y las actividades productivas, inhibe la inversión y el ahorro, y disminuye la calidad de vida de toda la población, afectando de manera desproporcionada a los sectores más pobres.

La titular del Banxico expuso que existe un consenso de que la estabilidad de precios es un basamento fundamental para cualquier proceso de crecimiento económico sostenible y con equidad. Y reconoció que se ha vivido un periodo de inéditas presiones inflacionarias, derivadas de eventos que difícilmente hubieran podido pronosticarse, como la pandemia de Covid-19 y el conflicto bélico entre Ucrania y Rusia.

“La pandemia, un evento sanitario ajeno al ciclo económico, implicó un desafío global que generó un gran número de lamentables pérdidas humanas, dislocó lo procesos productivos y las cadenas de suministro, y transformó la vida cotidiana de millones de personas en el mundo. Por su parte, la guerra en Europa del Este, además de su costo humano y sus desafíos en la paz mundial, ha tenido repercusiones muy significativas en los precios de insumos esenciales en la economía internacional, como los alimentos y los energéticos, lo cual, a su vez, han generado un fuerte impacto sobre la inflación global”, señaló Rodríguez Ceja.

No obstante, expuso que “tras el periodo más severo de aislamiento durante la pandemia, la reapertura de actividades en diversas economías, el cambio en los patrones de consumo hacia mercancías y las medidas de estímulo principalmente en las economías avanzadas, dieron lugar a una expansión de la demanda agregada a nivel global. Lo anterior propició que en diversos mercados la oferta tuviera dificultades para ajustarse al mismo ritmo que la demanda, lo que ejerció presión al alza sobre los precios en una multiplicidad de bienes y servicios”.

Añadió que la conflagración en Europa del Este agudizó estas presiones inflacionarias, debido a la incertidumbre provocada y a las irrupciones adicionales en las cadenas de suministro. “En este contexto, la economía global en 2022 moderó su crecimiento hacia el cuarto trimestre y las previsiones para 2023 por parte de los principales organismos multilaterales, apuntan a una desaceleración”.

Sistema financiero estable

La gobernadora del Banco de México también se refirió al objetivo de promover el sano desarrollo del sistema financiero y propiciar un buen funcionamiento del sistema de pagos. “Para que un sistema financiero sea saludable, debe ser estable, competitivo, eficiente y accesible. Cuando se cumple con alguna de estas condiciones, se limita el bienestar de los usuarios y se inhibe la aportación potencial del sistema financiero al crecimiento económico, además de complicar la transmisión de la política monetaria”.

Al respecto, consideró el sistema financiero mexicano ha mostrado su estabilidad ante la contingencia sanitaria pero, también, ante el riesgo generado por los problemas de Silicon Valley Bank y Credit Suisse, que se extendió a otros mercados financieros internacionales, aunque  sus efectos han disminuido de manera importante.

Rodríguez Ceja expuso que el Banco de México vigila de forma permanente la estabilidad del sistema financiero y participa en foros internacionales para promover la salud y estabilidad financiera global. En el plano nacional, dijo, participa en el consejo de estabilidad del sistema financiero, en el que las autoridades mexicanas en la materia interactúan y se coordinan para vigilar eventuales vulnerabilidades.

Con los datos generados por estas actividades, aseguró que “el sistema financiero mexicano se encuentra bien capitalizado y con amplias reservas de liquidez, y que, en ausencia de eventos desfavorables adicionales, no se prevén afectaciones directas al sistema bancario mexicano que pongan en riesgo su solvencia”.

Sobre la quiebra del Silicon Valley Bank, indicó que su administración subestimó el riesgo de tasa de interés que concentró sus exposiciones en un grupo de depositantes del mismo sector de la economía, muchos de los cuales contaban con saldos muy por encima de la cobertura del seguro, factores que lo expusieron a una corrida bancaria.

La gobernadora detalló que el nerviosismo se extendió a otras instituciones estadunidenses con características similares, pero hasta ahora se trata de casos específicos asociados a la similitud entre dichos bancos, ya sea por el sector al que atienden o por las características de sus depositantes.

En el caso de Credit Suisse, indicó que “si bien las dudas sobre su viabilidad se pueden inscribir en el entorno de marcada incertidumbre, el banco llevaba varios años reduciendo su balance, después de haber sufrido pérdidas importantes en los mercados de derivados y con una gestión cuestionada por los mercados. Adicionalmente, uno de sus principales accionistas señaló que no invertiría más en la institución por varios factores sobre los que no comentaría. En ambos casos, las autoridades financieras correspondientes han actuado de manera oportuna para evitar el contagio”.

Rodríguez Ceja consideró que los bancos mexicanos no presentan exposiciones crediticias ni a través de títulos con las entidades afectadas de Estados Unidos y Europa, que impliquen este tipo de riesgos para sus balances generales.

Asimismo, aseguró que la exposición a riesgo de tasa de interés de los bancos y casas de bolsa ha disminuido; incluso, dijo, es relativamente baja. “Todas las instituciones bancarias mexicanas satisfacen holgadamente los estándares internacionales en lo que se refiere a requerimientos regulatorios de liquidez, a diferencia de las instituciones intervenidas en los Estados Unidos, cuyo sector no está sujeto a dichos estándares”.

La funcionaria explicó a los senadores que una diferencia clave entre los bancos mexicanos y los de Estados Unidos es que las instituciones del vecino país del norte tienen activos menores a 250 mil millones de dólares y no están sujetos a los estándares de liquidez establecidos por el acuerdo de Basilea III, por lo que no calculan el coeficiente de cobertura de liquidez y el coeficiente de financiamiento estable neto. “Tampoco están obligados a hacer un cómputo oportuno del riesgo de tasa de interés en su libro bancario, lo que conduce a que los títulos que tienen en sus activos no reflejen las variaciones en su valor de mercado. Finalmente, no están considerados para las pruebas de tres que anualmente realiza la Reserva Federal”.

Y expuso que, “en contraste, todos los bancos en México deben satisfacer los requerimientos regulatorios de liquidez y se sujetan a pruebas de estrés por parte de la Comisión Nacional Bancaria y de Valores, y el análisis del propio Banco de México; en armonía con los estándares establecidos en el Acuerdo de Basilea III. De hecho, las pruebas de estrés que publicamos en el Reporte de Estabilidad más reciente, muestran que aún ante escenarios adversos severos, el Sistema Bancario Mexicano continuaría satisfaciendo los requerimientos de capital y liquidez exigidos por los estándares regulatorios vigentes”.

Por ello, consideró que los bancos mexicanos cuentan con holgados niveles de capital, por lo que no existen razones fundamentales que pudieran expresar la situación de liquidez del sistema bancario. “El sólido marco macrofinanciero que existe en México, basado en la disciplina fiscal, el equilibrio de cuentas externas, un tipo de cambio flexible y un sistema financiero robusto; resultan fundamentales para amortiguar este tipo de choques. No obstante, el nerviosismo en los mercados financieros internacionales podría continuar y las autoridades financieras somos muy conscientes de la importancia de estar preparados ante eventos adicionales que pudieran suscitarse y de actuar con oportunidad y decisión, para mitigar el impacto de dichas contingencias en caso de que ocurran”.

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