Pese a evidencias, AMLO se escuda y niega espionaje de Sedena en su gobierno: “tengo otros datos”

Mathieu Tourliere

Pese a las evidencias de que la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena) sigue utilizando el spyware Pegasus, el presidente Andrés Manuel López Obrador negó hoy que su gobierno realice espionaje y aseveró que él tiene “otros datos” sobre el Centro Militar de Inteligencia (CMI), pues sostuvo que esa agencia no opera Pegasus.

Cuestionado por Proceso sobre la operación de Pegasus en el CMI, el mandatario se mostró elusivo y entró en contradicciones, pues negó que el CMI utilice Pegasus y afirmó que el gobierno realiza labores de inteligencia, y las intervenciones de teléfonos se llevan a cabo en el Centro Nacional de Inteligencia (CNI), con autorización judicial.

Sin embargo, CMI y CNI son dos agencias distintas: el primero, que opera Pegasus, responde al Estado Mayor de la Defensa Nacional, que a su vez opera para el titular de la Sedena, y no ha pedido autorización judicial para intervenir teléfonos –de hecho, organizaciones afirman que no tiene facultades legales para hacerlo–, y el segundo es el organismo civil que sustituyó el Centro de Investigación en Seguridad Nacional (Cisen).

A pesar de la aclaración, el mandatario mantuvo la ambiguedad entre CMI y CNI y sostuvo que las labores de inteligencia son necesarias para luchar contra la delincuencia organizada, e insistió: “no es espionaje”.

“El trabajo que se hace de inteligencia es para garantizar la paz y tranquilidad, no para perseguir ni reprimir a nadie, ni violar derechos humanos”, aseveró el mandatario, y agregó que “no hay violación de derechos humanos, no se tortura, no se ajusticia, todo lo que se hacía antes”.

Preguntado sobre las instrucciones que dio en octubre pasado para que la Sedena transparentara el contrato que celebró en 2019 con la empresa Comercializadora Antsua –que contaba entonces con la representación de la empresa israelí NSO Group para vender su tecnología a la Sedena–, el mandatario prometió que darían a conocer información, pero ya no “transparencia total”, como lo dijo hace cinco meses, sino un informe “que no les va a gustar”.

“Yo no les voy a dar información delicada que tiene que ver con inteligencia porque yo no sé ustedes de dónde sacan la información”, dijo. 

López Obrador dedicó varios minutos para acusar a Proceso de “derechizarse” y traer consignas en su contra, junto con el “bloque conservador”, y que busca que “haya un descontrol completo por la inseguridad, por la violencia”.

El presidente solicitó a Proceso que investigue sobre Guacamaya, el colectivo que extrajo más de 4 millones de documentos internos de la Sedena, entre ellos los documentos que dieron origen a las revelaciones sobre Pegasus y el CMI.

Y no solo esto: hace unas semanas, Carlos Domínguez del medio Nación 14, acudió a la conferencia matutina de López Obrador y transmitió el audio de una conversación telefónica del activista tamaulipeco Raymundo Ramos con un presunto delincuente, con el afán de desacreditar al defensor de derechos humanos, días después de darse a conocer los detalles de la ejecución extrajudicial de cinco jóvenes en Nuevo Laredo.

El audio ya llevaba un tiempo circulando en cuentas de redes sociales afines al Ejército, pero su origen era desconocido; hoy, López Obrador admitió que esta conversación fue producto de una intervención telefónica del gobierno al presunto delincuente; sin embargo, no explicó por qué un material de inteligencia terminó circulando entre simpatizantes del Ejército.

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